Cuando saltó el escándalo de la relación sentimental de Enrique Ponce (48 años) con una joven almeriense llamada Ana Soria (22), muchos fueron los que se atrevieron a profetizar que la andaluza se convertiría, por méritos propios, en un personaje del cuore y en objetivo de marcas publicitarias y photocall. Su imagen y popularidad creció como la espuma. Con el permiso de Paloma Cuevas (48), era la mujer más buscada y reclamada por los medios de comunicación.
También por las marcas de publicidad y las empresas. Ana cotizaba al alza. JALEOS publicó hace un tiempo que, en plena ola de su crecimiento mediático, la joven había sido tentada por firmas como Pronovias o El Capote. Esta última, con la que también colabora Enrique Ponce, le llegó a hacer una oferta en firme. Pero los meses fueron pasando, llegó el confinamiento, el verano y el nuevo curso en septiembre. 2020 terminó, ¿qué pasa con Ana Soria y sus ofertas? Este periódico ha podido analizar y conocer que la imagen de la joven ya no goza del músculo mediático de meses atrás.
Las ofertas se han echado atrás, todo se ha paralizado. Incluso la propia Soria ya no aparece en la prensa con la asiduidad de antaño. Las portadas de las revistas ya no optan por ella. Este medio ha podido conocer que este retraimiento se debe, en parte, a la decisión de Ana Soria: ha decidido no participar en el ruedo mediático al que pertenece su pareja sentimental. Hubo un tiempo en que valoró varias opciones, alentada por el propio Ponce, pero el paso de los meses la ha terminado por convencer. Ana ha dicho no y se mantiene coherente. "El interés que había antes en ella hoy no es el mismo. Ha descendido mucho, sobre todo porque ella no lo ha sabido trabajar", opina una persona experta en imagen. Incluso en su red social Instagram, donde cuenta con 127.000 seguidores, tampoco interactúa. Ni siquiera se ha dejado llevar por las facilidades que se le brindarían en el mundo influencer. Ni etiqueta marcas ni promociona productos. Una persona de su entorno aclara: "Ella lo tiene muy claro y así lo está demostrando. Enrique le dejó claro que la apoyaría con la decisión que tomase, pero dijo que lo suyo no era eso, que ella desea estudiar y tener su independencia".
Tan es así que en un principio la flamante pareja llegó a mirar casas en Madrid, como publicó este medio. Su intención era vivir en la capital, pero finalmente se decantaron por Almería. Se explica que a Enrique "no le importó en absoluto" ceder y ser él quien se trasladase al sur, dejando su residencia. Así, él se alejó del foco mediático y Ana "no se separó de su familia, a la que está muy unida". Los Soria "no lo han pasado nada bien" y dejaron atrás un 2020 duro para una familia tan discreta como esta.
"Su mayor preocupación era que su hija no se dejara arrastrar por las opiniones y las críticas", desliza un buen amigo. Lo han conseguido. El tiempo ha colocado todo en su sitio. Esta misma fuente sostiene que Ana Soria "ha callado muchas bocas, esas que decían que iba a lucrarse y a ganar mucho dinero". Podría haberlo hecho, a golpe de talonario, pero después de mucho publicarse, la joven está haciendo su vida. Este medio ha conocido que a Soria se la ha tentado, además, para participar en un reality de televisión y la respuesta, otra vez, ha sido un no. Tras el maremoto mediático que se vivió, Enrique y Ana son felices en Almería, con su perro Ney y un ático en una de las mejores zonas de la capital. Hacen una vida "muy normal", se insiste en que boda "ni hay ni se la espera de momento" y la relación de Enrique con sus suegros "es inmejorable".
Todo esto acontece mientras aún el torero no ha firmado el divorcio con Paloma. Se resiste. ¿Por qué no firma Enrique Ponce? Este medio se puso en contacto con una persona de su total confianza hace unas semanas. "Enrique firmará, no tiene ninguna duda de nada, pero hay flecos que se están cerrando", trató de despejar la incógnita esta fuente. Paloma no entiende por qué no estampa su firma. Mucho trabajo, mucha convalecencia y meditación, pero Enrique no firma. Y esta 'no firma', se explicó, ha creado "algo de tirantez". Cuevas quiere pasar página y entiende que la única manera de hacer borrón y cuenta nueva en su corazón es rubricar un papel. Ella ya lo ha hecho, él no.
La preocupación de la pareja
Hace unas semanas, Ana y Enrique pasaron unos días complicados a causa de su mascota Ney. El animal pasó unos días muy débil y enfermo, ya que padece parvovirosis, tal y como desveló el diestro de Chiva: "Cuatro días después de recoger a Ney empezó a tener los primeros síntomas de parvovirosis, a pesar de tener puesta la primera vacuna. Un virus muy contagioso que afecta a muchos cachorros y muy difícil de superar, con una tasa muy alta de mortalidad. Dado el período de incubación de este virus, (5-10 días) supimos que lo traía del lugar de donde venía, como algunos de sus hermanos de camada, cuyos dueños nos contaron el mismo diagnóstico. Y así lo confirmó el veterinario".
Y añadía el diestro en su Instagram: "Desde el primer síntoma tomamos todas las medidas para tratarlo y luchar por su vida. El tratamiento consistía en proporcionarle, a través de una vía en vena, suero, protector de estómago, antiemético para los vómitos; y antibiótico subcutáneo. Después de varios días de lucha, empezó a mejorar y quiso volver a comer. Para nosotros fue la primera luz en un túnel muy oscuro. En pequeñas cantidades comenzó una dieta blanda que fue tolerando muy bien. Cada avance era un milagro. Y cada día una batalla ganada a la muerte. A día de hoy, afortunadamente se encuentra muy bien. Su vida empieza ahora. Agradecidos a Dios y al privilegio de ser nosotros quienes tenían que cuidarle y estar con él peleando por su vida. Queríamos compartir su historia con todos vosotros".
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