Hace unos días, María Teresa Campos (80 años) conectaba en directo con el espacio Sálvame para hablar sobre el papel como defensora de la audiencia de Rocío Carrasco (44). Entonces, desvelaba su envidiable enclave: se encontraba en Málaga, a orillas del mar, en la casa que las Campos tienen en la ciudad andaluza. Allí, desde finales del mes de junio, la veterana periodista ha disfrutado de unos días de asueto y desconexión en compañía de sus hijas, Terelu Campos (55) y Carmen Borrego (54). Ambas se han turnado para acompañar a su admirada madre.
Según la información que ha confirmado JALEOS tras el avance del periodista Jesús Manuel Ruiz en Esdiario, la estancia de Teresa Campos en su querida Málaga estaba prevista hasta finales del mes de julio. No había prisas para su regreso. Su agenda en Madrid estaba vacía. No obstante, el pasado lunes Campos hacía las maletas: quería volver a la capital de España, a su casa de Molino de la Hoz, en Las Rozas. En Andalucía se siente no solo un poco más sola, sino que su ánimo, ya de entrada débil y un tanto tocado desde la muerte de Mila Ximénez -extremo que sus hijas han confirmado-, anda más bajo y alicaído.
"Teresa no tiene ánimos para nada, tampoco quiere hacer vida social. Su familia la ha animado a salir, a pasear y alguna cena, pero ella lo ha declinado", informa alguien cercano a la presentadora a este medio. Este verano la ha cogido más "desanimada" de lo normal. En Madrid está su casa, su rutina, su zona de confort. "Cada vez le cuesta más hacer cosas y eso que sus hijas y Gustavo tiran de ella", se apostilla. Los ánimos vuelan bajos para la mítica presentadora de Qué tiempo tan feliz, pero otra fuente consultada por este medio arroja otra cuestión sobre su drástico e imprevisto regreso a Madrid: la profesional.
"De algún modo, ella siente que estando en Madrid está más en disposición disponible si la llaman para algún programa. También es verdad que este verano TVE ha anunciado que va a hacer sus Lazos de sangre, programa que me consta que le ha hecho mucha ilusión y en el que participará de alguna manera", aclara quien bien conoce la realidad y el carácter Campos. "No quiero irme de mi casa", aseguró, en referencia a la cadena Mediaset, hace unas semanas cuando se la llamó desde la cadena de Fuencarral para felicitarla por su cumpleaños. Teresa no quiere jubilarse. Todavía no.
"Guarda la esperanza de que en septiembre lleguen cosas o se retome La Campos Móvil, ese programa le hizo mucho bien", se hace constar. Una buena amiga de Teresa aborda otra vertiente en la que nada tiene que ver lo laboral, aunque influya o condicione: "Los que conocemos a María Teresa sabemos que es una mujer fuerte, que se ha rehecho en muchos momentos de su vida, pero no ha llegado a los 80 como a ella le hubiera gustado. No es la etapa que soñó con disfrutar".
Y añade: "Tampoco ayudó lo que pasó con Edmundo Bigote Arrocet (71). Está más que superado para ella, ya pasó página, pero esa ruptura, por cómo sucedió, la dejó mermada. Su ánimo no es el mismo. Como te dije en otras ocasiones, a ella no le gusta estar sola a nivel sentimental y menos en una etapa tan crucial como esta".
Gustavo y Bigote, cara y cruz
Gustavo lleva muchos años, décadas, al lado de María Teresa Campos. Es su chófer y su persona de confianza. Con quien ella se desahoga. Es como un hijo para la comunicadora: "Él sabe perfectamente cómo se encuentra ella y cómo ha vivido lo de Edmundo. Gus -como lo llama Campos- trata de animarla en el día a día. Juegan a las cartas y él se empeña en que Teresa salga más".
También tiene a Campos un tanto agitada el regreso de Bigote a España, fechado para este verano y cancelado hasta en una ocasión: "No le hace ninguna gracia que digan que él va a hablar para dar su versión. Teresa lo conoce bien y sabe que él eso no lo hará". No obstante, pese a que Teresa está convencida que Edmundo no hablará vía exclusiva, este medio manejaba otra información hace un tiempo. Según se deslizó, el chileno hablará. "Lo ha vivido con dolor, claro que sí. Teresa no ha sido justa con su relato, se ha dejado llevar por la rabia y por el desconsuelo. Ha adornado muchas cosas. No está enfadado, está sorprendido de que esa familia siempre lo tenga presente", se aseguró.
Especial apartado, se explicaba, lo dedicará a las hijas de la comunicadora, sobre todo a Carmen: "Para ella sí tiene un mensaje. Pocas personas saben lo mucho que ha hecho él por esa familia. La de favores que ha hecho y sin pedir nada a cambio. Es que aquí parece que las únicas con posibles y contactos son ellas". Se insiste en que Edmundo ya ha pasado página, que guarda cariño y se quedó con lo mejor. Que él ya está en otro punto: el tiempo ha pasado y, tal y como reconoció su hija hace unos días, "está feliz". En España, le espera bastante trabajo. Según la información que ha recopilado este medio, tiene "varios compromisos este verano con Ashumes y en Málaga".
[Más información: Teresa Campos, ante su 80 cumpleaños más agridulce: sin celebración, sin trabajo y con Edmundo de regreso]
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