Un año, 365 días han pasado desde que Mila Ximénez (69 años) interviniera en el programa Sálvame, a última de la tarde, para dar la noticia más dura de su vida: padece cáncer de pulmón. Aquel 16 de junio de 2020 comenzaba su batalla más cruenta y personal, su titánica lucha contra la enfermedad. "Estoy jodida, asustada y tengo ganas de contarlo. Tengo un cáncer. Me lo van a tratar, vamos a hacer quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia", aseguró, mostrando ya entonces una entereza hercúlea. Añadió esa aciaga tarde: "Me dicen que vamos a conseguirlo, aunque me han dicho que es difícil".
Prometió salir de esta por su hija Alba Santana (37) y por sus nietos. Y en esa lucha continúa, pese a los baches y los momentos más negros. En este año, Ximénez no ha soltado la mano de los suyos; sus hermanos, su hija y sus grandes amigos, como Belén Rodríguez (54). Han sido varias las visitas de la colaboradora al hospital, también sus ingresos. Intentó regresar al programa Sálvame, lo cumplió, pero en los últimos meses se ha visto obligada a estar apartada del foco. Su silla la espera intacta. Hace unos días, volvía a conocerse que Ximénez estaba ingresada en el hospital. No obstante, JALEOS pudo confirmar que se trató de una mera recomendación médica. Nada grave.
Últimamente, está "muy floja" y con las "defensas bajas", pero luchando "como una jabata". Este último ingreso se ha debido a un ataque de ansiedad que sufrió durante una prueba médica. Su hermano Manolo y su entorno más cercano continúan calmando y tranquilizando. De momento, "la situación va todo lo bien que puede ir". No está siendo fácil, con eso ya contaba Mila desde el minuto uno: "Sus médicos nunca le han ocultado nada ni dado falsas promesas". Siempre han trabajado desde la verdad, por más dura que fuera. Ella está al corriente de todo; de lo optimista, pero también de lo menos agradable. Insiste una persona de su entorno que Ximénez está pasando por las fases lógicas de la enfermedad y que, pese a los "bajones" entendibles, solo desea ver esa luz al final del túnel. Ya queda menos.
Cuenta un buen amigo y colaborador de Sálvame que la periodista descuenta los días para poder ver a sus nietos. Esa es su única ilusión en estos momentos tan desangelados, amén de poder abrazar a su hija Alba, la cual sí ha visitado España en este tiempo con más frecuencia. "Ese es el chute de energía que Mila necesita", se hace constar. El verano de la colaboradora está un poco en el aire, a la espera de lo que le aconsejen los médicos y cómo esté ella. Eso sí, bien sea en Madrid o en Marbella -su zona de veraneo habitual-, será "rodeado de familia y amor". Su hija, su yerno, sus nietos, sus hermanos -Manolo, Concha y Encarna-, y sus amigos más allegados forman en estos momentos su núcleo duro. El verano de Mila se escribirá con el día a día.
"La recuperación está siendo lenta"
Fue el pasado 10 de junio, hace seis días, cuando Ximénez ingresó de nuevo en la clínica La Luz de Madrid. La periodista había acudido para realizarse una prueba. Sin embargo, debido a una complicación, tuvo que permanecer bajo observación médica. Según informó la revista ¡HOLA!, los médicos encargados del caso le recomendaron quedarse en el hospital para poder controlar su enfermedad de cerca. Su nuevo ingreso se produjo pocos días después de que reapareciera públicamente tras haber recibido la segunda dosis de la vacuna contra la Covid.
Aunque entonces se mostraba visiblemente recuperada y con algo más de peso que en su anterior salida, sufría un nuevo revés en relación al cáncer de pulmón que padece desde el año pasado. Pese a que están siendo momentos muy difíciles, marcados por una "recuperación lenta" y "un tratamiento largo que tardará tiempo", tal y como explicó su hermano mayor, Manolo Ximénez de Cisneros a este periódico, Mila sigue demostrando que es una mujer fuerte y que está dispuesta a recuperarse. La familia Ximénez de Cisneros es una piña en estos instantes en los que Mila los necesita sobremanera. Ahora, en su casa de Madrid, la periodista sevillana se encuentra protegida y acompañada por los suyos.
"Nosotros nos vamos turnando y así todos podemos estar con ella, a su lado y para lo que nos necesite", expresaba Manolo a este medio, agradeciendo el interés de la prensa. En esa rueda de intercambios familiares también entra su única hija, que reside con su marido y sus dos hijos, Alexander (14) y Victoria (8), en los Países Bajos. Antes de la enfermedad y de la llegada de la pandemia, Mila Ximénez solía viajar dos y tres veces al mes desde Madrid hasta Ámsterdam para estar junto a Alba y sus dos nietos, que la adoran. Los hermanos Ximénez de Cisneros, desafortunadamente, se han visto en esta situación en más de una ocasión. En el año 2015, Concha, hermana de Mila, recibía el mismo diagnóstico que ella encajó en junio del año pasado. Tenía cáncer. Tan solo un año después, en 2016, era su hermano Manolo, su pilar, su gran apoyo y la persona que ha vivido junto a ella largas temporadas en Madrid, quien sufría esta maldita enfermedad.
En un acto de extrema generosidad, Manolo guardó en secreto que estaba enfermo y decidió posponer su operación para no alterar los planes de su hermana Mila y su participación en Supervivientes. Por suerte, ambos hermanos vencieron a la enfermedad y ahora están sanos y fuertes. En estos momentos son ellos quienes están volcados con Mila, su hermana pequeña, cuyo cáncer de pulmón se extendió a otras partes del cuerpo. Una circunstancia adversa que la hizo dudar e incluso llegó a plantearse la posibilidad de abandonar su medicación.
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