Mónica Naranjo (46 años) está feliz y cargada de proyectos. El próximo 29 de octubre se estrena La huella de la Pantera, película documental de la que la artista de Figueras es la gran protagonista. Será ella misma la que cuente en primera persona cómo ha vivido el gran impacto que ha generado su carrera en la industria musical. Se trata de un trabajo audiovisual muy esperado por sus más férreos seguidores y que la cantante presenta orgullosa.
La catalana, que se divorció durante el verano de 2018 del criminólogo Óscar Tarruella (50) tras 15 años de matrimonio, confiesa que actualmente atraviesa un buen momento. Mónica se muestra renovada y confiesa que actualmente vuelve a estar abierta al amor.
¿Cómo es que a su edad le hagan un documental?
Raro, sigo siendo una mujer muy joven. Cuando se hacen documentales y biografías es, habitualmente, al final de una carrera o casi al final de una vida, pero bueno... querían hacerlo y lo hemos hecho.
Y con la que está cayendo... es atrevida hasta para esto.
Al final en la vida, pase lo que pase, hay que seguir caminando. No nos podemos parar. Lo que está sucediendo no puede hacer que la vida se pare. La vida es para los valientes.
Es un documental es sobre una gira que hizo después de cuatro años de parón.
La gente lo que va a poder vivir es un concierto en vivo, pero tras bambalinas. Qué sucede, cuántas horas al día tenemos que entrenar todos los profesionales, ensayar... todo eso que la gente desconoce. Yo creo que con un documental como este, van a darse cuenta del nivel de disciplina que hay que tener para poder sacar hacia adelante una responsabilidad como esta.
¿Quién le puso el nombre de 'Pantera'?
Una compañera tuya. Núria Martorell, de repente un día dijo 'La Pantera de Figueras' y ahí me he quedado. Son 30 años ya en el mundo del espectáculo. El éxito vino muy pronto.
¿Cómo ha cambiado?
A través de ir conociendo realmente lo que eran los entresijos de una profesión como esta. A mí el éxito me llegó muy pronto, era muy joven y estaba muy sola. Yo cogí el macuto, crucé el charco y empecé a vivir sola en un país como México, con 18 añitos. Mi mente no estaba preparada para todo lo que se avecinaba, trabajé muchísimo, pero también el trabajo dio sus frutos. Con el tiempo piensas 'qué generosa ha sido la vida conmigo'. Dios me dio un talento que he tenido que trabajar y sigo trabajando todos los días, pero hay mucha gente con talento y no ha tenido la misma suerte que yo.
¿Diva se nace o se hace?
No. Hablamos siempre del personaje sobre el escenario, la persona dista mucho. La persona es muy hippie.
Parece una persona muy segura, atrevida y muy fuerte, ¿es realmente así?
Yo soy bastante más tímida. Algún día haz el esfuerzo de plantarte en un escenario delante de 15.000 personas. Yo después de 30 años sigo súper nerviosa en el momento en el que se apagan las luces, se te encoge el corazón.
Necesitó cuatro años de parón, ¿se planteó no volver?
Yo nunca me he planteado no volver. Yo me alejo y cuando siento que estoy al 200% vuelvo. Hay que ser muy honesto en esta profesión, las personas van a verte, pagan una entrada, son caras y quieren ver a su artista al 200%. Si no estoy así, siento que no estoy siendo honesta y me siento mal. Cuando veo que estoy muy cansada de cantar, es el momento de retirarme, recuperar fuerzas para volver con arraigo y sobre todo respetando al público, hay que hacerlo.
Cuatro años es bastante tiempo, ¿anímicamente cómo estaba? ¿Se puede hablar de depresión?
No, la depresión es algo... últimamente se utiliza esa palabra como si se come un chicle, la depresión es una enfermedad muy grave, no hablemos de eso. Cansancio de viajar, de cantar, de tantas giras... Desde que regresé con Tarántula no había parado, fueron cuatro giras aquí y a nivel internacional.
¿Cómo está ahora?
Muy bien, estupendamente. Estoy en un momento muy bonito. Acabamos de iniciar un nuevo tour, ya hemos hecho dos conciertos y fue muy bonito volver a los pequeños aforos, tener a la gente tan cerca. En otro momento hubiéramos podido lanzar ya todas las fechas por toda España, pero tenemos que ir adaptándonos.
¿En qué momento está en lo referente al amor?
La gente al final lo que necesita es enamorarse, da mucha vidilla. Yo me casé conmigo misma y me va muy bien.
¿Ha descubierto algo de usted misma durante el confinamiento?
Al final creo que este confinamiento ha sido muy bueno para trabajar esa parte interna del ser humano. Cosas que el día a día no tenemos tiempo de interiorizar y de saber qué sucede: cómo respiramos, qué es lo que necesitamos realmente y lo más importante es ese espacio con la familia. Yo soy muy de familia y de poder estar con ellos cerca, arropada, recuperar el tiempo que a veces el trabajo te resta. Para mí ha sido una verdadera joya. Suena mal que lo diga viendo todo lo que ha sucedido, pero para mí ha sido una bendición. Yo no había tenido tiempo de bajar al estudio, componer... todo ha sido muy chulo. Un recogimiento que para mí, sin yo saberlo, era muy necesario.
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