Esta es la casa en la que se instalaron Alba Santana, la única hija de la periodista, y sus tres inseparables hermanos: Manolo, Concha y Nani. Durante los últimos días, antes del fallecimiento de la sevillana, todos ellos permanecieron a su lado. Alba estuvo cinco largos días sin salir de la vivienda y sus tíos solo salían para lo imprescindible.