Rocío Flores (23 años) ha concedido este miércoles su primera entrevista exclusiva que la confirma como un cotizado personaje del corazón. La hija de Rocío Carrasco (43) y Antonio David Flores (44), que acaba de regresar de Honduras tras participar en Supervivientes 2020, hace balance de su concurso y se sincera emocionada, como ya hiciera en los Cayos, de su vida familiar.
La nieta de Rocío Jurado apenas está aterrizando en esta 'nueva normalidad' que se ha encontrado súbitamente después de cuatro meses aislada del mundo exterior. Una adaptación en la que ha empezado por ver a todos sus seres queridos: "Todos me estaban esperando en casa y fue muy gratificante encontrarse esa alegría", comenta en esta entrevista para ¡HOLA!.
Sin embargo, entre esos familiares ha habido una notable ausencia, la de una persona de la que Rocío ha hablado en varias ocasiones durante su estancia en Honduras. Su madre, Rocío Carrasco, con la que no tiene relación desde hace más de siete años.
En el concurso, la joven evidenció en varias ocasiones su necesidad de tener un acercamiento con su progenitora. "Es un concurso en condiciones extremas y allí tienes los sentimientos a flor de piel. Si a eso le sumas la pandemia, lo lógico es que me preocupara por la salud de mis familiares, incluida mi madre", defiende. Sobre este asunto, le duele especialmente que piensen que utiliza a su madre para sacar algún tipo de beneficio: "No he ido a Supervivientes para aprovecharme de la imagen de mi madre", defiende.
Sobre la vuelta de Rocío Carrasco a la televisión, su hija asegura que no ha podido ver el programa, aunque se emociona al intentar expresar lo que siente al ver a su madre a través de una pantalla. En este punto, confiesa que le encantaría llamarla por teléfono, pero teme encontrarse con otro rechazo. "En estos últimos años la he llamado seis veces y solo me lo cogió una vez. Fue para preguntar por mi hermano y la respuesta que obtuve no fue muy agradable", lamenta entre lágrimas.
En medio de esta situación, Rocío Flores recuerda especialmente a su abuela Rocío Jurado, el pilar que unía a la familia y a quien "le daría pena" ver lo que está pasando en su familia. "Si mi abuela estuviera aquí, no hubiera pasado nada", asevera.
En el concurso, Rocío expresó sin tapujos su necesidad de retomar la relación con su madre, incluso se acordó de ella el día de su cumpleaños. "Me acuerdo de ella todos los días de mi vida, no hace falta una fecha en concreto", aclara ahora.
La joven confiesa que su mayor miedo de exponerse al público en el reality era que pensaran que es una persona agresiva, acusación que precisamente se ha vertido sobre ella mientras estaba en Honduras. Sin embargo, ella prefiere guardar silencio sobre el supuesto episodio violento que protagonizó con su madre. "Ella nunca ha hablado de eso y yo tampoco lo voy a hacer", sentencia.
Rocío Flores prefiere no ahondar en el origen del conflicto con su madre, aunque asegura que en esta historia no hay culpables. "Aquí sufrimos todos, no hay ganadores ni perdedores".
A pesar de todo, ella reitera su necesidad de pasar página y cerrar heridas, algo que estaría dispuesta a hacer sin reproches en caso de reencontrarse con su madre. Por este motivo, afirma que si volviera a ver a Rocío Carrasco "lo primero que haría sería darle un beso y un abrazo, que es más importante que una conversación".
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