Fue en noviembre de 2020 cuando el nombre del doctor Antonio Muñoz Cariñanos volvía a la primera línea mediática de la mano de Kiko Rivera (37 años) en el especial Cantora: la herencia envenenada. En ese momento, el hijo de Isabel Pantoja (64) reactivaba un rumor que siempre estuvo presente en los mentideros de la prensa del corazón: el aparente parecido físico entre el doctor y Kiko Rivera, extremo que dio pie a que se cuestionara la paternidad del joven.
De hecho, él mismo alimentó la confusión en aquel programa: "Se ha llegado a cuestionar que mi padre no era Paquirri, sino el doctor Muñoz Cariñanos, me hubiera gustado que mi madre saliera en mi defensa". Durante días, el nombre de este prestigioso médico otorrinolaringólogo y coronel, asesinado por ETA, estuvo presente en diversos medios de comunicación y se habló largo y tendido de la estrecha relación y amistad que lo unía a la cantante Isabel Pantoja. No obstante, el ruido amainó hasta este pasado fin de semana, cuando un programa de televisión aseguró que Kiko Rivera valoraba la posibilidad de someterse a unas pruebas de ADN para salir de toda duda.
De hecho, se habló de que Kiko se había puesto en contacto con Francisco Javier, uno de los hijos del doctor Cariñanos, para tender puentes a este respecto. JALEOS conoce en exclusiva otra versión de los hechos y cómo se encuentra la familia del médico. Fuentes cercanas a los Muñoz Cariñanos confirman el "tremendo enfado" y la "indignación" que sienten los hijos de Antonio. No entienden a qué se debe este escarnio público a la imagen de su progenitor. Poner a una persona fallecida en el disparadero mediático con el único afán de agrandar una bola y una historia que carece de cualquier base verídica. Por ello, la familia, en concreto los hijos, no descartan poner este asunto en manos de su abogado, interponer acciones legales para frenar este disparate.
"Imagínate cómo pueden estar esos hijos al ver cómo hablan de su padre. No es una situación agradable y que cada cierto tiempo sale a relucir solo para hacer daño", desliza alguien que bien lo sabe. Al otro lado de la línea, se es contundente: la familia de Muñoz Cariñanos no tiene ninguna duda sobre Kiko Rivera. Nunca la han tenido ni la han abrigado. Más allá de lo sorprendente del físico, que puede tener hasta puntos simpáticos, no hay nada. "Es descabellado y absurdo y el doctor no se merecía esto. ¿Hasta cuándo van a seguir?", se apostilla. Entienden que el doctor tuvo una vida intachable, modélica y de servicio a los demás, y que no se merece este atropello al honor y la intimidad. Existe, en otro orden, cierto cisma familiar entre los hijos legítimos de Muñoz Cariñanos y este tercer vástago, reconocido legalmente, Francisco Javier, fruto de una relación de Antonio fuera del matrimonio.
Otra persona con la que se contacta sostiene que este joven, Francisco Javier, "solo busca fama" y "es rigurosamente incierto" que Kiko Rivera se haya puesto en contacto con él para acudir juntos a hacerse esa hipotética prueba de ADN. Nada que ver: más bien, es al contrario a como se cuenta. Es más, según la información que maneja este periódico, Kiko Rivera todavía no ha tomado ninguna decisión al respecto: "Es más, conociéndolo, te diría que hasta está arrepentido de abrir aquel melón en noviembre. Él sabe que su padre es Paquirri y no hay discusión. Te digo yo que eso ha sido un malentendido".
Francisco Javier Muñoz, el hijo reconocido de Cariñanos, rompía su silencio el pasado fin de semana para el espacio de María Patiño (49). Según sus propias palabras, Kiko Rivera se habría puesto en contacto con él para hacerse conjuntamente una prueba de ADN y despejar así todas las dudas existentes en torno a su verdadero padre. "Kiko tiene la misma duda que yo. Cuando hablé con él, se lo dije, que hay que hacerlo porque hay que cerrar puertas y entonces llegarás a ser quien eres", apuntó Francisco Javier para añadir: "Yo creo que está preocupado. Tuve una conversación larga con él y sí que está... pero está tocado por muchos costados". Francisco, hace años, robó una colilla a Kiko Rivera en un estadio de fútbol para saber si eran hermanos, pero al final, las pruebas no le parecieron fiables. "No me quedé convencido", señaló.
"Yo estoy dispuesto a ayudarle porque al mismo tiempo me ayudaría a mí mismo también", aseguró el joven. Francisco Javier recuerda conversaciones con su madre cuando era pequeño. "Yo recuerdo que mi padre decía que Paquito, Kiko Rivera, era su hijo. Eso es una cosa que también tengo ahí", concluyó. ¿En qué cambiaría la vida del marido de Irene Rosales si finalmente esta prueba demuestra que es hijo del doctor Antonio Muñoz Cariñanos? Si el resultado es positivo, Kiko Rivera seguiría teniendo derecho a la herencia de Francisco Rivera Paquirri, porque él nació dentro del matrimonio entre el torero y la tonadillera y fue reconocido por el malogrado matador, lo que le otorga el derecho a ser heredero, sea o no, finalmente, hijo biológico.
Un bulo de décadas
"Se ha llegado a cuestionar que mi padre no era Paquirri, sino el doctor Antonio Muñoz Cariñanos. A mí me hubiera gustado que mi madre saliera en mi defensa", fueron las palabras exactas que empleó Kiko Rivera en el programa especial Cantora: la herencia envenenada. El hijo de Isabel Pantoja avivó en aquella durísima entrevista del pasado mes de noviembre, sin pretenderlo, uno de los rumores que, durante años, ha sobrevolado la prensa del corazón. No es la primera vez, como recuerda el creador de Así soy yo, que se pone en tela de juicio la identidad de su progenitor.
Antonio Muñoz Cariñanos fue coronel y un médico otorrinolaringólogo prestigioso. Antes de que ETA lo asesinara en su propia consulta descerrajándole varios tiros a bocajarro, se codeó con grandes personalidades del mundo de la música y la farándula. Entre sus pacientes hubo nombres de tan relumbrón como Rocío Jurado o la propia Isabel Pantoja.
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