Este martes Tamara Falcó (38 años) ha realizado junto a los hermanos Torres un showcooking con Bra, una de las marcas con las que ha reformado su cocina familiar de la casa de Puerta de Hierro, el último gran proyecto personal que la tiene tremendamente ilusionada. De un tiempo a esta parte, la más mediática de los Falcó está muy involucrada con la gastronomía y la buena alimentación, y el hecho de haber colaborado activamente en esta remodelación de la cocina de la mansión la entusiasma.
"Antes era la cocina solo de Ramona -la asistenta-, ahora también es mía", comenta, entre risas, en la rueda de prensa virtual que se ha celebrado. Tamara siempre tiene una sonrisa dibujada en el rostro, al menos de cara a la galería. Y eso que en los últimos meses ni ella ni su familia lo han pasado nada bien. La muerte, la desgracia, parece haberse cebado con los suyos tras el fallecimiento de su padre, Carlos Falcó, de su cuñado, Jaime Carbajal, y de su tío, Fernando Falcó, al que estaba muy unida.
Ella saca positivismo de donde no tiene y reconoce que "la muerte es parte de la vida", aunque le pide al nuevo año lo que sigue: "Sería bonito poder estar tranquilos un tiempo". Asegura, pese a todo, estar atravesando un buen momento profesional; no descartaría la oferta de presentar las Campanadas y le haría mucha ilusión escribir un libro de recetas familiares. Tamara Falcó está imparable.
No están siendo unos meses fáciles para la familia, ¿qué le pide al nuevo año?
La verdad que sería bonito estar tranquilos un tiempo. Ahora viene el nuevo hijo de Ana. Pido salud y estar todos bien. Y a nivel profesional, si sigue esta racha, estupendo.
Hace poco que falleció su tío Fernando.
Está todo muy reciente, parece todo una pesadilla. Lo ingresaron un jueves y falleció a la semana siguiente. Más o menos igual que mi padre. Sin duda, una mala racha para la familia. A mi tío Fernando lo quiero un montón, pero me lo volveré a encontrar. Cuando te faltan, los echas de menos. Hay figuras en la vida que se convierten en paternas. A él no le gustaban mucho los niños, pero conmigo salía a comer, a cenar, hacíamos mucha vida. En fin, la muerte es parte de la vida, pero nunca te pilla en un buen momento.
En breve se convertirá en marquesa de Griñón.
Me ha dicho una periodista que el 12 de noviembre se publica en el BOE. Es algo emocinante, espero estar a la altura, dejarlo mejor. Mi padre ha dejado el listón muy alto. Lo haré a mi manera.
Cambiando de tema, ¿a su madre le gusta cocinar?
Mi madre aborrece la cocina. Lo único que quiere es que esté limpia y que le den la comida. La aborrece con todas sus fuerzas. No le gusta nada.
¿Alguna vez ha cocinado para usted?
Recuerdo que Chábeli (49) tuvo un accidente y tuvimos que ir a Los Ángeles. Nos hospedamos en su casa y mi madre cocinó con un trozo de pan, un trozo de tomate, queso y pimienta. Era como un aperitivo, estaba rico, pero no se tiró el rollo.
¿Usted tiene pareja actualmente?
No, ¡buscadme pretendientes!
¿Escribiría un libro de recetas?
Sí, haría un libro de recetas familiares, recetas con las que crecí, que las estamos perdiendo. Tenemos mucha cocina asiática en casa. Haría muchas recetas.
¿Le ha cocinado a su madre?
Me gusta la cocina, cocinar, y da igual para quién sea. Me encanta que guste. Utilizo a mis amigos de conejillos de indias. A mi madre y a Mario Vargas Llosa (84) me gustaría cocinarles de vanguardia.
Si no fuese española, ¿de dónde le gustaría ser por su cocina?
Lo tengo muy fácil con la comida filipina que tenemos en casa. Su cocina me encanta, cuando hemos caído enfermas nos han cocinado comida filipina. La verdad es que me gustan todas las cocinas, excepto los bichos.
Para usted, ¿cuál es la mejor forma de cuidarse?
La mejor forma de cuidarse es ponerse en manos de una nutricionista. Por ejemplo, el ayuno intermitente es muy bueno. Intento meter también más verdura en lo que como. Te sacias más. También como grasas y proteínas. Lo suyo es limitar los carbohidratos a partir de las cinco de la tarde. Muchas veces la comida tiene que ver con la situación emocional.
¿Le gustaría dar Las Campanadas?
¡Qué haríamos sin Anne Igartiburu (51)! ¿Campanadas? Pues, venga, las doy. Me gusta hacer televisión, me lo estoy pasando muy bien.
¿Se plantea abrir un catering?
No, tengo demasiadas cosas ahora mismo. No sé de dónde sacaría el tiempo. Pero más que por eso, es que tengo mucho respeto al mundo de la restauración, yo no soy chef. Eso sí, a partir de enero voy a empezar a formarme.
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