Es uno de los rostros más habituales de la pequeña pantalla aunque su labor en la televisión no siempre fue frente a las cámaras. Carlota Corredera (46 años) es una de las presentadoras estrella de Telecinco, cadena en la que se ha desarrollado profesionalmente desde hace más de una década y en la cual ha conseguido superar sus propias expectativas laborales. Valiente y segura de sí misma, la gallega ha conseguido con esfuerzo y dedicación todo lo que hoy tiene, una confianza que en ocasiones se ha visto mermada por un problema corporal que ha revelado recientemente.
A consecuencia del escándalo que arrastra Miguel Bosé (64) en los últimos tiempos a consecuencia de sus incendiaras declaraciones respecto a la Covid, Corredera sacó a la luz una mala experiencia que tuvo con el cantante en los inicios de su carrera. Un primer encuentro que quedó grabado a fuego en la memoria de la que fuera directora de Sálvame y que tuvo como protagonista la afección que padece.
Los hechos se remontan a cuando Carlota contaba con tan solo 24 años y trabajaba para Diario 16. Este medio le mandó a que entrevistase a Miguel Bosé, que por entonces presentaba el programa musical de TVE Séptimo de Caballería. Una situación a la que la ahora presentadora de éxito se enfrentó con gran ilusión y que terminó saliendo cómo ella esperaba. "A mí me sudan mucho las manos y siempre lo paso mal al darla porque me da palo. La cara de asco no la disimuló... Le empecé a entrevistar y en cada pregunta la cara iba a peor", relató así la conductora de televisión, que revelaba de este modo por primera vez su problema de sudoración. Asunto que enfureció al divo musical en aquel entonces.
El exceso de sudoración en manos recibe el nombre de hiperhidrosis palmar y es un problema relativamente frecuente que afecta al 2% de la población, aunque no se le suele prestar demasiada atención por mero desconocimiento. Pese a ello, la sudoración excesiva tiene consecuencias importantes desde el punto de vista psicológico, social y laboral de los pacientes que la padecen, pues puede llegar a mermar su confianza a la hora de mantener contacto con otros individuos. Problema que ha vivido la propia Carlota Corredera en primera persona.
La hiperhidrosis no es un problema psicológico ni psiquiátrico, por lo tanto, los tratamientos que incluyan fármacos para disminuir la ansiedad no son efectivos para tratar este problema. Cuestión que conoce de cerca otro famoso que no hace mucho ha puesto fin a este mismo asunto, David Broncano (34), que publicó en Instagram hace algunas semanas cómo había acabado con el exceso de sudor en sus manos.
El cómico se trasladó a Lisboa, a la consulta del médico Diego Gonzalez Rivas, que había sido uno de los invitados de La Resistencia. En el programa, el doctor le ofreció solucionar aquello que le impedía dar la mano a sus entrevistados, un problema al que se puede le puede dar carpetazo a través de una sencilla intervención quirúrgica. El procedimiento, que se efectúa bajo el efecto de una anestesia general, consiste en la ejecución de dos pequeñas incisiones a la altura de la axila a través de las cuales se coloca una cámara especialmente diseñada para ver dentro del tórax. Con esta cámara se buscan los nervios que salen de la columna vertebral y llevan los impulsos nerviosos a las glándulas sudoríparas. Para acceder a estos nervios se colapsa el pulmón. Una vez identificados, estos nervios se cortan en lugares específicos con el fin de detener la sudoración de manera permanente.
El procedimiento se realiza en los dos lados del tórax y acaba con el problema de manera eficaz en un 95% de los casos. No suele ser necesario colocar ningún drenaje y el pacientes se despierta en cuando la cirugía concluye, un procedimiento poco invasivo que no necesita de ingreso hospitalario y que permite que el intervenido recupere su actividad normal en poco espacio de tiempo. Remedio definitivo que pocos conocen y que es la solución para todos aquellos que sufren esta incómoda situación, aunque no es el único. La toxina botulínica o bótox, también sirve para paralizar las glándulas sudoríparas, pero su efecto no es definitivo y hay que proceder a volver a inyectar una vez pasado el tiempo.
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