365 días, un año ha transcurrido desde que el 8 de septiembre de 2019, Camilo Sesto, uno de los grandes artistas de este país -y allende los mares- falleciera en la clínica Quirón de Madrid como consecuencia de un fallo cardiorrespiratorio. Tras la muerte del intérprete de Vivir así es morir de amor comenzó un río informativo turbulento: se sucedieron una serie de noticias en cascada acerca de su parcela personal, familiar, sentimental y económica que ha llegado hasta la actualidad. Informaciones, y falsedades infundadas, que han emborronado, en parte, su legado.
Ahí, una herencia en peligro, un hijo, Camilo Blanes Ornelas (37), Camilín, aquejado por serias adicciones según su madre, un dinero desconocido en el banco, y unas últimas voluntades que, al parecer, no se han cumplido como él deseó y decretó en vida. Esa es la triste información que se tiene un año después, y que desliza, y denuncia, su entorno.
No se están haciendo las cosas como deberían. JALEOS se ha puesto en contacto con Eduardo Guervós, el que fuera su mánager y mano derecha. Está indignado después de haber visitado Alcoy (Alicante) en el aniversario, la ciudad natal de Camilo. Se ha percatado en qué condiciones continúan las cenizas del mítico cantante. Y lo entiende como una desvergüenza.
Todavía no se ha hecho ni un panteón, ni una tumba "digna, como Dios manda" para Sesto, como se prometió. "Cómo es posible que un artista como Camilo siga un año después metido en un nicho de 25 centímetros y no tenga ni tumba ni panteón. No se le ha respetado. Tanto dinero y tanto hijo y tanto abogado y mira cómo sigue el artista más internacional". Guervós clama y pide que se haga justicia y que los responsables -los abogados, esos que dieron su palabra entonces-, cumplan con lo que es menester. "Y que no le echen la culpa a la Covid, que nada tiene que ver en esto", apostilla en conversación con este periódico.
Cuénteme cómo está la situación en Alcoy
Todavía Camilo no tiene su panteón, sigue en un nicho con sus padres de 25 centímetros. Ahí es donde está, con una plaquita que se la han puesto las fans, porque, si no, ni eso tendría. Así estamos. ¿Y el panteón?
O sea, nada se ha hecho. ¿Quién es el responsable?
Nada, no hay nada. La explicación la tiene que dar el hijo, es el encargado de hacerlo. El ayuntamiento lo tiene todo al día y concedidos los permisos; solo hay que ir y hacerlo. Hay que enterrarlo como Dios manda, en el sitio que le corresponde.
Usted y Cristóbal, sus hombres de confianza, han hecho todo lo que les dijo, ¿no?
Nosotros hemos hecho todo lo que Camilo quería, todo. Son los demás los que no han cumplido con las voluntades de Camilo.
¿Los abogados?
A lo mejor en el presupuesto de los abogados no estaba contemplado ese tema. Pero mira como sí que estuvieron en el cementerio, el día del homenaje a Camilo en Alcoy en 2019. Estuvieron allí y dijeron que iban a hacerse cargo, se supone. Pero a día de hoy no hay nada hecho.
Aquí la Covid nada tiene que ver, ¿no?
No se ha hecho nada en un año. Y en hacer una tumba o un mausoleo se tarda un mes. ¡Que no se achaque esto a la Covid!
¿En qué punto está el museo?
El museo está en marcha, ya está la empresa haciendo el diseño. Para finales del año 2021, para septiembre de 2021 estará. Como mucho, principio del 22.
¿Cómo sigue su relación con Camilo hijo?
No hay relación, no tenemos. Quedamos en vernos y hablarnos, y hasta el día de hoy.
Los escándalos de Camilín
Las imágenes que Camilo Blanes compartió con sus seguidores durante un directo de Instagram hace unas semanas hicieron sonar la voz de alarma. El hijo de Camilo Sesto aparecía frente a la cámara de su teléfono móvil con mal aspecto y evidentes síntomas de inconsciencia, un estado calamitoso que no es la primera vez que presenta el heredero universal del cantante.
Las adicciones del joven son conocidas públicamente desde hace mucho, situación que propició que existiera un gran distanciamiento con su padre durante sus últimos años de vida. Pese a que la relación no era todo lo fluida que lo fue antaño, tras la muerte del artista, Camilín regresó a España junto a su madre, Lourdes Ornelas. Una mujer que lleva años intentado cuidar de su hijo. Hace unos días, la mexicana entró en directo vía telefónica en el programa Sálvame, donde narró la difícil situación que vive junto a su hijo a consecuencia de sus malos hábitos.
Un testimonio desgarrador en el que no ha tenido reparos a la hora de poner nombre a la enfermedad que padece su primogénito. "Yo estoy pendiente de él, pero en México las cosas son diferentes y le puedo coartar las cosas que hace, aquí no puedo estar detrás de él con un bate", confesaba Lourdes, que en un alarde de sinceridad aseguraba: "No es tan fácil incapacitarlo".
"Desgraciadamente, cuando él está así, no está consciente. No le disculpo, pero es así. Cuando está bien se da cuenta. Es muy difícil este tipo de casos, yo le ayudo en todo lo que puedo, pero estoy agotada. Es un problema de salud. Siempre me dice que no va a volver a pasar, y yo le digo que se vea en los vídeos para que se dé cuenta. Llevamos mucho tiempo con esto y la cabeza no me da para más", afirmó Lourdes Ornelas, que aclaraba que su propósito de estar en España no es otro que ayudar a su hijo, y no como otras voces apuntan.
Un supuesto segundo hijo del cantante
Hace unos días, este medio desvelaba en exclusiva una información que afecta directamente al mítico y malogrado cantante, a su presunta y desconocida descendencia en vida y, también y no menos importante, a la magna herencia que dejó como legado a su único vástago a ojos de todos. Según informaba a este medio una persona de total solvencia, un joven natural de Barcelona está interesado en reclamar la paternidad de Camilo Sesto.
Sostiene que es hijo legítimo del cantante, aunque durante todos estos años lo haya mantenido en la más estricta intimidad. Por deseo de su madre. Esta persona, de 34 años de edad -y que guarda un gran parecido físico con el cantante-, querría iniciar el proceso para luchar por sus derechos. Su nombre empieza por la inicial D, vive y trabaja en Barcelona y se dedica al transporte, como se apuntaba a este medio. De momento, el joven prefiere no dar un paso al frente a nivel mediático: quiere y desea ser anónimo, y batallar bajo esa máxima.