Tras un año 2020 repleto de adversidades en el ámbito más personal, Esperanza Aguirre (69 años) ha iniciado con aires renovados este nuevo curso fichando como tertuliana oficial de Todo es mentira este mismo jueves 16 de septiembre. Fue al comienzo de la pandemia, en marzo del año pasado, cuando la exdirigente del Partido Popular y su marido, Fernando Ramírez de Haro (71), tuvieron que permanecer varios días ingresados en la Fundación Jiménez Díaz tras haberse contagiado por Covid. Además, meses más tarde, el esposo de la expresidenta de la Comunidad de Madrid sufría un ictus que le devolvía al hospital.
El fiel compañero de vida de Aguirre, con el que casi lleva medio siglo, es el hijo de Beatriz Valdés y Ozores, marquesa de Casa Valdés, quien falleció en febrero de 2019. Año y medio después de su muerte, la familia puso a la venta su impresionante palacio en Pravia, a 15 minutos Avilés. En esa gigantesca casona han veraneado durante años la expolítica y su marido, pues la vivienda puede acoger a más de una docena de huéspedes y se encuentra muy cerca de las playas asturianas y también de la capital, Oviedo.
La familia de la marquesa colgó el cartel de 'Se vende' en el palacete el pasado otoño. Cuando lo lanzó al mercado lo hizo por casi un millón de euros, concretamente, por 980.00 euros. Sin embargo, diez meses después, su precio ha sufrido una importante bajada. En estos momentos, quienes estén interesados en la casona pueden hacerse con ella por 950.000 euros, por 30.000 euros menos que cuando se hizo el primer anuncio por parte de la inmobiliaria.
Esta reducción es muy significativa y demuestra los problemas que está teniendo tanto la familia política de Esperanza Aguirre como los propios gestores de la venta para deshacerse del majestuoso inmueble. Es una de las edificaciones con más historia del área de Avilés, hasta el punto de que se la conoce por dos nombres: la Casona de la marquesa de Casa Valdés o Antiguo palacio de Omaña.
La vivienda se levantó en el año 1798 sobre un patio central sostenido por columnas de piedra y está compuesto por la Casona Principal -denominado 'Palacio'- de 1.458 metros cuadrados divididos en tres plantas. Dispone de una capilla de 48,64 metros cuadrados y los anexos de terreno que abarcan 274,41 metros cuadrados.
El hogar cuenta con más de cuarenta habitaciones que se reparten en once dormitorios, nueve baños, dos cocinas, cinco salones y un comedor. La lujosa estancia también dispone de varios aspectos clave que la convierten en una auténtica joya inmobiliaria: dos patios interiores, una torre, un mirador, y garaje. Además, completan la interminable lista dos antiguas caballerizas y dos edificaciones anexas.
A estos descomunales tamaños y detalles se unen los techos de más de cuatro metros de altura decorados con molduras pintadas, paredes con frescos en el salón y suelos originales de castaño. En mitad de la estancia también reina una impactante escalera de mármol que guía hacia cada planta.
Se trata de un lugar digno para la burguesía y la aristocracia del siglo XVIII, tal y como muestran los tapices en muebles y cortinas y según deja patente la barroca decoración interior. De ahí que no cueste imaginar a una marquesa como lo era la suegra de Esperanza Aguirre moviéndose entre las imponentes paredes de su hogar palaciego. Pero algún día todo este lujo pertenecerá a otros.
La que era su dueña, Beatriz Valdés y Ozores, falleció a los 92 años. La mujer estaba muy unida a su nuera, Esperanza Aguirre, ya que ambas compartían gran pasión por el golf, eran muy cómplices y además, la desaparecida marquesa convivió los últimos años de su vida con su hijo y la esposa de este -la expresidenta popular- en el palacete que tienen en el madrileño barrio de Malasaña. Por este estrecho vínculo que los tres mantenían, cuando Beatriz murió hace ya dos años y medio, la tristeza inundó al matrimonio Ramírez de Haro Aguirre. Esperanza se convirtió entonces en el mayor apoyo de su marido para superar juntos ese duro adiós.
[Más información: El palacio asturiano de la suegra de Esperanza Aguirre, a la venta por casi un millón de euros]