Este pasado miércoles se hacía pública una noticia que daba al traste con las ilusiones de la familia Ortega Cano: José Fernando (28 años) no podrá salir del psiquiátrico San Juan de Dios durante este mes de junio, como en un principio se trasladó a la familia. El hijo de José Ortega Cano (67) deberá permanecer interno un año más. Esa ha sido la irrevocable decisión del juez tras celebrarse hace unas semanas un juicio por haber quebrantado una orden de alejamiento contra su pareja en 2017.
De nada ha servido que la madre de su hija, Michu, testificara ahora a su favor. No ha lugar. Mazazo que coincide con el 28 cumpleaños del joven, su celebración más amarga y triste. La información, avanzada en exclusiva por Semana, ha sido ampliada por JALEOS en las últimas horas con una fuente. Este revés judicial ha caído "como un jarro de agua fría" en el seno familiar. Nadie podía esperar esto, cuando todo indicaba lo contrario: que José Fernando, después de cuatro años alejado de su familia, iba a retomar su vida y su libertad. No ha podido ser. A este medio le consta que esta noticia ha afectado al torero "más de la cuenta".
El regreso a casa de su hijo era la única alegría en medio de tantas polémicas familiares y baches de salud. "Tenían muchos planes para este verano, sobre todo Ortega, que ya veía cómo podían reunirse todos con la pequeña Rocío, su nieta", informa alguien cercano a la familia, para añadir: "José adora a esa niña y ha estado muy pendiente de su día a día. Con Michu, al principio, tuvo su aquel por todos los escándalos de José Fernando, pero hoy su relación es muy buena". También guardaba especial ilusión el diestro ante el hecho de que José Fernando disfrutase, al fin, de su hermano pequeño, José María: "Esa es una de las grandes penas de Ortega, ver cómo José Fernando lleva cuatro años, ahora para cinco, en ese centro y se está perdiendo la infancia de José María".
Ahora bien, ¿cómo ha encajado José Fernando en realidad esta decisión del juez? Según se informa desde el entorno de la familia, "al principio nada bien, su reacción no fue buena, esa es la verdad. Es lógico, teniendo en cuenta que se había hecho ilusiones". Ahora mismo, "está más hecho a la idea". Y es que, esta noticia ya la sabía la familia hacía días, mucho antes de que viera la luz pública. En esa línea, esta misma persona con la que se contacta arroja luz sobre una cuestión de la que hasta la fecha este periódico no tenía constancia, antes al contrario: el fuerte temperamento actual de José Fernando dentro del centro psiquiátrico, del que también se hace eco la citada publicación.
Según se ha informado en el último tiempo a este medio, la evolución de José Fernando había sido muy positiva y satisfactoria. De ahí, esa puerta entreabierta hacia la libertad. No obstante, parece que de un tiempo a esta parte esto no es así: la conducta del hijo de la desaparecida Rocío Jurado ha cambiado, volviendo a su conflictivo punto de salida: "Ha pasado por diferentes etapas dentro del centro, pero la verdad es que últimamente está más irascible. El tiempo interno le pesa ya mucho. Es un joven de fuerte carácter y a la mínina salta. Se le han ido imponiendo castigos y sí, el último es que no podrá recibir llamadas familiares hasta después del verano". Ni llamadas ni videollamadas, como las que estaba acostumbrado a hacer con su hija Rocío.
A la luz de esta información, parece que José Fernando aún no está preparado para saborear la libertad tan ansiada. En relación a sus planes fuera del centro, el informante con el que se habla sostiene que "jamás" ha hablado él de boda con Michu, ni mención siquiera a la familia. Sí que hubo "algún plan de irse a vivir juntos". Esa intención sí está hablada y meditada: José Fernando y Michu quieren una estabilidad de cara a la pequeña Rocío, tras tanto tiempo sin la figura paterna. "Michu ya tenía mirado un piso y estaba esperando la salida de él para dar el adelanto y comprarlo. Ahora digo yo que esto tendrá que esperar".
Hace unas semanas, este periódico recogía los planes de José Fernando tras su salida del centro. Tiene claro que esa oportunidad de salir "es única" y que cuando tenga lugar no volverá a las andadas. Sabe cómo tiene que reconducir su vida. Quiere estudiar, formarse y, más tarde, trabajar. "En la clínica se ha dado cuenta, a través de los talleres, lo que realmente le llena y motiva. Ya desde antes de entrar, él siempre demostró que la informática se le daba bien", informaba quien bien lo sabe. Quiere "recuperar el tiempo perdido con su Rocío, poder verla y abrazarla cuanto quiera y no solo cuando los permisos lo permitan. Verla a través de una videollamada no ha sido fácil". El hijo de Ortega ha alcanzado la calma con Michu: "Han tenido sus baches, pero hoy lo suyo es más maduro y formal. Más sano".
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