Este domingo 5 de julio, el programa Viva la vida de Telecinco tenía preparado un inesperado as bajo la manga para dejar pegados a la pantalla a todos sus espectadores. El reportero más original de la televisión, Quique Jiménez 'Torito' (43 años), bajaría la conocida como 'La escaleras de las emociones' y se abriría en canal para abordar aspectos íntimos de su vida como sus decepciones, sus mentiras, sus amores y también sus miedos.
Entre lágrimas, y mostrando una imagen jamás antes vista en él, Quique se rompía al hablar de una enfermedad letal que le detectaron hace 15 años y que según él mismo, afecta directamente a su respiración. En la actualidad está en tratamiento, sus médicos la tienen controlada, pero se quiebra al pensar en su salud vinculada al futuro de su hijo, Nathan Jiménez, que tan solo tiene tres años y siete meses.
Pero, ¿quién es Quique Jiménez? ¿De dónde es? ¿Cómo se fraguó su despido fulminante? ¿Cómo conoció a su marido? JALEOS descubre los aspectos desconocidos de la vida del reportero.
Sus orígenes
Enrique Jiménez nació en la ciudad menorquina de Ciudadela. Desde pequeño, siempre fue un niño tan tímido como creativo. Su pasión por la estética lo llevó a estudiar Bellas Artes en la Universidad de Barcelona. A lo largo de su carrera llegó a trabajar como artista en un taller haciendo decorados para publicidad y cine. Sin embargo, mientras ponía a punto el atrezzo de un programa de televisión, Vitamina N, en City TV, Quique rompió sus propios muros y quiso probar suerte frente a las cámaras.
En la temporada 2002-2003, Quique dio el salto de la televisión autonómica a la nacional y lo hacía como Torito. Sus enormes rastas de colores, sus gafas de pasta y sus ácidas preguntas a los famosos hicieron de él un personaje clave en la cadena de Fuencarral donde permanece desde entonces aunque con un parón que pocos recuerdan.
En el año 2006, el portal Vertele publicaba que Torito era despedido de manera fulminante del programa TNT al considerar inapropiada su actuación en un reportaje en el que el colaborador se dejaba rociar el rostro con agua procedente de la vagina de una actriz porno simulando una lluvia dorada.
No obstante, poco tiempo después, el de Menorca volvería y aquella polémica quedaría olvidada para siempre. Son ya casi 18 años los que Torito lleva trabajando en la cadena grande de Mediaset, grupo audiovisual con el que se encuentra "decepcionado". Según sus propias palabras, en estas casi dos décadas, él ha sido quien ha tenido que llamar siempre para trabajar en los distintos formatos. "Nunca me han llamado para un casting. Tan solo en tres ocasiones me han llamado para trabajar. Tanto en Viva la vida como en Qué tiempo tan feliz tuve que ser yo quien llamara...", espetaba con la voz entrecortada ante la estupefacción de Emma García (47).
Vida personal
En febrero de 2017, Torito publicaba su primer y único libro, Ácido. Una obra donde desvelaba por primera vez los detalles más íntimos de su parcela privada: desde cómo confesó su homosexualidad a sus padres hasta la inusual manera en la que conoció a su marido, Raúl Jiménez.
"¿Por qué esperé tanto?", se preguntaba cuando por fin se atrevió a revelar a sus padres su orientación sexual. Ocurrió hace casi 17 años, tras evitar voluntariamente el encuentro con sus progenitores y asumir que había llegado la hora de contarles su secreto más personal. El menorquín recuerda aquello como un trauma.
En su libro lo destaca de la siguiente manera: "Tenía un cómputo demasiado prorrogado con mis padres, después de todo lo que había batallado a mi favor no se merecían que les siguiera ocultando algo tan sólido para mí. Sentía que les estaba defraudando [...] Ya no les cogía sus llamadas [...] tal vez por vergüenza de no disponer de las agallas y la entereza necesaria para darles una merecida descripción".
Meses de después, dio el paso. A la primera persona que se lo contó fue a Pilar, su madre. "Mamá, hace demasiado tiempo que tengo que contarte algo, siento no haber tenido el arrojo para habértelo dicho antes", empezó a contarle Torito entre sollozos. "¿Qué te pasa, Quito? ¿Por qué lloras? Me estás preocupando [...] Si tienes un problema con las drogas, nosotros te ayudaremos a salir de eso y curarte.", a lo que rápidamente respondió: "Mamá, no soy drogadicto, soy homosexual". Ante eso, su madre contestó con tanta ternura como tolerancia: "Pero hijo, no tienes que sollozar por eso, no es una enfermedad. No te permito que derrames ni una lágrima por ser gay".
Su marido y su hijo
Quique Jiménez conoció a Raúl Jiménez, su marido, en la habitación de un hotel de Sevilla. Todo fue fruto de un hermoso error. Era la Feria, la ciudad estaba llena y los responsables del hotel confundieron a los dos señores Jiménez dándoles la misma habitación. Ahí surgió esta historia de amor con origen casi cinematográfico. Un romance que dura hasta estos días y que supera ya los trece años.
En 2011 contrajeron matrimonio y en 2016 daban la bienvenida a Nathan, su hijo, su gran debilidad, a través de gestación subrogada: "Todo estaba más que planificado para que nuestro heredero naciera el 28 de noviembre. Decidimos volar a Los Ángeles unos días antes del alumbramiento".
Pero el pequeño se adelantó. "Era 23 de noviembre, vísperas de Acción de Gracias por lo que no hubo manera de conseguir un billete de avión al aeropuerto más cercano de la clínica... Mi marido y yo resolvimos alquilar un vehículo...condujimos de día y de noche, sin parar, unas 15 horas en total. Justo cuando por fin comparecimos en la planta de maternidad, nació nuestro hijo, como si hubiera estado esperándonos para festejar fusionados nuestro aniversario como pareja, germinó el mismo día, pero diez años después", relataba en su libro.
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