Durante esta Semana Santa, en las redes sociales se ha podido ver cómo varios rostros conocidos han disfrutado del mar Caribe mientras en España las restricciones impedían moverse de la propia comunidad autónoma al resto del territorio nacional. Una paradoja que ha llevado a plantearse por qué, por ejemplo, Álvaro Muñoz Escassi (46 años) ha posado en Punta Cana, República Dominicana, en pleno estado de alarma aquí y, por ejemplo, no podría -salvo acogiéndose a las excepciones de fuerza mayor- ir a Segovia a comer un cochinillo yendo desde Madrid.
El jinete acudió hace unos días a una fiesta ofrecida por su exmujer, Raquel Bernal (47). Así se pudo comprobar en las imágenes que mostraba en las redes sociales al sol. Álvaro no incumplió ninguna normativa. Para ingresar en el país centroamericano, desde el 1 de abril, no hace falta ni siquiera una prueba PCR negativa -salvo que se llegue desde Reino Unido-. Tan solo se somete a un control de temperatura a todos los viajeros en el aeropuerto, donde, además, se realiza una "prueba de aliento rápida aleatoria" a entre el 3% y 15% de las personas que aterrizan allí diariamente, y a todos los que presenten sintomatología compatible con la Covid. "Los pasajeros que presenten síntomas o cuyos resultados de análisis sean positivos serán aislados y atendidos en lugares autorizados", se puede leer en la página web del Consulado de la República Dominicana en Madrid.
Ese es el mismo destino al que se han desplazado Andrea Pascual (42) o Cuchy Pérez. Como el resto de visitantes, y tal y como se estableció desde el gobierno a partir del 1 de abril la esposa de Beltrán Gómez-Acebo tuvo que rellenar un formulario electrónico -tanto para entrar como para salir- en el que se incluye una declaración jurada de salud. Además, para todos los turistas, se ha creado un plan de cobertura médica temporal y gratuito para poder ser atendidos en caso de contagiarse durante su estancia.
Tal y como se explica a JALEOS desde el propio consulado, las medidas de distanciamiento social son similares a las establecidas en España: dos metros de distancia, uso de la mascarilla en lugares públicos -no se incluyen playas y no son de uso obligatorio para los niños-. Eugenia Martínez de Irujo (52), en compañía de su hija, Tana Rivera (21), y de su marido, Narcís Rebollo (51), también es de las que se han desplazado hasta allí y que han tenido que contar con el toque de queda establecido: entre las 9 de la noche y las 5 de la mañana, de lunes a viernes, y en sábado y domingo adelantando dos horas el encierro en casas y hoteles, nada de circular libremente por las calles de uno de los paraísos turísticos en tiempos de coronavirus.
México, como si no pasara nada
Aunque, para paraíso auténtico, México. El pasado 29 de marzo, en pleno cierre perimetral de las autonomías en España, Diego Matamoros (34) y Carla Barber (30) volaban a Tulum, en el mencionado país. Ni PCR negativa en su poder "ni medidas especiales de cuarentena", tal y como se lee en la web de la embajada española mexicana, para personas procedentes de vuelos desde España. Tal y como una persona con fuertes vínculos en el país latinoamericano ha sentenciado a este periódico, "no ha habido restricciones de movilidad ni toque de queda". Sí se han establecido horarios reducidos, con respecto a la normalidad anterior a la pandemia, en comercios y restauración.
Es decir, que la pareja, más allá de disfrutar de las comodidades del resort de lujo en el que se han alojado -y con el que están dando envidia a sus followers-, podría haber realizado actividades fuera de los límites de la localidad destino de sus vacaciones. Porque tampoco nada ni nadie evita la movilidad entre regiones: "Puedes ir y venir sin problema entre los estados, el equivalente a las comunidades autónomas aquí", explica a este periódico la misma citada fuente.
Algo que también han comprobado de primera mano Susana Molina (29) y su pareja, Guille Valle, que han disfrutado de Punta Allen, en México. Por cierto, que han tenido problemas para su regreso a Madrid: los resultados de la PCR negativa no llegaron a tiempo y se veían obligados a realizar una noche más en Cancún, tal y como ella misma explicaba en sus stories de Instagram. En ese mismo foro añadía que hasta les había venido bien, puesto que ese mismo día habían realizado buceo y se recomienda esperar 12 horas desde la inmersión antes de subirse a un avión.
Al igual que estos rostros conocidos, cualquier anónimo español con tiempo -y dinero- puede realizar un viaje de estas características al extranjero. Paradójico, sí, que uno no pueda visitar a sus familiares dentro del territorio nacional como consecuencia de los cierres perimetrales y esté permitido cruzar un océano para disfrutar de unos días de relax, pero también legal. Cosas de la llamada, desde hace casi un año 'nueva normalidad' que de normal tiene poco más que el nombre.
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