Con tan solo 16 años, Josep Lobató (43 años) tenía muy claro que su futuro estaba el mundo de la comunicación. Antes incluso de comenzar los estudios universitarios, ya compaginaba los últimos años de su educación secundaria con apariciones en la radio y la televisión local de Barcelona. Sin embargo, decidió matricularse y licenciarse como delineante. Pero no abandonó su sueño y también cursó módulos formativos de producción de audiovisuales, redacción y presentación de espectáculos.
Comenzóó su carrera profesional en 1996 de manera formal en la desaparecida Top Radio. Cinco años más tarde, Mediapro se fijaba en su desparpajo y decidió ficharlo para programas autonómicos desde los que, en 2005, daba el salto a la televisión nacional. Channel Fresh, El sexómetro y Money, money fueron los tres primeros espacios, todos ellos en Cuatro, a los que imprimió su sello de identidad como presentador. En el entretenimiento encontró un camino con el que siempre había soñado y que se truncó demasiado pronto...
Era junio de 2015 cuando a Lobató le diagnosticaron una enfermedad rara de origen neurológico. Una dolencia desmielinizante que le impide comunicarse con normalidad y que, en ese momento, le obligó a abandonar su carrera como presentador -su último proyecto delante de las cámaras fue en Sábado sensacional, como conductor del programa de TVE-. Tampoco desde entonces ha podido volver a escribir, otra de sus pasiones. De hecho, tiene publicados ocho libros, el último de ellos se puso a la venta en 2014, 75 técnicas infalibles para pillar cacho. Una obra en la que desvelaba sus tácticas infalibles para ligar.
Reaprender a hablar
Desde entonces, libra una batalla no solo por recuperar el habla -para lo que recibe tratamiento en el madrileño hospital Ramón y Cajal-, sino por llevar unas rutinas lo más normales posible. Una constante lucha de la que ha hecho partícipes y cómplices a sus casi 50.000 followers en Instagram, la red social en la que, tras un año de ausencia, reapareció en 2016 para ponerle nombre a su enfermedad y pedir a los usuarios de la red que le acompañaran durante su recuperación. Allí se le ha visto, en pequeños vídeos conmovedores, aprender, de nuevo, a pronunciar su nombre. También a volver a decir palabras tan sencillas como "hola" o "no", que para él se convirtieron en los retos a superar junto a sus terapeutas.
En 2018 volvía a pisar un plató. Lo hacía de la mano de Toñi Moreno (47), en su programa de Canal Sur Gente maravillosa para dar una sorpresa a un buen amigo que le acaba de dedicar una canción en uno de sus álbumes. Blas Cantó (29), que compuso Héroe inspirado en la historia de superación de Josep, no pudo evitar emocionarse al ver cómo este reaparecía delante de las cámaras tres años después de tener que abandonar los focos por motivos de salud.
Lobató continúa con su recuperación. Y con sus publicaciones en Instagram. No muchas, pero sí las suficientes como para que quienes están al otro lado de la pantalla sepan que no se ha rendido. Sin usar palabras al lado de las imágenes que comparte -muchas de ellas, rescatadas de aquellos años en los que disfrutaba en televisión o delante de los micrófonos de Happy FM y Europa FM, la última emisora en la que se le escuchó. Ha aprendido a expresarse a través de emoticonos. Si acaso, de vez en cuando, se le 'escapa' un tímido hashtag. Porque ha descubierto otra manera de comunicarse sin que se pierda ni un ápice ni de sentimiento ni de significado.
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