El nombre de Ana Soria (21 años) era desconocido hasta hace solo una semana, pero actualmente copa titulares de revistas y portales del corazón tras verse envuelta de forma indirecta en el anuncio de la ruptura de Enrique Ponce (48) y Paloma Cuevas (47). El pasado miércoles una publicación llevaba en portada el fin de 24 años de matrimonio entre la socialité y el torero y enseguida saltó el nombre de la joven almeriense, con quien, según se apuntó, el diestro llevaría más de año y medio de relación. Pero este lunes, en una llamada histórica a Sálvame, el propio Ponce explicaba la situación: "Estoy ilusionado, pero es mentira que lleve un año y medio con Ana Soria. La conocí hace unos meses y ya está".
Cuando hace menos de siete días empezó a conocerse que las iniciales A.S. divulgadas por la periodista Beatriz Cortázar respondían a Ana Soria y se comenzaba a poner cara a la joven, la aludida prefirió cerrar su cuenta en la red social Instagram para no ser el centro de posibles críticas u ojos curiosos.
La joven incluso borró todas las publicaciones que tenía y decidió seguir solo a cuatro personas de confianza. Tras unas primeras horas muy agitadas, cuando podía escuchar su nombre continuamente en Telecinco, Ana jugó a abrir y cerrar su perfil virtual, pero finalmente se decantó por mantenerlo alejado de posibles cotillas y lo clausuró con 7.000 seguidores.
Sin embargo, este lunes 6 de junio hacia las cinco de la tarde, Enrique Ponce entraba vía telefónica en directo con Kiko Hernández (43) y tras ser preguntado por su vínculo con Ana Soria confirmaba que su corazón está actualmente ilusionado. Ante esta respuesta del matador -intervención de la que seguro que la joven permanecía muy atenta al otro lado de la pantalla-, la estudiante de Derecho tomó una decisión rotunda: dejar a la vista de todos sus publicaciones de Instagram.
En plena medianoche de este martes, la almeriense hizo pública su cuenta y este gesto ha hecho que cuatriplique su cifra de seguidores en solo una noche. Y horas después ya roza los 35.000 fans en esta red social y tras dejar el contador de sus fotografías a cero, ha decidido recuperar un total de once para darse a conocer entre sus nuevos admiradores.
Además, en lo que respecta a las personas que ella sigue, ha cerrado el número en poco más de una veintena, entre los que se encuentra, por supuesto, su 'ilusión', Enrique Ponce.
Las imágenes que ha decidido compartir datan del pasado mes de abril en adelante, por lo que prueba que no ha querido dejar constancia de instantáneas posteriores que pudieran revelar datos de su relación con el torero. En las fotos que sí ha dejado ver es patente su natural belleza, su melena rubia, su piel bronceada y su eterna sonrisa mientras disfruta de las terrazas y las playas de su Almería natal.
Del mismo modo, en las publicaciones se puede percibir el interés por la moda de la joven, aunque sin excentricidades y siempre luciendo con gusto sus estilismos juveniles de aire casual. También sus complementos y accesorios hablan mucho de ella, pues a pesar de su buena posición, no presume de joyas caras, sino de toques hippies y abalorios con conchas o flores, que revelan su personalidad discreta y alegre.
Pero en estos días que su nombre ha comenzado a sonar en los diversos programas del corazón, la joven ha podido empezar a conocer la cara más compleja de la fama. Nada más abrir su cuenta de Instagram, Ana se percató de que se habían creado otros tres perfiles a su nombre, que estarían suplantando su identidad, tal y como ella misma decidió exponer públicamente: "Me haríais un favor denunciando estas cuentas", escribía en sus Stories. Esto ha propiciado que de nuevo la joven cierre su cuenta de Instagram, y no solo eso, ya que directamente ha querido desaparecer de la red social sin dejar rastro.
Siendo consciente ya de su reconocimiento mediático y tras conocerse de propia voz del torero que entre ellos existe una relación cada vez más sólida, puede que muy pronto Soria y Ponce se dejen ver juntos como una pareja que vive su amor de forma discreta pero libre.
Un joven de buena familia
El padre de Ana es un conocido abogado de Almería -profesión que comparte con su mujer-, y además es un ferviente seguidor del mundo del toro, pasión que le transmitió a su hija desde bien pequeña. Enrique Ponce es alguien admirado en la casa de los Soria, como se desliza a este medio. No ha habido cartel en Almería en el que apareciera el diestro que no estuviera allí algún Soria, sobre todo el patriarca. Así, Ana comenzó a seguir al torero por redes sociales, a comentarle cosas relacionadas con el toro, intercambiaron mensajes privados y se vieron en persona aprovechando un festejo taurino.
"Se conocieron, se cayeron muy bien y hasta hoy", se informa. No hay etiquetas en lo que tienen, se ven cuando pueden y se lo pasan bien a solas y entre amigos. La familia de Ana no puede estar más feliz. "Son personas muy discretas y conocidas en Almería. No les gusta el escándalo ni verse en estas cosas, pero lógicamente están felices y encantados y conocen a Enrique", informa una persona allegada. Están incómodos por toda la exposición mediática y hasta Ana Soria decidió privatizar sus redes sociales en un primer momento tras la cantidad de mensajes privados recibidos y el agobio que todo ello le generó.
Ella no quiere ser un personaje público, ni actriz, ni modelo, como se ha dicho. Hizo algún pinito siendo más joven, pero nada profesional. Estudia Derecho en Granada y así seguirá. Nada cambiará para ella: "Es una gran estudiante y lo que le gusta es eso. Se han dicho en 24 horas muchas mentiras". Pese a lo desagradable de verse en boca de todos, la familia Soria está tranquila y dispuesta a seguir con su vida normal como hasta ahora. No les preocupa nada más allá de la felicidad de Ana. Se ha comentado que una expareja de ella va a hablar para Sálvame, pero "no preocupa en absoluto".
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