María Patiño (49 años) y su marido, Ricardo Rodríguez Olivares (43), celebraron el pasado 15 de agosto su primer aniversario de boda. Tras 14 años juntos, la pareja se sigue mostrando sólida y enamorada, hasta el punto de que el venezolano se ha convertido en el mejor apoyo de la presentadora, que estas últimas semanas está inmersa en una crisis que afecta a su trabajo y la mantiene más sensible de lo habitual.
Paseos de la mano por Madrid, mensajes dedicados en sus redes o besos lanzados a su esposo desde el plató de Socialité, la gallega no esconde lo que siente por Ricardo. Además de estos sentimentales gestos, Patiño también ha promocionado recientemente en su Instagram el trabajo más desconocido de su marido.
El actor, a pesar de que ha participado y protagonizado varios papeles en cortometrajes y anuncios, abrió su abanico de salidas profesionales cuando fue consciente de que la vida de los artistas no era tan fácil. De esta forma, hace dos años fichó como modelo de cabecera para una marca de gafas y monturas de titanio.
Rodríguez es imagen de Kurko Visión, una empresa óptica española que nació hace dos años y está creada por una familia de profesionales con más de 30 años de experiencia en el sector. Desde el primer momento contaron con el marido de María Patiño para el lanzamiento de su colección y tienda online, y desde entonces se ha convertido en el rostro fetiche ligado a su marca.
Lo más curioso de este trabajo son las fotos con las que la firma vende sus piezas sobre el rostro de Ricardo. El equipo óptico no realiza sesiones de fotos al uso. El modelo ha posado con varios looks muy diversos y rozando el surrealismo; se le puede ver vestido de cura o de dandy de Hollywood, hasta rociado completamente con pintura de color plata metalizado e incluso con cadenas en el cuello y enfrentándose a un tigre salvaje.
La cuenta de Instagram de la marca comparte de forma habitual el catálogo de sus gafas en las publicaciones y los posados del esposo de Patiño son constantes. De hecho, la presentadora de Socialité no duda en dar 'me gusta' a la mayor parte de esas fotografías y, como esta última semana, también muestra los carteles en su red social personal para que sus 468.000 fans sean testigos del talento de su marido.
Y la colaboradora no solo presume del hombre de su vida con esta faceta como maniquí, sino que también ha apoyado su carrera como actor e incluso ella ha participado en un cortometraje dirigido por él, y hace lo propio con el bar que abrió el venezolano en el castizo barrio de Chamberí, al que la televisiva acude con asiduidad y promociona en sus redes.
La hostelería, su otro negocio
Ditirambo. Así se llama el bar que posee Ricardo Rodríguez en el corazón de Chamberí, Madrid. Se define como "una composición lírica de la antigua Grecia, el preámbulo en una fiesta, como su nombre indica, idóneo para tomar unas copas after work. Los dos socios actores Javier Redondo y Ricardo Rodríguez, decidieron emprender este negocio y nos acercan un lugar ideal donde también se puede desayunar, comer o cenar, ofrecen un menú diario por 10 euros. Decorado a modo de café lounge, como un loft industrial con muebles vintage, lámparas antiguas, taburetes de diseño, cuadros cubriendo las paredes de Elena Caicoya, amiga de los propietarios".
María Patiño acude a menudo al establecimiento para las celebraciones en las que se permite saltarse la dieta y disfruta de este "Food N'Drinks con aperitivos, raciones, tostas, afterwork, spritz, copas, gintonics, cócteles y buen ambiente".
La presentadora ha estado muy cerca de su marido en este 2020 y atenta al día a día del negocio hostelero ya que los bares y restaurantes han sido uno de los sectores más afectados por las consecuencias de la pandemia. Por eso, estos meses ha querido promocionar de forma activa el lugar y ha compartido fotografías desde el local para que sus seguidores impulsaran la labor profesional de su esposo.
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