Tan solo unos días después de haber celebrado su primer cumpleaños tras el fallecimiento de su hijo Álex Lequio, Ana Obregón (66 años) vuelve a la escena pública para recoger el premio Yago de Honor de la mano de Fernando Colomo. Intentando sacar la mejor de sus sonrisas a pesar del complicado momento que vive, la actriz se mostró visiblemente nerviosa en el photocall ya que, como ella mismo reconoció, ya se le ha 'olvidado' lo de posar para los medios.
Al igual que sucedió en la noche de fin de año, Ana volvió a confiar en uno de sus diseñadores preferidos para esta ocasión, Alejandro de Miguel. Apostando por el negro, la actriz lució un vestido midi de lentejuelas con escote asimétrico de lo más favorecedor. Siempre con la imagen de su hijo muy presente en cada uno de sus pasos, esta vez Ana lució un colgante con el nombre de Álex con el que demostró que él es el principal motor de su vida.
Aunque Ana pidió no hacer ninguna entrevista, la actriz reconoció que estaba muy emocionada por recibir un premio como el Yago de Honor: "Hombre me hace ilusión, claro que sí". En cuanto a cómo se encuentra, Ana fue muy sincera: "Bueno, ahí voy".
Tras varias horas en el interior de la gala donde recogió su galardón, Ana salió muy bien acompañada por su amiga Susana Uribarri que se ha convertido en uno de sus grandes apoyos en estos meses.
Ejerciendo de fotógrafa para su amiga, Ana explicó que quería hacerse una fotografía para que su madre también pudiera disfrutar del premio. Volcada en su día a día con la creación de la Fundación Álex Lequio, Ana fue muy sincera cuando le preguntaron al respecto: "El gobierno no hace ni caso".
Su celebración más triste
Hace una semana, el 18 de marzo, Ana sumaba un año más a su vida. Soplaba las 66 velas, aunque ella misma comentó en sus redes sociales que no iba a festejar nada ni habría siquiera tarta.
Completamente destrozada, y sin fuerzas para celebrar su 66 cumpleaños, Ana Obregón quiso recordar cómo, hace dos años, Álex -aparentemente recuperado- la felicitaba públicamente. Abatida, la bióloga comparó ese día tan feliz con el que, sin embargo, vivió el pasado jueves, sin su hijo a su lado.
Más sincera que nunca, y sumida en un pozo de tristeza del que es incapaz de salir, las desgarradoras palabras de Ana confesando que lo único que le hace ilusión es "pensar que cada año que cumplo es un año menos para estar juntos otra vez" reflejan el alcance de su pena, y rompen el alma de quien lo lee al descubrir que, aunque lo intenta, la bióloga sigue sin encontrar razones para seguir adelante ahora que Álex ya no está a su lado.
"Cómo es la vida...", comenzaba Ana, publicando la felicitación de su hijo el día que celebraba el 64 cumpleaños de su madre. "Este post lo subiste el año antepasado, el día de mi cumple. Después de un año de luchar contra el cáncer de una forma ejemplar, todo parecía ir bien. ¡Estabas tan contento de tener barba! Decías: 'Mamá, por lo menos seguimos aquí'. Fue el cumpleaños más feliz de mi vida, porque habías vuelto a nacer", ha confesado. Lo hacía antes de desvelar que "el año pasado no lo celebramos, estábamos los dos solos en el hospital del que nunca saliste. No pudo ser. No seguimos aquí. Ni tú ni yo".
Destrozada, Ana sentenció que "es el cumpleaños más triste de mi vida", sin dudar al afirmar que "así serán todos. Solo me hace ilusión pensar que cada año que cumplo es un año menos para estar juntos otra vez".
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