El marqués de Griñón, Carlos Falcó, fallecía el pasado mes de marzo de forma inesperada como consecuencia del coronavirus. Mes y medio después de su muerte se conoció su expreso deseo de legarle a su hija Tamara Falcó Preysler (38 años) el título nobiliario que ostentó en vida, el marquesado de Griñón. Así, Tamara se convertiría en la nueva marquesa de Griñón. La VI marquesa de Griñón.
El motivo por el que la solicitud se ha estancado durante tanto tiempo no es otro que la decisión primera de Tamara de no tramitarlo hasta que se celebrase el funeral en memoria de su padre, fechado para el próximo 5 de octubre, como informa ¡HOLA! en el avance de la información. No obstante, debido a las restricciones sanitarias por la Covid-19 se ha cancelado sine díe este último adiós. Ante esto, Tamara ha dado un paso al frente.
Ya ha solicitado formalmente el título, a la espera de la firma del rey Felipe VI (52). Es el monarca quien tiene que otorgárselo en última instancia. Y es que, los títulos nobiliarios en España son concedidos por el Rey, quien también aprueba cada una de las sucesiones de los mismos. Así pues, queda poco para que la hija de Isabel Preysler (69) herede esta ilustre distinción familiar que los Fernández de Córdova y Álvarez de las Asturias-Bohórques recibieron de manos de la reina Isabel II en 1862.
"Tamara es dulzura, transparencia, alegría y sensibilidad". Esos son algunos de los sustantivos que el empresario y bodeguero Carlos Falcó atribuía a su hija mediana, único fruto nacido de su breve pero intenso matrimonio con Isabel Preysler. Esos son los valores mínimos, debió de pensar el aristócrata, que debía tener la persona idónea para ostentar el marquesado de Griñón.
Carlos Falcó y Fernández de Córdova, quinto marqués de Griñón y Grande de España, murió el viernes 20 de marzo a l os 83 años de edad en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid tras varios días de ingreso por dar positivo en Covid-19. De sus tres primeras esposas -se casó cuatro veces- nacieron cinco hijos. En las últimas voluntades del malogrado empresario, de hecho, se recoge específicamente que el título de Grandeza de España y el marquesado de Castell-Moncayo vaya a parar a su hijo mayor, Manuel, y el marquesado de Mirabel recaiga sobre su hija Xandra.
Con todos ellos mantenía una relación muy estrecha. Con los dos mayores, Manuel y Xandra, incluso también le unía un vínculo laboral. Pero su debilidad siempre fue Tamara. Ahora se conoce que la más popular de todos sus vástagos ostentará el título de marquesa de Griñón y, de alguna manera, ella, sorprendida tras la apertura del testamento, ha querido agradecer a su padre el gesto lanzándole un mensaje. "Gracias Papi por dejarme el legado más bonito que se le puede dejar a una hija: tu amor", ha escrito junto a la instantánea donde aparece posando en la piscina interior de su casa de Puerta de Hierro junto al libro Entender de vino, escrito por el propio Carlos Falcó.
Xandra, en su peor momento
A principios de septiembre, Xandrá Falcó recibía otro duro golpe después de la muerte de su padre. Su marido, Jaime Carvajal Hoyos, fallecía repentinamente a los 56 años, sumiendo a la mayor de las hijas de Carlos Falcó en una profunda tristeza cuando todavía estaba luchando por reponerse tras perder a su progenitor, a quien estaba muy unida.
Xandrá y su marido formaban una de las parejas más consolidadas de la alta sociedad y acababan de regresar a Madrid tras unas tranquilas vacaciones en Palma junto a sus tres hijas en común: Isabela (19), Camila (17) y Blanca (9). Jaime y Xandra llevaban 22 años casados y siempre habían hecho gala de una gran discreción, permaneciendo ajenos al entorno mediático en el que vivían. Él ostentaba el título de marqués de Almodóvar del Río y era amigo de Felipe VI, que siendo todavía príncipe de Asturias acudió a su boda con la hija de Carlos Falcó en Plasencia.
La muerte de Carlos
El marqués de Griñón falleció el pasado 20 de marzo en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid a los 83 años de edad a causa del coronavirus contra el que había estado batallando durante días. Hasta la fecha, el empresario no había presentando ninguna patología previa de relevancia.
Durante el tiempo que estuvo ingresado, Tamara, sus hermanos y Esther Doña se mantuvieron unidos en la distancia para superar juntos estos momentos tan duros. Y es que a la muerte del aristócrata hay que sumar que la familia no pudo vivir el duelo con normalidad, debido a las restricciones impuestas por las autoridades para evitar la propagación del coronavirus. El 25 de marzo Carlos Flacó fue incinerado en el crematorio Sur de Madrid en una ceremonia íntima a la que solo acudieron Tamara junto a Manuel y a Xandra.
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