La cantante y actriz Jedet (28 años) ha sido una de las protagonistas del estreno de la segunda temporada de Este es el mood, el formato de entretenimiento de Badoo que pone sobre la mesa y da voz a temáticas de interés especialmente entre los jóvenes.
En una entrevista muy personal con Amarna Miller (29), presentadora del espacio, Jedet ha confesado haber hablado en muy contadas ocasiones de su vida privada, aunque sí afirma haber tenido únicamente una expareja.
Sus impresiones sobre el desamor y sus experiencias quedan reflejadas en su primer libro, Mi último regalo, aunque señala que "nunca escribo con el objetivo de hacer un libro. Mi primer libro fue un accidente, como todo en mi vida, pero que al final termina saliendo bien. Yo estaba pasando por mi primer desamor con mi primer novio, y escribía porque no sabía bien cómo gestionar aquello, era muy jovencita", relata.
La protagonista de Veneno asegura que siempre escribe "compulsivamente" para desahogarse. "Cuando me propusieron mi primer contrato editorial pensé que mi diario tenía material". "También te digo que quise publicarlo para que lo leyera mi ex. Para decirle: tú me has roto el corazón, pero yo lo he capitalizado", reconoce Jedet.
Esta faceta de confesiones al lector también se observa en su último libro, Efecto Mariposa, donde Jedet declara pretender "follar con el lector y si te he visto, no me acuerdo". La escritora explica en la entrevista que con esta pretensión intenta abrirse en canal sobre temas nunca compartidos con sus allegados: "Hablo de cosas muy íntimas que ni siquiera mi familia o mis amigas sabían, y sentía la necesidad de dejar unas instrucciones al inicio del libro, donde pedía que después de leer todo (hablo de trastornos alimenticios, desamor, drogas, etc.), nadie podría preguntarme sobre ello. Pensaba que la gente se lo pasaría por el forro, pero lo han respetado".
Preguntada sobre sus referentes y si Jedet llega a considerarse un modelo a seguir para otras personas, la artista es tajante: "Espero que no. Me considero una víctima muchas veces. Siento que estoy encerrada en una cárcel que me he creado a mí misma, estoy obsesionada con la belleza. Es horrible. Me gustaría que no me siguiesen en eso, que la gente se sienta cómoda teniendo granos, sin depilarse, sin arreglarse. Yo no puedo, estoy enferma. Yo necesito la belleza para pisar fuerte. Es triste necesitar tantas cosas para sentirte bien contigo en relación con el físico".
Ante la sorpresa de Amarna por tal confesión, Jedet también reconoce en su entrevista que trabaja su interior: "No me permito verme una arruga, pero sí soy capaz de ver la belleza en las arrugas de los demás. Me gustaría ir desprendiéndome de esas cosas, llegar a mis 50 años siendo capaz de tomarme unos boquerones en Cádiz con un moño y mal teñida, sin hacer dieta y sin pesar el brócoli por miedo a engordar cinco gramos. Es una cárcel".
La fama ha llegado a Jedet en un corto periodo de tiempo. Sin embargo, ella no se considera famosa. "Vivo en el mismo piso de estudiantes en el que estaba, compartiendo con mis mejores amigas. Visto de Primark y llevo un bolso de Gucci. Ahora me siento feliz, en el sentido de que vivo de lo que me gusta y no tengo que depender de un trabajo para invertir ese dinero en mi arte. Me llegan proyectos y puedo descartar los que no me gustan".
Una fama que, en parte, llega por uno de sus últimos éxitos: la interpretación de una joven Cristina Ortiz 'La Veneno' en su llegada a Madrid, en la serie de los Javis Veneno. Ya incluso antes de que se diera a conocer su trabajo y sus dotes como actriz, Jedet recibió diversas críticas. ¿Qué les tiene que decir ahora que la serie ha sido todo un éxito? Su respuesta es clara: "Os jodéis".
Sobre la figura de Cristina Ortiz, la entrevistada reconoce que en numerosas ocasiones la han comparado con ella antes de su implicación en la serie, y que lo que ha aprendido de ella es "el tipo de personas de las que no debes rodearte, el tipo de elecciones que no son buenas para ti y la importancia de tener buenas amigas y una familia que te apoye".
Jedet no es ajena a la polémica y en varias ocasiones se ha visto inmersa en más de una. Es el caso de su comparación del movimiento TERF (Feminista Trans Excluyente), donde muestra determinación con una frase que ya se ha vuelto viral: "Ese nombre hay que cambiarlo. Una mujer trans excluyente no puede denominarse feminista".
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