El pasado mes de abril, Netflix anunció en todas sus plataformas que Georgina Rodríguez (27 años), la novia de Cristiano Ronaldo (36), tendría su propio documental: Yo soy Georgina. Un título que es toda una verdadera declaración de intenciones, es decir, que reafirma que ella es ella misma y que no es 'la novia de...' o 'la madre de la hija de...'.
Georgina ya vuela sola, es una superestrella global, la segunda mujer española más seguida de Instagram y un miembro más de la élite internacional. Ahora, cinco meses después de aquel anuncio de Netflix, ya se ha podido ver el tráiler de Yo soy Georgina.
Un clip de vídeo con una duración de un minuto donde se desgranan los puntos más importantes de la vida de la Jaca. Al menos de su vida en los últimos cinco años: eventos de lujo, jets privados como medio de transporte habitual, pareja e hijos, amigos y religión.
En los primeros cinco segundos aparece Georgina Rodríguez saludando a la gente de su pueblo que la interpela por la calle mientras va protegida por dos guardaespaldas sólo para ella. A continuación, se atreve a increpar a un paparazzo que intenta hacer su trabajo sin molestar, es decir, fotografías en la vía pública y a la luz del día. "¿Vas a estar todo el día detrás con la camarita?", pregunta Georgina con tono de prepotencia y desde la incoherencia, habida cuenta que ella, para grabar este reality, tiene todo el día entero tras de sí a un equipo de profesionales con varias camaritas.
Después llegan los momentos familiares. Y es que para el undécimo cumpleaños de Cristiano Ronaldo Jr. la joven alquiló el Parque de Atracciones de Madrid entero para que el primogénito de su pareja disfrutase con sus amigos sin que nadie pudiera perturbar su tranquilidad.
Se desconocía la profunda religiosidad de Gio, no así la de Cristiano, quien siempre ha mencionado a Dios en sus discursos públicos y privados. La modelo grabó parte del reality en su patria chica, en el municipio de Graus, Huesca, donde vivió diez años. Netflix ha incluido a Georgina visitando la Basílica de la Virgen de la Peña, tanto áreas del imponente edificio como íntimas, orando frente a la talla de la Virgen en el interior del templo.
En Graus, Georgina vivió como una chica más y ha regresado como una celebridad. Visitó el Hotel Lleida, donde trabajó; también estuvo en Embutidos Aventín, donde hoy trabajan algunas amigas de su época grausina. Tras pasar por la Plaza Mayor de la citada localidad, Gio se dirigió a pie a la Virgen de la Peña, un lugar especialmente querido por ella, donde rezó a la Virgen depositándole un ramo de flores y disfrutó de las vistas panorámicas del monumento.
Para concluir: el momento más revelador, el instante en el que Georgina, reconvertida a la religión de Ronaldo -viajando en su avión privado, con un pañuelo de seda de Chanel en la cabeza, plagada de joyas y con la camiseta de la selección portuguesa de fútbol- es preguntada por su boda con el crack del balompié. "No... no depende de mí. ¡Ojalá!", concluye la aragonesa, dejando claro que el hecho de pasar por el altar no está, evidentemente, sólo en su mano.
¿Está destapando Georgina la caja de los truenos y confirmando aquello que se publicó en su día -que la madre de Cristiano se niega a esa boda-? ¿Está afirmando, de alguna manera, que Cristiano Ronaldo no quiere casarse con ella, a pesar de llevar casi cinco años de convivencia y cuatro niños en común? Hasta el momento, no hay fecha de estreno oficial para Yo soy Georgina. Netflix lo anunciará próximamente y será ahí cuando se puedan dar o no respuestas a todas esas preguntas.
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