Dos años. 104 semanas. 731 amargos días han pasado desde aquel fatídico 1 de junio de 2019 en el que el futbolista José Antonio Reyes perdía la vida a los 35 años en un accidente de tráfico que también se llevó por delante la existencia de su primo pequeño, Jonathan, de 23; y que provocó el ingreso hospitalario durante más de dos meses de Juan Manuel Calderón, otro de sus primos: el único superviviente del siniestro.
Aquel primero de junio, la vida de muchas personas se paró en seco. Pero en especial la de su mujer, Noelia López (35), a la que el deportista iba a dar una sorpresa cuando, en la carretera de Utrera, a pocos kilómetros de casa, encontró la muerte. Con su marcha, Reyes dejaba huérfanos a sus tres hijos: el mayor, José Antonio Reyes Jr. (13), fruto de una relación anterior, y sus dos pequeñas, Noelia (8) y Triana (3).
Dos años después de aquel trágico suceso, después de aquel revés inesperado del destino, la vida de Noelia López ha cambiado sobremanera. Cuando se cumplen 24 meses sin la presencia de José Antonio Reyes en este mundo, JALEOS ha contactado con personas del entorno de la viuda para conocer cómo es su día a día.
"De Noelia ya por aquí sabemos muy poco porque ella decidió marcharse con sus niñas a Jaén, con sus padres y con su familia... A veces se le pregunta, pero sabemos, por lo que nos cuentan, que está mal. Lo último que supe de ella es que seguía mal, que lo echaba de menos, que soñaba con él, que creía que todo era una especie de pesadilla... Todo esto a ella la ha dejado muy tocada, su vida cambió de un segundo para otro y lo único que hace es pensar en el bien de sus hijas", expone esta persona que era próxima a la joven.
Noelia, tal y como adelantó este diario en exclusiva, volvió a retomar sus estudios de Ingeniería de Caminos el pasado mes de septiembre. "Eso sí sé que la tiene ilusionada", expresa esta fuente. "Tiene poco tiempo porque está volcada en sus hijas, pero sí que le dedica bastante parte de su día a la carrera. Por suerte ella tiene la ayuda de sus padres. Ellos sí que son su mayor apoyo. Ten en cuenta que esta familia ha estado doblemente golpeada por la muerte en muy poco tiempo...", concluye.
Esta persona alude al fallecimiento de Antonio López, el hermano de Noelia. En noviembre de 2015, el joven, conocido cariñosamente como Tony, moría tras unos meses de lucha contra una grave enfermedad. Con su marcha dejaba una herida imposible de cicatrizar tanto en su única hermana como en sus padres, Antonio López y Juana Muñoz.
Noelia López cuenta con un grupo muy reducido de personas a las que confía sus asuntos personales: sus padres, algunas amigas y dos de sus primas, que para ella son como sus hermanas. Más allá de eso, nada. De hecho, la relación con la familia de Reyes se rompió en mil pedazos tras la muerte del futbolista.
Así lo explicaba a este diario otra persona que dejó de tener relación con ella precisamente por voluntad de la propia Noelia: "Ella no tiene contacto con la familia de él. Ahí han pasado cosas que ellos sabrán, pero bueno... no te puedo decir mucho más. Ya sabes que cuando falta el capitán, se hunde el barco entero".
En sus redes sociales sólo comparte recuerdos junto al que fuera su marido y con sus dos hijas. Lo hace a través de stories, publicaciones que a las 24 horas se desvanecen. Su última fotografía fija en su feed de Instagram, que desde bastantes meses es una cuenta privada, es del día de su boda. "Es en el silencio cuando hacemos contacto con lo que verdaderamente somos", es la frase que acompaña a la romántica instantánea.
Historia de amor y muerte
Noelia López conoció a José Antonio Reyes en la primavera de 2011. En concreto, en el mes de mayo. Se enamoraron perdidamente y pronto, debido a los constantes movimientos del futbolista, que cambiaba de un equipo a otro, la joven jiennense abandonaba sus estudios de Ingeniería en Granada para centrarse en su razón de amor.
Felices y plenos, decidían por el altar el 17 de junio de 2017, formando su propia familia con sus dos hijas -una nacida antes del matrimonio y otra después-. Ocho años y un mes más tarde, el destino les asestaría un golpe mortal del que Noelia aún no se ha recuperado.
En la mañana de aquel funesto 1 de junio de 2019, José Antonio Reyes circulaba con su vehículo -como mínimo- a 187 kilómetros por hora por la carretera A-376 cerca de Utrera cuando la rueda trasera izquierda de su Mercedes S550 Brabus reventó. Los informes periciales señalaron que el vehículo iba a "una velocidad de 187 kilómetros en el momento de interaccionar con la valla", aunque "en el momento preciso de reventar el neumático debió de llevar una velocidad superior".
El deportista intentó controlar el bólido, pero dada la gran velocidad a la que conducía, no pudo hacer nada para evitar que el vehículo se saliera de la carretera. Según consta en el informe pericial que llegó al juzgado de Alcalá de Guadaira, el deportivo de alta gama de Reyes volcó y se incendió a unos 200 metros de la carretera. Él murió en el acto.
En diciembre, el mismo juzgado archivó la causa penal abierta por este accidente de tráfico, tal y como solicitó la Fiscalía, pese a apreciar indicios de comisión de dos delitos por parte del futbolista. La Fiscalía de Seguridad Vial pidió el archivo de la causa por el siniestro ante la imposibilidad de continuar con el ejercicio de la acción penal debido a que el presunto responsable, José Antonio Reyes, había fallecido.
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