23 de junio de 1992. Con el verano llegó él. En el día más largo del año, en la noche más mágica de todas, la de San Juan, vino al mundo Álex Lequio García, primer y único hijo fruto de la relación entre Ana García Obregón (65) y el aristócrata italiano Alessandro Lequio (59).
"Tuve que ir tirada en la parte de atrás de nuestro coche tapada con una manta, muerta de calor y con las contracciones que cada vez eran más intensas para evitar que nos siguiera la cola de diez vehículos de paparazzi que hacían guardia permanentemente en la puerta de casa. ¡No me iban ni a dejar parir tranquila!", recordaba Ana Obregón en su biografía Así soy yo el día que ingresó en un hospital de Madrid para dar a luz a Álex Lequio.
Tan solo cinco días después, el 28 de junio de 1992, la presentadora era dada de alta y salía del centro clínico con el pequeño entre sus brazos. El mundo entero por fin ponía rostro al niño más famoso de España. A partir de entonces, también sería el más fotografiado. Por la estela de celebridad de sus padres, Álex era conocido incluso antes de su nacimiento -sus progenitores fueron protagonistas de la portada de la revista ¡HOLA! anunciando, felices, el embarazo de Ana-.
Ana Obregón y Alessandro Lequio empezaron una apasionada relación sentimental que desembocó en que la bióloga y el colaborador de televisión se fueran a vivir juntos a los tres meses de que arrancase su romance y que Ana se quedase embarazada a los seis.
En los primeros años de vida de Álex, el tándem de Ana Obregón y su hijo era un clásico para los medios. El asedio de la prensa cuando la ley del menor era más laxa con los pequeños se hacía evidente hasta el punto de Álex, en ciertos momentos, se convirtió en el escudero de su madre, respondiendo a incómodas preguntas incluso relacionadas con su hermano Clemente (32).
Álex Lequio llegó a protagonizar momentos muy divertidos con los periodistas que interpretaban a la artista, bien a la salida de su casa en La Moraleja, bien a la entrada de un restaurante cualquiera. En la memoria de todos siempre quedarán las imágenes de un Álex muy niño mordiendo y arrancando la gomaespuma de los micrófonos cuando los reporteros se acercaban a su madre.
En aquel entonces, Ana volvía a ser protagonista de su propia vida no solo porque estaba en la cresta de la ola de su carrera profesional presentando programas de éxito como Qué apostamos sino porque su pareja entonces, Alessandro, había sido cazado siéndole con la azafata Silvia Tinao.
Desde 1995 hasta 2010, es decir, desde los tres años hasta su graduación de Bachillerato, Álex estudió en el International College Spain. Se trata de un colegio privado ubicado en la exclusiva urbanización La Moraleja, donde no solo vivió durante toda su vida sino que además fue vecino de sus tíos, los cuatro hermanos de Ana, y de sus primos, con los que tenía una excelente relación.
Aficionado al kárate, el golf, el tenis y la música, a los siete años, tuvo lugar uno de los momentos más complicados en la vida de Álex Lequio y también en la de sus padres. Un acontecimiento que fue inmortalizado, como casi cada acontecimiento que sucedía en el seno de la familia Lequio García. Álex acompañó a su madre a ver una casa que estaba en venta en su elitista urbanización cuando en ese momento fue atacado por un perro de raza rottweiler.
El can mordió al menor en el brazo izquierdo y le produjo una herida de siete centímetros de anchura por cinco de profundidad. Después de dos años de incesante lucha por parte de Ana Obregón en los tribunales, la actriz ganaba la demanda que interpuso contra los dueños del perro, quienes tuvieron que indemnizarla con dos millones de pesetas (unos 12.000 euros). Desde aquel momento, Ana dijo que ese dinero iría íntegro para el futuro profesional y los estudios de su hijo.
A los 9 años, apenas tres semanas antes de cumplir los 10, Álex hacía su primera comunión en la iglesia Nuestra Señora de la Moraleja. Era un día muy especial para sus padres, un evento magno donde se reunieron tanto la familia Lequio, con Sandra Torlonia, abuela materna de Álex llegada desde Italia, como los García Obregón al completo. Ana, como siempre, excelsa y bella, con un elegante conjunto firmado por el diseñador Emanuel Ungaro en tonos azules y verdes. El joven recibió todo tipo de regalos en su día más especial. A destacar, dos. Su progenitor le regaló un valioso juego de bolígrafo y pluma.
Y su madre, siempre más divertida, más práctica, le obsequió con un teléfono móvil, "para tenerlo localizado en todo momento", declaró. La presentadora, emocionada, también comentó a su llegada a la ceremonia: "Mi hijo sabe muy bien la importancia que tiene recibir este sacramento y estaba muy ilusionado con que llegara este día, todos lo estábamos esperando con impaciencia".
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