La salud de Julián Muñoz (73 años) ha vuelto a flaquear. El que fuera alcalde de Marbella ha estado ingresado una semana en el Hospital Comarcal de la ciudad malagueña. JALEOS ha contactado con él, quien con un hilo de voz, revela que tiene "varias cosas" de salud que le han llevado a visitar el centro médico más de lo que le gustaría y que le tienen ya "de reposo" en casa. Entre los días 28 de marzo y 3 de abril, Julián estuvo hospitalizado como consecuencia de una colecistitis aguda -una inflamación de la vesícula biliar-.
"Tenía unos dolores terribles en el abdomen y me tuvieron que ingresar de inmediato", desliza a este periódico antes de explicar cómo tenía una mezcla de "barro y piedras" que tapaban tanto la entrada como la salida de la vesícula. También que será el próximo 3 de mayo cuando acuda a una revisión y le digan cuándo tendrá que pasar por el quirófano para evitar que se repita un episodio como el que acaba de sufrir.
No es la única dolencia que sufre. "Tuve que volver al hospital por un tema de la degeneración macular que padezco, me inyectan todos los meses", declara, indicando que ha perdido el 50% de visión como consecuencia de la misma. "Estoy bastante jodido, con perdón de la palabra", se sincera Muñoz.
El mayor consuelo para Julián es que cuenta con el respaldo incondicional de sus hijas, Elia y Eloísa. "Su apoyo lo he tenido siempre, no solo ahora. Incluso, estando en la cárcel. Son mi mayor tesoro", manifiesta antes de apostillar que "los padres a veces fallamos a los hijos, pero, en mi caso, siempre han estado". Como también Mayte Zaldívar (64), que le llama "todos los días". A fin de cuentas, como pone en valor Julián, tienen no solo hijas, sino también nietos en común, por eso da "gracias a dios" porque tienen "una relación magnífica" -a pesar de su divorcio en 2003 y de la guerra entre ellos cuando el exedil comenzó a salir con Isabel Pantoja (64)-.
Otras dolencias
La salud de Julián ha protagonizado titulares con anterioridad. Estando cumpliendo condena por el Caso Malaya, en septiembre de 2015, los médicos le detectaron que tenía afectadas dos válvulas cardiacas, la aórtica y la mitral. Un diagnóstico que se le realizó en un hospital en el que ingresó llegado directamente desde prisión y en el que permaneció durante el tiempo que los facultativos consideraron necesario.
De hecho, año y medio más tarde, se le concedía el tercer grado para que continuara con la pena que se le impuso, pero desde casa, aludiendo a que su salud era débil. Se llegó a hablar de que se temía por su vida y en el informe se señaló que padecía una pluripatología crónica de carácter cardiovascular metabólico y respiratorio, de la que no se preveía mejoría. Sin embargo, un vídeo de Julián bailando sevillanas, publicado por JALEOS, llevó a que se pusiera en duda si realmente le quedaba poco de vida y el juez decretara su regreso al centro de inserción social de Algeciras en enero de 2019.
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