Laly Bazán, un año de la muerte de su hijo: así está viviendo la tía de Jesulín y la decisión que cambió su vida
Su hijo Pedro perdía la vida a los 55 años tras complicársele una operación. JALEOS ha podido conocer el hondo dolor con el que convive Laly.
22 junio, 2021 01:14Noticias relacionadas
Ha pasado un año del peor día en la vida de Laly Bazán. El 22 de junio de 2020 su hijo Pedro, de 55 años, perdía la vida tras unas complicaciones durante una intervención quirúrgica y dejaba a la familia en shock, una madre sin consuelo y sin el único pilar que sostenía su casa. Desde entonces, Laly Bazán convive con el dolor, la tristeza y los recuerdos. JALEOS se ha puesto en contacto con una persona allegada a la tía de Jesulín de Ubrique (46 años), y se sostiene que lleva un año "viviendo sin vivir, la muerte de un hijo es dura, pero es que ellos solo se tenían el uno al otro". No hay un solo día que no recuerde algo de su Pedro.
Laly está muy arropada por su familia. Su hermana, Carmen Bazán, "la llama todos los días". También Jesulín "echa el teléfono de vez en cuando". Todos están muy pendientes de ella, pero "es inevitable que en el día a día se sienta sola". Su vida estaba conformada en torno a su único hijo. Pedro, sin pareja y sin descendencia, optó por vivir con su madre y acompañarla. Todo un acto de amor. Renunció a otra vida para cuidar a su madre. "Ella siempre lo animó a vivir, a que conociera mundo en la medida de lo posible", se aclara.
Se hacían compañía y nunca se dejaban solos, hasta el día de esa complicación en quirófano que todo lo cambió para Laly. "Pedro era especial", desliza con respeto y cariño quien bien lo conoció. El primo de Jesulín de Ubrique llevaba un tiempo aquejado de maltrecha salud. Nadie pudo imaginarse el desenlace de hace unos días. Todo se precipitó. Esta pérdida familiar terminó por recomponer a la familia y todos dejaron atrás sus rencillas. Hubo una época complicada en que Laly acudía a los programas de televisión a hablar de su sobrino y de María José Campanario (42). Esto molestó sobremanera y la distanció de gran parte de su familia.
"Incluso su hermana Carmen le regañó varias veces y estuvieron enfadadas por esto", cuenta la fuente consultada, para añadir: "Hace cosa de un año Laly llamó a todos y pidió perdón. Dijo que no volvería a salir en televisión ni volvería a hablar". Fue la decisión más acertada y la que cambió su vida. Laly se ha mantenido firme en este tiempo. No coge el teléfono a prensa y nada quiere saber de ningún lío familiar. De hecho, según se confía al otro lado de la línea, ha habido programas y revistas que se han interesado por la opinión de Laly sobre la irrupción de Julia Janeiro (18) en los medios, y la respuesta que han obtenido ha sido la misma: no.
En esa línea, se hace constar que Laly "ya no es la que era". Tras la muerte de Pedro, Carmen Bazán quiso que su hermana se fuera a vivir con ella un tiempo, pero Laly se mantuvo en su decisión de seguir en su casa. Aferrada a los recuerdos, lo único que le queda de su hijo y de su vida de antes. Antes del deceso, Laly vivía una etapa plena y feliz con los miembros del clan Ubrique. Se había integrado de nuevo tras un tiempo desfilando por los platós. Pero aquel aciago fin de semana todo se fundió a negro para ella: fallecía su único hijo, al que le había dedicado la vida entera. No existió consuelo para ella, solo sabía llorar en aquellos días, como se aseguraba entonces a este medio: "No para de llorar, la casa se le cae encima y no encuentra consuelo en nada. Todo le recuerda a él. Se había acostumbrado a su papel de madre las 24 horas. Solo habla de la soledad que le ha dejado".
Las ausencias en el adiós a Pedro
Para Jesús Janeiro y sus hermanos, la muerte de Pedro fue un mazazo cruel, ya que todos habían crecido juntos y unidos. Forjaron una camaradería y hermandad que perduró en el tiempo. En concreto, el torero se mostró totalmente roto tras la trágica noticia. Además del matrimonio, en el tanatorio hicieron acto de presencia otros miembros del clan, como Humberto, Carmen y Víctor. Lo cierto es que hubo dos notables ausencias en este duro trance para Laly; la de su hermana Carmen, que se encontraba confinada en casa por precaución ante la Covid-19; y la de Beatriz Trapote (40), la mujer de Víctor, quien se encontraba ese día en el médico junto a su hijo.
En los últimos años, la figura de Laly Bazán ha tenido una gran presencia en los medios de comunicación y se había convertido en uno de los miembros más controvertidos y lenguaraces de la familia. Si bien es cierto que de un tiempo a esta parte no suele atender a los medios y vive un perfil mediático bajo, hubo una época en que se convirtió en la portavoz de la familia. Un gesto que, aunque no fue bien recibido en algunos momentos donde, incluso, se la llamó al orden, hace un año la familia quiso devolverle el cariño acudiendo al velatorio para arroparla. No pasa un día sin que suene su teléfono para preguntarle cómo está.
[Más información: Muere el hijo de Laly Bazán, tía de Jesulín de Ubrique, a los 55 años]