Justamente este fin de semana se cumplen dos semanas de aquel pasado 12 de marzo en el que Sara Carbonero (37 años) e Iker Casillas (39) anunciaban su separación, a través de un comunicado conjunto en sus redes sociales. Fue aquella una semana complicada para ambos, tan difícil como esperada: su historia de amor ya no se sostenía y una revista del corazón propició el anuncio tras ser contundentes en su titular de portada: "Sara e Iker se separan". De ese miércoles al viernes 12 muchas fueron las informaciones, los desmentidos ya poco creíbles y las especulaciones.
Ellos decidieron acallar esas voces con un mensaje en el que hablaban de caminos distintos, pero en el que el concepto de familia no cambiaría un ápice. El problema fue lo que vino después por parte de diferentes programas de televisión y medios digitales, sacando a la luz un supuesto pasado poco favorecedor de Iker Casillas, como persona y como esposo; con presuntas deslealtades incluidas y medias verdades. La última bomba detonada en televisión tuvo lugar el pasado fin de semana, cuando se sentó en Sábado Deluxe una mujer llamada Ruth, quien aseguró: "Cuando estuvo conmigo nunca respetó a sus parejas".
Esta invitada narró, además de contar cómo era Iker como supuesto amante y de puertas para adentro, cuándo y de qué manera fue desleal a Eva González (40), su pareja por entonces. Un testimonio, el de esta mujer, que, según ha podido conocer JALEOS por parte del entorno del exportero, Casillas no lo va a dejar pasar, ni ese ni otras informaciones sobre su persona que se han sucedido día sí y día también en televisión. Estudia defenderse y ponerlo todo en manos de su abogado todo lo que constituya un atropello a su intimidad y su honor. Afirma una persona de total solvencia al otro lado de la línea: "No va a poner una sola demanda, sino varias. Se han dicho locuras y barbaridades. Encima, con testimonios que no dan la cara. Iker está que trina".
El daño que se hace es irreparable y se entiende que, por ejemplo, desplazarse a su pueblo, Navalacruz, y recoger según qué testimonios, solo se hace con el fin de "hundir a las personas". También se desmiente de pleno esa portada en la que aparece Iker con una joven cantante de Córdoba: "Más mentiras. Ni siquiera se han visto en persona". Esto no quiere decir, apunta la persona con la que se contacta, que Iker Casillas no entienda el trabajo de la prensa del corazón, no. Él lo entiende, otra cosa es que le guste o participe: "Él siempre ha tratado con absoluto respeto a todos los profesionales, no se podrá decir otra cosa de él, pero recientemente no se ha sentido bien tratado. Eso es una realidad".
Bien es cierto que, en los últimos días, la presión informativa se ha relajado considerablemente, extremo que agradecen todos, sobre todo su familia: "Se les ha pedido que no hablen, que no atiendan a ningún programa, ni para bien ni para mal". Por su parte, Sara Carbonero tampoco lo ha pasado nada bien. Aunque cierto es que el epicentro de todas las noticias desfavorables ha sido Iker en estos días, recaen sobre su todavía mujer en forma de preguntas un tanto desagradables. En las últimas horas, Carbonero ha sido noticia también por el hecho de que ella y su amiga, Isabel Jiménez (39), han vendido su marca de moda, Slow love. Tendam, el gigante textil, que es propietario de marcas como Cortefiel, Pedro del Hierro o Women’secret, se ha hecho con la marca de Sara e Isabel.
La reacción de la familia de Iker
Puede que una de las razones por las que Iker Casillas ha pedido silencio a su entorno sea precisamente para evitar lo que ha pasado en las últimas horas. María del Carmen Casillas, conocida en la familia como tía Mari Carmen, tía del exfutbolista, ha estallado contra los medios de comunicación al ser preguntada por el divorcio de su famoso sobrino. La hermana del padre del que fuera capitán de la Selección Española de Fútbol recibió esta pasada semana una llamada del programa Sálvame y reaccionó de una forma desmedida. Quizá por la presión general bajo la que se encuentran en este momento todos los miembros de su familia.
"No me llamen a mí, que yo no tengo nada que ver con las historias que ustedes cuentan. Por favor, mentiras, nada. ¡A la porra, todos ustedes! ¿Saben lo que les digo? Que son todos unos mentirosos y unos metemierdas. Así que, por favor, déjennos en paz", afirmaba Mari Carmen no sin antes insistir mandando "a la mierda" a la periodista que la llamaba. "¡A la mierda, señora!", gritaba mientras colgaba el teléfono sin dejar hablar a la reportera y visiblemente enfadada. Hace apenas unos días era su madre, quien de una manera bastante más educada y moderada reaccionaba a la separación de su hijo tras ser preguntada por unos reporteros.
"Yo no quiero saber nada así que, por favor, no me grabes. De verdad, es que no tengo ni idea. Es que ese tema ni tocar, ¿vale?", señalaba, muy seria, la progenitora del exmadridista, para añadir: "No voy a decir absolutamente nada. No quiero ni verme en ningún lado. Te lo digo sinceramente, es que no voy a hablar, por favor de verdad, yo te entiendo y comprendo, pero por favor... No quiero ni salir".
Fue el pasado viernes 12 de marzo a las 21:03 horas, justo cuando terminaba el programa Sálvame Tomate, el mayor quebradero de cabeza de la pareja, cuando Iker Casillas y Sara Carbonero decidían anunciar al mundo que sus vidas iban a tomar "caminos distintos, pero no lejanos". Lo hicieron a través de sus redes sociales, con una foto de ambos en blanco y negro, y con un comunicado que desprende el respeto, el cariño y el amor mutuo que sienten por sus hijos.
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