La luz de Pau Donés se ha apagado para siempre solo 10 días después de gritar al mundo lo agradecido que estaba por las innumerables muestras de cariño y amor que recibió a lo largo de los años. El cantante ha fallecido este martes víctima del cáncer que sufría, una enfermedad que arrastró desde el verano de 2015.
El artista lidió con dos cánceres en los últimos cinco años. El 1 de septiembre de 2015 anunció que superó un cáncer de colon tras un primer susto inicial que hacía tambalear su carrera. Fue su primera fecha marcada en rojo en el calendario, porque la intervención le obligó a cancelar los conciertos de la gira programados en España y en América. Sin embargo, todo parecía avanza positivamente meses después.
Apenas año y medio después, el 5 de abril de 2016, comentaba a través de un comunicado publicado en su blog, La Maleta, que debía batallar contra un nuevo tumor, esta vez localizado en el peritoneo. "En el último control los marcadores han subido. Me hago un TAC (scáner) y escondido en el peritoneo encuentran un pequeño tumor".
En esas mismas líneas ya dejaba clara cuál iba a ser su intención respecto al tema de la enfermedad y cómo iba a centrarse únicamente en el lado positivo de la vida: "Al cangrejo -nombre con el que llamaba al cáncer-, como vengo haciendo desde que le conocí, le dedicaré solo 5 minutos al día, aunque eso sí, durante las actuaciones me acordaré de María, de Andrés, de Lino, y pensaré en todas aquellas personas a las que el bicho se llevó por delante. Y también en todas aquellas que como yo lo siguen toreando día a día".
Más tarde anunció en su cuenta de Twitter que parecía haber superado la enfermedad, pero la peor de las noticias llegó solo unos meses después, cuando sufrió una recaída que le tuvo ausente durante mucho tiempo. La enfermedad le obligó en octubre de 2018 a dejar la música de manera indefinida. Pues entonces cuando decidió que debía dedicarse en cuerpo y alma a su salud, pero en la sombra.
Las pocas ocasiones en las que Pau Donés habló sobre su enfermedad siempre trató de mostrarse optimista, como las pasadas Navidades cuando mandó un mensaje a sus fans: "La vida es urgente. La vida es una y ahora, y hay que vivirla a tope, con intensidad". Por eso, no fue partidario nunca de compartir su dolor públicamente y apenas mostró fotografías que atestiguasen su estado. Las pocas imágenes que vieron la luz fueron en sus sesiones de quimioterapia, y las instantáneas estaban acompañadas de textos llenos de humor y coraje.
Pero a finales de 2018 decidió retirarse también de la vida social y de esta forma, sus redes y plataformas virtuales quedaron desiertas. Durante mucho tiempo nada se supo de él. Hasta el 8 de abril de este año.
Su perfil de la banda en Instagram se reactivaba en plena pandemia por el Covid-19. El mensaje de Pau era claro: "Vuelvo... porque la música de nuevo a mi cabeza ha vuelto". Regresaba con ganas de dejar huella y sabiendo que era su despedida, pero no quería tristezas ni pronunciar ningún adiós. Volvió este 28 de mayo para gritar al mundo lo agradecido que estaba por todo lo recibido en su vida y más aún durante sus cinco años de lucha constante, donde no han faltado fans, equipo, amigos y familiares batallando a su lado.
Una de las personas más especiales que caminó a su lado fue su hija Sara, una adolescente de 16 años que ha vivido muy de cerca la valentía inquebrantable de su padre, y que este martes despide con dolor pero también pudiendo guardar para siempre su última sonrisa, esa que no paraba de mostrar en su último videoclip de Eso que tú me das.
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