Están siendo unas semanas muy ajetreadas en una de las familias más elegantes y protocolarias del panorama español. Tamara Falcó (39 años) se encuentra en el centro de la polémica tras hacerse públicos algunos testimonios e imágenes que revelarían que su novio, Íñigo Onieva (31), le ha sido infiel en varias ocasiones. Sin embargo, en el momento más álgido de las informaciones, la marquesa de Griñón y su pareja decidieron aparecer unidos en la hípica derrochando complicidad a pesar de las adversidades mediáticas. Pero, curiosamente, 24 horas después, el diseñador de vehículos voló a Ibiza sin la compañía de su novia y volvían a saltar las alarmas sobre una posible crisis. Pero su viaje ya estaba programado con anterioridad.
Íñigo tenía un compromiso profesional anotado en su agenda y por ello ha puesto rumbo a la isla pitiusa. Se acerca el verano y el turismo se reflotará en el destino mediterráneo tras una pandemia muy difícil para el sector. Dado que Onieva gestiona algunos aspectos comunicativos del afamado restaurante Tatel Ibiza -que tiene como socios fundadores al empresario Abel Matutes (79) y los deportistas Rafa Nadal (34), Pau Gasol (40), Cristiano Ronaldo (36) y el cantante Enrique Iglesias (46)- ha tenido que acudir in situ al lugar para ver de primera mano que todo está listo para la llegada de los turistas más poderosos y para los grandes amantes del ocio y la gastronomía.
Sin embargo, pese a que su visita a la isla es por motivos laborales, el yerno de Isabel Preysler (70) tampoco ha perdido la ocasión de disfrutar de los lujos que ofrece el destino. Acompañado por un grupo de amigos, Íñigo, que conoce bien el archipiélago balear, ha recorrido los lugares más especiales de las zonas más exclusivas a las que solo pueden acceder aquellos que no temen desembolsar altas cantidades de dinero sin mirar el total de la cuenta.
Onieva adora las fiestas, pero también las jornadas de reuniones con amigos alrededor de la mesa, y más aún, si están situadas en un entorno privilegiado y alejado de los ojos más curiosos. Así que el joven ha decidido esconderse en el restaurante Es Torrent, que, como reza su página web, se encuentra "en una cala recóndita de Ibiza" de la que ha cogido su nombre, en la costa sur de Ibiza, entre las calas de Porroig y Sa Caixota, cercana a las poblaciones de Sant Josep y Es Cubells.
A este enclave único solo se puede llegar caminando o por vía marítima, ya que posee su propio -y humilde- embarcadero. El lugar comenzó hace décadas siendo una simple caseta de madera situada al borde del mar y ahora se ha convertido en el lugar más deseado por quienes, sin miedo a la factura, desean vivir una experiencia especial.
"No tenemos disc jockey... nuestra banda sonora la componen las olas y la brisa", describe el restaurante. Es un establecimiento experto en platos y tapas de marisco, comida mediterránea y típica española, en cuya carta reinan las paellas, los pescados, cigalas y langostas y productos frescos. Esta oferta gastronómica en un lugar tan secreto tiene un precio, y supera por mucho la media. Por ejemplo, una botella de agua cuesta 9,5 euros, una caña de cerveza 7 euros, una tapa de pulpo 25 euros, un tomate en rodajas 14 euros, un café solo 6,5 euros... unas cifras por las que se han ganado repetidas críticas en las webs destinadas a puntuar los restaurantes y lugares de ocio.
Íñigo y sus compañeros de trabajo y amigos se decantaron por uno de los platos estrella del sitio: el arroz a banda. "El perfecto remate del bullit de peix -o guiso ibicenco de pescado- es el arroz a banda meloso que lo acompaña como segundo plano. Se elabora con el concentrado fumet -fondo a base de pescados y mariscos- que generan el guiso y la salsa del ali oli y un poco de sepia. La experiencia es redonda si se come directamente de la sartén", detallan orgullosos desde el restaurante. El lugar también posee una exquisita bodega y carta de puros.
El local también ofrece servicios especiales dedicados a los clientes más vip. "Contamos con una embarcación auxiliar para recoger a los clientes que llegan en barco y fondean en los alrededores. También disponemos de un vehículo de ocho plazas para devolver a los clientes que lo requieran a su lugar de alojamiento", se puede leer en la página oficial. Por otro lado, debido a que se encuentra en una cala recóndita, el restaurante también gestiona las hamacas y tumbonas de la playa y se ofrece asistir a los clientes con bebidas y aperitivos.
Sin duda, Íñigo Onieva sabe por dónde moverse para disfrutar de los mejores manjares en entornos de lujo. Es todo un experto en sacar tiempo para la desconexión en mitad del trabajo, y sobre todo para enfrentarse a la exposición continua en los medios con una gran sonrisa y haciendo caso omiso a las informaciones pese a ser ahora mismo el protagonista principal de polémica más sonada del momento.
[Más información: Quién es quién en el círculo más íntimo de Tamara Falcó e Íñigo Onieva]