No corren buenos tiempos para el periodista Jesús Quintero (80 años). Al menos, si lo que reflejan algunos medios se corresponde con la realidad. Hay quien asegura que está arruinado, que ningún proyecto laboral le termina de cuajar y que está condenado a ese silencio del que tanto se benefició en sus entrevistas. Lo último que se conoció de él -más allá de sus presuntos problemas económicos e impagos por el teatro que llevaba su nombre-, es que tuvo que ingresar en el hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva el pasado mes de julio, aquejado de una dolencia desconocida. Pero, ¿cuál es la realidad de Jesús Quintero?
JALEOS se ha puesto en contacto con dos buenos amigos del comunicador, quienes desmienten y acallan "falacias": "Jesús está estupendo y casi nada de lo que se cuenta es cierto". Se confirma su "frustración" y su tristeza por no poder despedirse de su público en televisión como a él le gustaría. Quintero quiere, desea y anhela un último programa con el que ponga el broche de oro a su carrera televisiva. Ha cumplido este verano 80 años, pero su ilusión sigue intacta. Como la de aquel 'loco de la colina'. Así lo hace constar una de las fuentes: "Él tiene los achaques típicos de la edad, pero de la mente todavía se ve bien y podría asumir un programa".
Este periódico ha podido confirmar, en esa línea, que Quintero, como avanza El cierre digital, estaba negociando su despedida con Canal Sur TV, pero finalmente la cadena volcaba sus pretensiones. ¿El motivo? El programa que presenta Bertín Osborne (65), El show de Bertín. El presupuesto otoñal lo han destinado a su espacio, y no al que se estaba pergeñando con Jesús Quintero al frente. Esto ha entristecido, cuando no revirado, al que un día fuera una leyenda de la comunicación. En la intimidad sigue quejándose; entiende que todavía debería haber un hueco para él, para todos los comunicadores veteranos. Ve con resignación ese mandoble que la sociedad asesta a lo longevo. "El disgusto se lo ha llevado, está claro. Creía que la realidad era otra. Pero tampoco es cierto que esté arruinado ni en las últimas como se ha dicho. Jesús es un hombre fuerte, hecho a sí mismo y siempre tiene un plan B", le echa un capote un gran amigo.
Existe una jubilación forzada en lo tocante a las televisiones, pero Quintero no se rinde: hay vida más allá de la caja tonta. Tiene, en efecto, un plan B. Tal y como informa Vanitatis, en febrero de 2019 constituyó su propia fundación, Fundación Jesús Quintero, la que se ha convertido en su colchón, en su esperanza e ilusión. Con esta empresa pretende levantar un museo-documental en San Juan del Puerto de 2.000 metros cuadrados.
En él plasmará "más de 10.000 horas de televisión". Alguien que bien quiere a Jesús y lo frecuenta asegura a este medio que este proyecto lo tiene ilusionado y que no deja de crear ideas y recopilar y buscar archivos gráficos, audiovisuales o de prensa. "Es algo cuidado y con mimo", se detalla. Quintero "siente la ilusión de un chaval" pese a los baches de salud que ha ido sorteando con los años: "Todos los días se levanta temprano, lee la prensa, es un hombre muy activo que no se permite parar".
Eso sí, hay una verdad que no se oculta entre su entorno: es un gran divo. Siempre le ha gustado estar bien, dar bien a cámara, salir de punta en blanco a escena. Con su afeite personal perfecto. Y eso, como no podía ser de otra forma, ha mermado con el implacable paso de los años. Por eso Jesús se recluye más. Es mucho más reacio a exponerse a su público. Sostienen que apenas sale de casa para evitar fotografías, pero no es del todo cierto y se es claro: "Él no está solo y sale a pasear". Nunca lo ha estado, ni en sus peores momentos; Quintero tiene buenos amigos, unas hijas que lo adoran y unos nietos por los que se desvive. Vive en una suerte de jubilación forzada, sí, y "de gran añoranza y nostalgia", también. Pero saldrá de ello, y por la puerta grande.
Su teatro y su visión de la TV actual
Fue en 2018 cuando saltaba la noticia: el teatro Quintero, ese en el que tantos éxitos cosechó Jesús, tenía los días contados. La relación del periodista con la empresa propietaria del local, Inversiones Frois Lissen S.L, se tornó más tensa que nunca después de dos años y medio de impagos por parte de Quintero y de reclamaciones baldías que acabaron en una solicitud de desahucio. Se resistía Jesús a pagar y ya la cuantía ascendía entonces a 540.000 euros. En noviembre de 2017 rehusó el ultimátum del juez de primera instancia de Sevilla, y así hablaba el letrado de la parte demandante para este medio: "La otra parte -Quintero- recurrió la sentencia de desahucio, pero, claro, para poder hacer este recurso él debía aportar pruebas de que disponía de la cantidad reclamada, cosa que no hizo. Solo quiere prolongar y dejar que pase el tiempo entre tanto recurso. Como se esperaba, interpuso un recurso de apelación que no se lo admitieron".
En el recurso que interpuso la defensa de Quintero se esgrimía que el periodista reflotó el local cuando este estaba en ruinas, para lo cual tuvo que acometer una importante reforma. Razones por las que el loco de la colina consideraba al teatro "como su hijo" y dejaba patente su intención de luchar durante todo el recorrido de la demanda para evitar el desahucio. Solo dentro de unos escasos meses se sabrá si el teatro seguirá llevando su nombre. En 2019 se vio obligado a abandonar el teatro, el cual cambiaba de nombre y comenzó a llamarse Teatro La Cuna del Flamenco.
El pasado mes de febrero, Jesús Quintero atendía a EL ESPAÑOL para hacer un repaso a su vida profesional y al panorama político con su peculiar forma de expresarse. Así hablaba entonces el comunicador sobre su retiro del foco mediático: "Creo que, sobre todo en la tele, se ha perdido el gusto, la sensibilidad y hasta la vergüenza. Lo que en Andalucía llamamos el paladar".
Quintero confesaba en la misma entrevista que antes de alcanzar la fama soñaba con ser actor: "Soy un actor frustrado. Luego acabé en la radio, también a bordo de una roulot con la que recorrimos España. Una furgoneta extravagante y vagamunda. Radio Nacional, La Ser, Televisión Española, Canal Sur… Son tantos sitios… He recorrido este país pueblo a pueblo, río a río. He visto a muchos enrollarse con la fama, la riqueza y el poder. Para mí, no tiene demasiado interés. ¿Sabes? El psicoanálisis me ha ayudado mucho", revelaba, añadiendo entusiasmado que llevaba "veinte años de psicoanálisis".
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