Un problema más se suma al matrimonio Rivera-Rosales. Irene (29 años) ha confesado a través de las redes sociales que ha contraído coronavirus, una situación que la obliga a estar en encerrada en su domicilio sevillano alejada de su marido y sus dos hijas. La joven así lo ha revelado en su perfil de Instagram, en el que ha querido tranquilizar a todos sus seguidores.

"No tengo ningún síntoma", ha dicho en unos stories la nuera de Isabel Pantoja (64), que horas después de hacer pública la noticia, ha entrado en el programa donde trabaja, Viva la vida, mediante una videollamada. Con buen semblante y sin ningún efecto visible de la enfermedad, Irene ha contado a la audiencia y a sus compañeros cómo está viviendo esta situación. 

"No tengo ningún síntoma de coronavirus, pero fui a hacerme el test y di positivo", ha dicho Irene, que ha recalcado que tanto Kiko (36), como sus dos hijas, Ana (4) y Carlota (2), han dado negativo en Covid. Hecho provoca que durante unos días, y hasta que la sevillana de negativo, tengan que vivir separados. 

La distancia que exige este tipo de circunstancias ya parece estar haciendo mella en el hijo de la tonadillera, que durante el fin de semana ha escrito en una de sus últimas publicaciones de Instagram lo mucho que echa de menos a su mujer. "Deseando volver a besarte y abrazarte. Son dos días ya y parece un mundo. Sí, mi mujer ha dado positivo en COVID-19 pero yo soy un bicharraco y soy negativo. Cuidaros mucho, por favor ¡Todos! Os requetequiero", ha dicho el dj junto a una fotografía en la que aparece besándose con Irene. 

El encierro de Irene llega en un momento nada fácil para su familia, ya que tras la entrevista que concedió Kiko Rivera en Sábado Deluxe, donde revelaba estar atravesando por una depresión, se ha cuestionado mucho la verdadera relación que existe entre el dj y su madre. Un tema que ha estado presente en todos los programas del corazón durante la última semana y al que se suma el reconocido 'coqueteo' del hijo de Paquirri con otras mujeres a espaldas de su esposa. 

Un bache emocional para los integrantes de la familia Pantoja que, por el momento, Irene vivirá recluida en su domicilio sevillano. Sola y sin el refugio de sus pequeñas y su marido. Una prueba difícil de superar, pero que confía en que será breve.

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