Todas las alarmas se activaron cuando, este martes, 16 de febrero, Eugenia Silva (45 años) compartía en su cuenta de Instagram una imagen con un aparatoso vendaje en el ojo derecho. Una foto que llegaba poco después de haber visto un par de vídeos de ella, también en sus stories, ejercitándose para mantener su cuerpo en forma gracias a un entrenamiento personalizado (una rutina en boga entre los famosos).

Sobre esa imagen, que causaba revuelo entre sus followers, explicaba que se trataba de "una pequeña avería" en su "semana más loca" y que, afortunadamente, se ha solventado sin complicaciones en su clínica oftalmológica de confianza, donde trabaja su propia prima. Unas palabras con las que trataba de quitar hierro al asunto, a pesar de tener la mitad de la cara tapada por un apósito.

Agradecida por los mensajes de ánimo que ha recibido de sus seguidores tras publicar su imagen más impactante, y consciente de la preocupación que se había creado por lo aparatoso del apósito (que le tapa completamente toda la zona del ojo y la ceja) la modelo aclaraba que se encuentra perfectamente y que se trataba solo de "una pequeña intervención" de la que ya "me recupero favorablemente". Un pequeño susto.

Eugenia está atravesando por uno de los momentos más dulces de su vida y, además de seguir triunfando en las pasarelas y ser considerada un icono fashion de nuestro país (sus looks son tomados como referente en muchas cabeceras de moda y estilo), ha sabido administrar sus ganancias y se ha convertido en una empresaria de éxito. Y, a la vez, sirve de imagen a diferentes marcas, que aprovechan su relevancia en las redes sociales y en las revistas para promocionar sus productos y tratamientos de belleza.

En el terreno personal, donde ha tratado de ser siempre discreta (con excepción de las portadas que ha concedido desde que saltó a la fama y con las que ha rentabilizado, precisamente, ese velo de misterio) Eugenia mantiene una discreta relación con Alfonso de Borbón y Yordi (48), con quien tiene dos hijos, Alfonso (6) y Jerónimo (3). Los tres hombres de la casa que, en estos días y hasta que consiga terminar de recuperarse de ese percance al que ha restado importancia (y del que no ha ahondado en detalles), serán quienes suplan esa pérdida de visión temporal.

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