La televisión es un entorno volátil en el que es complicado mantenerse trabajando durante años. Numerosos rostros conocidos se ven obligados a lidiar con la inestabilidad de la profesión. Además, para guardarse las espaldas, muchos de ellos emprenden otros negocios o ponen en marcha otras vías de ingresos.
Es el caso de Anna Simón (39 años), que tras finalizar su último proyecto televisivo -fue retirado de la parrilla por baja audiencia- se ha volcado en otra de sus facetas.
La presentadora y humorista ha encontrado una gran fuente de ingresos en otra plataforma: las redes sociales. Y es que la catalana cuenta con más de 700.000 seguidores en su perfil de Instagram, una cifra por la que se puede permitir acordar suculentos pactos comerciales con marcas. "Una colaboración puntual en el perfil de Anna puede situarse en un caché de entre 1.400 y 2.600 euros", apunta Jaz Díaz, experta en influencer marketing.
La experta describe el perfil de la colaboradora televisiva como "muy de andar por casa", a lo que añade: "Ella no se preocupa por cuidar su estética, como los influencers, no le hace falta debido a su fama. Ahí tiene una ventaja", explica Díaz.
El carácter cercano y dicharachero de la televisiva ha dado lugar a que muchas marcas se interesen en volcar sus contenidos en sus perfil de Instagram. Así, por ejemplo, una de las colaboraciones más beneficiosas de los últimos meses en el perfil de Anna es con una entidad bancaria: "Sabadell lo ha hecho genial con ella. Es una colaboración recurrente [la repite cada mes], algo que reporta mucha credibilidad a la audiencia".
Por este trabajo, según Díaz, Anna podría estar percibiendo entre 18.000 y 20.000 euros. Además, apunta que "seguramente esté recibiendo algún regalo, como el servicio que promociona". Otro detalle es que la cifra, de por sí elevada, habría bajado algo por tratarse de un acuerdo que se prolonga en el tiempo.
La especialista además recalca que Anna lleva a cabo este acuerdo comercial muy adecuadamente ya que por un lado, marca todas las publicaciones como colaboración pagada y, por otro, cuida mucho las imágenes e integra orgánicamente el contenido publicitario en su día a día.
Gran potencial
La especialista en marketing de influencers ve un gran potencial en la periodista como creadora de contenidos digital profesionalizada, algo que se prodría convertir en su vía principal de ingresos ahora que no cuenta con un proyecto televisivo estable. "Yo antes de que acabara en la televisión habría establecido colaboraciones porque cuando sales del medio, puede bajar el cache", asegura Díaz.
Anna cuenta con un gran engagement rate, en concreto un 2,6 %, una métrica que se usa en marketing digital para medir el interés que un perfil suscita entre los usuarios de la red social. Con este dato, si Anna acordara trabajos para marcas en formato vídeo cada uno de sus post podría alcanzar entre 6.800 y 13.000 euros.
Por otro lado, la especialista apunta que su cuenta de Instagram podría ser interesante para productos del sector de los animales: "Las marcas de este entorno ya están tardando en ponerse en contacto con ella". Y es que Anna comparte mucho contenido relacionado con sus perros, un motivo por el que le siguen muchos de sus seguidores. Además, la moda y la belleza, pueden ser otros dos sectores con potencial.
Un 70% de los seguidores de la colaboradora son hombres y en cuanto a edades, la horquilla mayoritaria es de 25 a 35 años, muy seguida por la de 35 a 45 años.
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