Tana Rivera (21 años), la hija de Eugenia Martínez de Irujo (52) y Francisco Rivera (47), está enamorada de nuevo. Si bien en septiembre de 2020 saltaba a los medios de comunicación que vivía una ilusión de la mano de un joven llamado Javier López, ahora se ha conocido que su corazón está ocupado, pero por otra persona. Tana está excelsa y feliz, viviendo un flamante romance, marcado por la más absoluta discreción. Tras el avance de la revista Semana, JALEOS se ha puesto en contacto con su entorno para conocer más detalles de este dulce momento personal y sentimental.
La persona que le ha devuelto la ilusión a la hija del torero Francisco Rivera se llama Mateo Cáceres, tiene 22 años y es un joven inquieto y apasionado. Según se cuenta a este medio, ambos se conocieron "a finales de 2020", los presentó una persona en común y, desde entonces, mantuvieron contacto hasta que surgió el amor, si bien el flechazo se fecha en el mismo momento de la presentación. Mateo proviene de una familia de empresarios de Marbella, según se desliza. Ambos tienen muchas cosas en común, cualidad que les hizo conectar al instante. Les encanta viajar, la playa y la nieve.
De hecho, hace unos días vivieron una escapada romántica a Sierra Nevada, como desvela esta semana la revista anteriormente citada. Mateo ha estado un tiempo afincado a Australia, donde ha "cursado parte de la carrera" en una suerte de Erasmus, al mismo tiempo que perfeccionaba su inglés. Cuenta un amigo que Cáceres es un tío "muy emprendedor y nómada". Se cuenta, además, que los caballos es otra de las grandes pasiones de la familia del joven.
Y se hace constar que la hija de Eugenia hace tiempo que tomó la decisión de vivir alejada de los medios de comunicación. Solo en contadas ocasiones accede a aparecer en el papel couché, como en la última edición de la revista Elle, donde posa junto a su madre. Eso sí, siempre se muestra muy reservada con su vida privada. En la citada publicación, hablaba así del amor ideal: "Tiene que ser alguien divertido. Yo soy una persona bastante independiente, así que, además, a mí me gusta que me dejen mi espacio, que no estén siempre encima de mí. Porque, si no, no funciona, no funciona..."
En esa línea, apostillaba que su pareja tiene que llevarse bien "tanto con mis amigos como con mi familia. Eso es fundamental". A este respecto, este medio ha podido conocer que, de momento, no ha habido "presentación oficial". Ninguno de los dos quiere correr en su relación. Eso sí, las amistades de ambos ya son conocedoras de su romance. A pesar de no querer llamar mucho la atención, Tana no ha podido evitar, días atrás, reflejar en sus redes sociales lo enamorada que se encuentra junto a Mateo, con una bonita foto en la que se lee un arrobado "Te quiero".
Sea como fuere, se trata de un nuevo y bonito comienzo amoroso para Tana Rivera tras los últimos amores fallidos que tuvo, como Curro Soriano, un campeón de pádel y Quique González, jugador de hockey hierba.Más allá del amor, la joven está centrada en su vida como universitaria. Estudiante de Empresariales y Dirección de Empresas en Madrid, y ahora también se ha convertido en trabajadora. Desde navidades de 2019, la joven Rivera está trabajando en una filial de la discográfica de la pareja de su madre, Narcís Rebollo (51), Universal Music.
Atrás quedaron sus sustos de salud
En 2019, Tana Rivera se convirtió en noticia por sus problemas de salud. En concreto, unos desmayos que se sobrevinieron en una época determinada. El primer bache de salud que experimentó la joven tuvo lugar en las navidades de 2018, cuando tuvo que ser ingresada en la clínica San Rafael de Madrid aquejada de los mismos síntomas que ha sufrido esta Semana Santa. En aquel momento, durante todo este tiempo que permaneció en el hospital, su madre Eugenia Martínez de Irujo no se separó de su lado y su padre Francisco Rivera viajó a las pocas horas desde Sevilla para estar junto a su hija mayor.
Tres días después, la joven abandonaba por su propio pie este centro médico y se desplazaba hasta el palacio de Liria para celebrar la Nochebuena junto a su familia materna. Sin embargo, y aunque Tana abandonó el hospital, los doctores no pudieron encontrar una explicación concreta a la dolencia que notificó. Por ello, durante meses la nieta de la duquesa de Alba acudió de forma regular a someterse a varias revisiones y pruebas para intentar encontrar el origen de esta enfermedad, pero, de nuevo, sin resultado. "Tana se encuentra perfectamente. No hay que alarmarse. Está ahora conmigo y con su vida habitual", explicó su madre días después.
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