La misteriosa muerte de Cristina Ortiz Rodríguez, conocida popularmente como La Veneno, sigue siendo todavía un misterio cuatro años y tres meses después. La primera autopsia al cuerpo sin vida de la artista determinó que la causa de su fallecimiento el 9 de noviembre de 2016 fue un golpe en la cabeza por una caída. Sin embargo, la familia de la televisiva jamás creyó en esa hipótesis.
Las incógnitas en torno al caso se multiplican ahora más que nunca, también por el éxito masivo de la serie Veneno, de los directores Javier Calvo (30 años) y Javier Ambrossi (35). Pero los Ortiz Rodríguez no piensan parar hasta conocer la verdad. Su verdad. No dormirán en paz hasta saber qué pasó realmente con su hermana, al que siguen llamando públicamente Joselito. Lejos de aceptar la versión del forense que habla de un golpe en la cabeza, un trágico accidente, ellos sostienen la hipótesis del homicidio.
Este viernes, por el décimo aniversario del programa Equipo de Investigación de La Sexta, un minucioso reportaje sobre el fallecimiento de La Veneno no sólo ha revelado algunas las incógnitas de aquella fatídica noche, sino que gracias al testimonio de un Policía Nacional, el caso de la muerte de Cristina Ortiz Rodríguez podría volver a abrirse.
"Un testimonio inédito e inesperado ha llegado al Juzgado de Madrid", exclama la presentadora Glòria Serra (56) casi al final del reportaje, dedicado íntegramente a la muerte de Cristina. Un policía nacional de la comisaría de Tetuán, el distrito donde La Veneno vivió los últimos años de su vida, manifiesta que hubo negligencias y que las pruebas que recabó la Policía Nacional podrían estar alteradas.
En palabras del agente: "A pesar de no haber sido informados los servicios policiales ni por el descubridor, ni por la familia, ni por el hospital -lo cual consideramos negligencia- se dio orden inmediata de custodiar el domicilio de la víctima, el cual se encontraba abierto y revuelto y con mucha sangre en su interior a la llegada de los agentes", afirmaba.
El testimonio que podría cambiarlo todo no se queda ahí: "El inicio de la cadena de custodia había sido claramente vulnerado", precisaba. Un detalle que no se había conocido hasta la fecha y sobre el que Equipo de investigación arrojó luz gracias a la confesión de este policía es que el día 8 de noviembre, un día antes de su muerte, Cristina hizo una llamada a la Policía para pedir ayuda alegando que su novio "la quería matar". Por este testimonio policial, la familia de La Veneno ha presentado un recurso contra el auto de la juez que desestima la reapertura del caso.
Al frente de este caso se encuentra el criminólogo y exmosso d'esquadra Óscar Tarruella (50) junto a un abogado penalista que prefiere ocultar su identidad y cuyas iniciales son R.A. En declaraciones exclusivas a este diario, Tarruella afirmaba el pasado mes de octubre que veía negligencias claras en este caso. "Veo muchas negligencias y quiero pensar que son involuntarias... Lo que necesitamos es que se reabra el caso y si se cometió algún error, se puede comprender, pero hay que redimirlo", apuntó.
Y continuaba: "No se puede poner en entredicho que había violencia de género. Eso está demostrado. Además de testigos, hay pruebas en las lesiones. Nosotros ponemos en entredicho el informe del forense porque se contradice con las lesiones que tanto la responsable de la UCI presenta en su informe como la propia Policía Científica. El forense no ha hecho bien su trabajo. Nosotros disponemos de las fotos que hizo la familia al ver que no se le facilitaban las de la Policía Científica. Ellos no creen en el accidente, creen en la agresión. Gracias a esas fotos hemos podido hacer una reconstrucción".
En el documental, el criminólogo se reafirma y destaca que "se ve claramente que algunos golpes son correspondientes a un posible agarre efectuado por el agresor cuando Cristina pudo estar zafándose de esas agresiones". Y concluye: "Claramente, por los diversos golpes, por ejemplo el del labio, pómulo, el de la mano, o los dedos es compatible con un agarre con fuerza. La del empeine que la vemos claramente que es rojiza y, por tanto, reciente, más correspondiente a un pisotón o patada".
La tóxica relación sentimental entre Cristina Ortiz y Alin Bogdan Calin, su pareja hasta el último de sus días, también fue abordada en el documental, que incluyó testimonios de vecinos que escuchaban discusiones diarias, insultos y golpes. El 9 de noviembre de 2016, "escuché un ruido fortísimo en la parte de la bañera. Ella y su novio se peleaban habitualmente, pero ese ruido fue diferente. Eso fue a las cuatro de la tarde y su chico llamó a emergencias a las once de la noche. A mí me dijo que había sufrido un accidente", reveló Ana Villalba, una de sus vecinas.
Fue ella quien encontró a Cristina sangrando y tumbada en el sofá casi inconsciente. "Tenía un corte muy grande en la cara, la espalda morada y sangre en el pecho, pero esa estaba ya seca. Alin me dijo que se había caído en la bañera, pero yo le respondí que no parecía eso". Alin Bodgan se encuentra hoy ingresado en prisión hasta 2022 por un delito de robo con violencia.
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