Aunque las últimas semanas han sido duras para David Bustamante (39 años), el cántabro está de celebración por dos décadas en la música que le han llevado a regrabar las canciones que más le gustan de su repertorio con toques que recuerdan a Frank Sinatra o, más cerca de sus referentes, a Camilo Sesto.
"Ha sido muy emocionante. Me acordaba perfectamente de cuando yo grababa aquel primer disco con Miguel Gallardo en un estudio pequeño en jornadas maratonianas. Cada canción de este álbum ha sido un viaje en el tiempo a productores, músicos, aromas y conciertos... Al mirar atrás me he sentido orgulloso de todo lo conseguido", constata a Efe en el día en el que, además, cumple 39 años -este jueves, 25 de marzo-.
Titulado Veinte años y un destino (Universal), verá la luz el 16 de abril y es un intento de hacer "algo elegante" para cerrar esta etapa, con toda la música tocada en vivo y preparada durante más de un año junto al productor Jacobo Calderón (46), quien, como hijo del mítico Juan Carlos Calderón, podría decirse que lleva en la sangre la mejor etapa de la canción ligera.
"Este género está un poco denostado o abandonado en los circuitos generales, pero lo bueno nunca muere", señala Bustamante, baladista sempiterno, ante lo que parece un intento por redignificar este tipo de melodías muy armadas y de grandes voces de las que siempre se ha notado que bebe.
En el repertorio no faltan sorpresas, como el nuevo arreglo funky ideado para El aire que me das, que ahora parece transportado al Raphael (77) de los años 80, o la presencia de algunos de sus mejores amigos, como Antonio Orozco (48) -Miento-, Pastora Soler (42) -Además de ti- y Pablo López (37) -Me salvas-.
"Pablo es mi hermano. Lo he visto crecer. Cuando empezaba yo me lo llevaba conmigo y se hizo veintitantos conciertos a mi lado de una gira, porque me enamoré locamente de su talento un poco antes que los demás. Es un absoluto genio, un músico 360 grados que lo tiene todo", dice del autor de El patio.
No están, sin embargo, ninguno de sus compañeros de Operación Triunfo, con los que saltó a la fama. "He querido hacer lo contrario a los duetos obvios, ir a por la sorpresa, y me acompaña gente con la que comparto mi día a día", explica, antes de sugerir que "igual habrá sorpresas en los conciertos...".
La sorpresa que tenía preparada
Más comentada fue la ausencia de uno de ellos en concreto, Álex Casademunt, con quien compartió la primera versión de Dos hombres y un destino, la cual, reinterpretada en solitario, fue escogida como primer sencillo de Veinte años y un destino. Solo unos días después, el catalán publicó un mensaje en Twitter: "Ya que todo el mundo me lo pregunta, no sabía absolutamente nada. Es una gran canción y me alegro de que suene de nuevo. Pero un mensaje tampoco hubiera hecho daño... Jajaja Muchos éxitos". La mala fortuna quiso que este artista sufriera un accidente mortal de tráfico apenas un mes después.
"Igual ahora le tengo más cariño a la otra versión por motivos obvios", afirma dolido Bustamante, quien aclara los motivos por los que no contó con su excompañero: "Era un proyecto en el que tenía que estar yo por mis 20 años. Eran mis canciones y quería que entrara gente que no las había cantado ya. Pero teníamos bastantes planes, iba a salir de sorpresa en algunos conciertos". Por si quedaban dudas, insiste: "Éramos, somos y seremos hermanos".
No ha sido el único varapalo que ha sufrido en las últimas semanas, pues la Audiencia Provincial de Madrid absolvió a su excontable del delito de estafa y apropiación indebida del que fue acusado por Bustamante y su padre. Solicitaban para él 13 años de cárcel y casi 500.000 euros de indemnización.
"Nunca he generado ninguna polémica. Estas siempre me han llegado por los periodistas. No voy a meterme en camisas de once varas y no he participado en ningún circo", dice, declinando hacer ningún comentario al respecto, muy receloso con la prensa.
Deseoso de hablar "solo de cosas positivas", subraya que el saldo de estos 20 años desde su salida de la primera edición de Operación Triunfo no puede ser mejor, a destacar precisamente el nacimiento de su carrera, pero sobre todo el de su hija, puntualiza. "Soy una persona tremendamente optimista y me levanto cada mañana agradeciendo a la vida. A nivel profesional y personal soy feliz y, si no hubiese entrado en la Academia de OT, lo habría sido igual, probablemente en la construcción. O me habría buscado la vida, porque llevo desde los 14 años trabajando y me habría sacado las castañas del fuego", asegura.
Tras este tiempo de cuarentena, que él ha aprovechado para reencontrarse consigo mismo a través de la música y el deporte, ya acaricia su próximo disco de temas inéditos, mucho "más personales" y en los que ha asumido plenamente la batuta de la composición. También le aguardan compromisos para televisión, como "La Voz y otros proyectos divertidos". ¿Será uno de los famosos de incógnito en la próxima edición de Mask Singer en Antena 3? "Nunca se sabe", apostilla.
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