Fue uno de los rostros más frecuentes de nuestra pequeña pantalla a finales de los años 90 y comienzos de los 2000. Jennifer Rope (47 años) se convirtió en una de las primeras mujeres de raza negra con presencia en la televisión nacional, siendo toda una precursora para otras que vinieron después. Hija de una guineana y un norteamericano, esta madrileña se ganó el cariño del público con su profesionalidad y frescura, poniéndose al frente de algunos de los programas más míticos de nuestra historia reciente.
Tras debutar como modelo a la temprana edad de 16 años, Jennifer comenzó a tomar conciencia de su talento para los medios de comunicación. Su primera experiencia como presentadora le llegó en 1995 junto a Ramón García (58) en el arranque del recordado concurso El Gran Prix -en un principio titulado Cuando calienta el sol-. Un programa que sería el comienzo de una fructífera carrera en el mundo del entretenimiento.
Explorando sus distintas facetas en el mundo del espectáculo, en el 1996 formó parte del elenco de actores de El Súper, serie que cosechó un gran éxito en Telecinco y que fue el trampolín a la fama de intérpretes como Teté Delgado (55) o Natalia Millán (51). Su periplo por la ficción de Mediaset fue breve, ya que en noviembre del año 1997 comenzaría a trabajar en uno de los programas más míticos de la televisión: Música sí.
El formato musical irrumpió en la cadena pública contando con una gran acogida por parte del público joven. Un proyecto muy exitoso al que acudieron las estrellas más importantes del momento, nacionales e internacionales, para presentar sus últimos trabajos. El espacio fue presentado por varios conductores a lo largo de sus siete años de emisión, como Alonso Caparrós (50), Sandra Morey (48) y Mar Regueras (50), siendo Jennifer Rope la única presentadora que se mantuvo de forma consecutiva.
Su juventud, frescura, profesionalidad y belleza la convirtieron en una de las caras más frecuentes en TVE, marcando así a toda una generación que cada sábado por la mañana se ponía frente a la pequeña pantalla para disfrutar de las actuaciones de sus cantantes favoritos. Para la historia de la cadena pública han quedado entrevistas con grupos como N'Sync, Spice Girls, la cantante Britney Spears (38) o Robbie Williams (46), artistas que pasaban por España y que visitaban el hoy tan recordado formato.
La conexión de Jennifer Rope con el público juvenil era tal que se convirtió en la presentadora estrella de formatos musicales. Un hecho que le brindó la oportunidad de presentar espacios como los resúmenes diarios de la primera edición de Operación Triunfo, Eurocanción 2001 y diversas galas de verano con actuaciones en directo. Además, su buen dominio del inglés hizo que fuera la elegida durante varios años para dar los puntos en el Festival de Eurovisión, dando así una imagen multicultural de la cadena pública.
Durante sus años de máximo esplendor profesional, la madrileña combinó su faceta de presentadora con la de actriz, haciendo varias incursiones en series como La ley y la vida (2000), debutando en la gran pantalla con la película de terror Faust: love of the damned (2001), del director filipino Brian Yuzna, o incorporándose a la telenovela de TVE Géminis: venganza de amor (2002-2003). Tras el final de Música sí, en marzo del 2004, Jennifer Rope se volcó plenamente en el mundo de la interpretación donde consiguió relativo éxito con películas como Oculto (2005) de Antonio Hernández, en la serie argentino-española Vientos de Agua, emitida en Telecinco en el año 2006 y en la serie Mujeres (2006), producida por TVE.
Tras darse un descanso profesional de cinco años, Jennifer Rope regresó al cine en el 2011 con la película El Capitán Trueno y el santo grial, del director Antonio Hernández, que no contó con buena acogida por parte de la crítica y el público. Un trabajo al que siguió el que, de momento, ha sido su última incursión frente a las cámaras, la serie de Telecinco La fuga (2012), donde interpretó un papel secundario. Desde entonces poco se sabe de la vida de la actriz, que no cuenta con redes sociales. Una desaparición momentánea de la que ha sido una de las mujeres que más horas de televisión ha tenido durante el arranque del milenio.
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