La periodista Susanna Griso (51 años) afronta una Navidad 2020 diferente tras conocerse su separación de Carlos Torras después de 23 años de matrimonio. La presentadora de Espejo Público celebrará así unas fiestas que son especiales para todo el mundo debido a la situación sanitaria, y que en su caso tienen, además, el condicionante de un cambio tan importante a nivel sentimental.
"Creo que al final como nos dejan viajar a nuestra tierra vamos a ir, pero prácticamente no vamos a poder ver a nadie. Yo pensaba hacerme una PCR el día anterior, encerrarme en casa y solo ver a mi hermana, pero creo que no voy a poder ver a nadie más. Nosotros somos cinco. Somos una unidad, pero vamos podíamos ser una persona o dos máximo", asegura Griso sobre cómo y con quién pasará la Nochebuena.
Susanna y Carles contrajeron matrimonio en 1997. Junto a Torras, la presentadora de Espejo Público tiene tres hijos. Jan, Mireia y la pequeña Dorcette, llegada de Costa de Marfil, a quien adoptó en abril del año 2018. De hecho, la llegada de su hija Dorcette se había convertido en la única ilusión del matrimonio después de que Griso perdiera a su madre y su hermana en año y medio. La decisión de Griso y su marido de adoptar convertía a su familia en numerosa, un sueño que perseguía la periodista desde hacía tiempo.
De hecho, la propia presentadora se crio en una familia numerosa. Por ello, la periodista está acostumbrada a celebrar la Natividad con mucha más gente. La catalana confiesa que en su casa, tradicionalmente, se reunían más de 40 personas en estas fiestas. Por ello asegura que éstas van a ser unas "navidades extrañas, nosotros siempre la celebrábamos con 45 personas, en mi casa oscilábamos entre 45 y 50, últimamente como no hay una casa que tenga esas dimensiones teníamos que alquilar casas rurales para irnos juntos. Van a ser unas navidades extrañísimas y se me hace muy extraño ir a mi tierra y no ver prácticamente a nadie, pero es lo que hay, es lo que toca, empujar un poquito más y pensar que la vacuna nos traerá ciertas alegrías".
La periodista pertenece a una de las familias más poderosas de la burguesía catalana. Su madre, Montserrat Raventós, fallecida en 2017, está vinculada a la saga que hizo fortuna con la marca de Cava Codorníu. Por su parte, Francisco Griso, padre de la periodista, pertenece a un importante linaje del sector textil. Viñedos y tejidos, dos de los negocios que auparon económicamente a Cataluña en las postrimerías del siglo XX.
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