Paz Padilla (50 años) está viviendo un 2020 especialmente duro y devastador. A la crisis del coronavirus que ha afectado a todos los ciudadanos del planeta, la presentadora suma dos trágicas pérdidas personales que han borrado su sonrisa en esta primera mitad del año.
Si el pasado mes de febrero la gaditana tenía que despedir a su madre, Lola, que fallecía con 91 años, ahora ha tenido que hacer frente a otra dolorosa partida, la de su gran amor, su marido Antonio Juan Vidal.
El abogado fallecía este sábado a los 53 años de edad tras varios meses luchando contra una grave enfermedad que le fue diagnosticada el pasado verano y que Paz y su entorno han mantenido en la más estricta intimidad hasta el triste desenlace.
En todo momento, ante la dramática situación de su pareja, la presentadora ha mantenido su discreción y, sobre todo, su eterno sentido del humor, mostrando una envidiable fortaleza de la que hoy su entorno cobra más consciencia que nunca.
La primera de las desgracias que han ensombrecido esa alegría innata de la presentadora llegaba el pasado 10 de febrero, cuando fallecía su madre, Lola, a los 91 años de edad. La gaditana, devastada, sacaba fuerzas para recordar a su progenitora con infinito cariño: "Ella disfrazaba la vida, la carencia la disimulaba y hacía que las pequeñas cosas fueran importantes para cada uno de sus hijos", escribía en Instagram.
"No se cómo lo hacía, pero todos nos creíamos que éramos su preferido; nos inculcó el humor como forma de vida. Tu despedida ha sido triste a la vez que bonita", proseguía su dedicatoria. "Tus ganas de vivir y tu fuerza la mantuviste hasta tu ultimo soplo; y decías: ¡Tiene guasa tener que irse!", escribía Paz.
Diez días después, la presentadora se reincorporaba a su trabajo y volvía a dedicar unas emotivas palabras a su madre: "Siempre vas a estar en nuestros corazones porque tu esencia sigue viva. Este programa te lo dedico a ti porque desde aquí te hicimos muy feliz. Te quiero, mamá", expresaba emocionada desde el plató de Sálvame.
Ahora, con el fallecimiento del gran amor de su vida, la entereza de Paz cobra mucho más valor si cabe. Y es que, tal y como se ha sabido con este triste desenlace, la presentadora ha estado durante meses ocultando su dramática situación personal entre su entorno profesional.
El pasado mes de mayo, cuando la muerte de Álex Lequio consternaba al mundo del corazón, la gaditana pronunciaba un discurso en Sálvame que entonces le ocasionó numerosas críticas: "Nunca estás preparado, pero la muerte forma parte de la vida. Todos vamos a recorrer ese camino", afirmaba, añadiendo que "Hay que normalizar la muerte y aprender a despedirse".
Por aquel entonces, pocos entendieron las palabras de la presentadora, que fue cuestionada incluso por varios de sus compañeros en directo. Una situación que ha cambiado tras conocerse el segundo golpe que la vida le ha asestado en cinco meses: el fallecimiento de Antonio Juan Vidal, 'su' Antonio, con quien vivió una bonita historia de amor juvenil que se interrumpió durante 20 años para resurgir en 2014, como si nada hubiese ocurrido, "como si nunca se hubiera separado de mí", tal y como ella misma ha relatado en alguna ocasión.
La muerte de su marido no sólo ha dado sentido a sus palabras sobre la muerte, también arroja luz sobre varias incógnitas que han surgido estos meses sobre la vida laboral de Paz. La primera surgía durante el confinamiento, cuando la presentador se ausentó de Sálvame durante 70 días "por decisión propia", según explicaba, mientras que otros compañeros como Jorge Javier Vázquez (49)-persona de riesgo por haber sufrido un ictus- tenía que seguir acudiendo al plató.
"Ahora entiendes por qué no quería volver a trabajar", le confesaba Paz este domingo a su compañera Lydia Lozano, tal y como la colaboradora relataba entre lágrimas en Socialité.
El otro interrogante surgía hace unos días, cuando comenzaban las grabaciones de Got Talent y, pese a que se había anunciado que Paz Padilla formaría parte del jurado, esta se ausentaba durante las primeras audiciones. Desde la cadena no se dio ninguna explicación a esta situación y la productora se limitó a confirmar que la gaditana se incorporaría más tarde a las grabaciones.
Hasta el momento en que se han redactado estas líneas, Paz se ha mantenido en silencio ante la triste pérdida de su marido, aunque sí ha atendido a amigos y compañeros que la han llamado para expresarle su cariño y transmitirle ánimos. Unas palabras que se quedan cortas ante este segundo mazazo que ha borrado, al menos de momento, la eterna sonrisa de Paz Padilla.
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