El pasado 14 de octubre y de forma totalmente inesperada, Tamara Gorro (34 años) compartía una publicación en Instagram en la que solo se podía leer un mensaje sobre un fondo blanco en el que confesaba que "necesitaba un descanso" de las redes sociales. Esta decisión repentina dejó a sus 2 millones de seguidores preocupados y especulando sobre los motivos de un paso tan radical de la segoviana.
Este lunes por la tarde, 11 días después de su adiós, la influencer ha reaparecido ante su "familia virtual" -como ella llama a su grupo de fieles followers- para despejar el misterio. Con rostro serio, en chándal y sentada sobre el césped, Tamara se ha confesado en un vídeo de casi 10 minutos compartido en su cuenta de Instagram.
"Pese a que yo esté desconectada leo todos los mensajes privados, estoy pendiente de vosotros, y hay una extrema preocupación, no solamente por mi familia virtual, también por los medios de comunicación. Considero que no es necesario teneros en vilo cuando se puede aparecer y decir: 'Oye, tranquilidad, que a mí no me pasa nada grave', aunque evidentemente no estoy bien por ciertos temas", ha comenzado la esposa de Ezequiel Garay (35) queriendo calmar la situación a su alrededor.
Pero la realidad de su estado sí es importante. Gorro ha expresado que no ha aparecido antes a contarlo porque necesitaba que "sucedieran ciertos acontecimientos". Así que ha vuelto cuando el primero de ellos ya se ha producido, que era tener la recomendación de su terapeuta para regresar a las redes sociales, y de hecho fue el experto el que le aconsejó retomarlas para poder mejorar. Por su parte, también ha tenido lugar el segundo acontecimiento, que era comprobar que su cuerpo tolerase la medicación que su psiquiatra le ha recetado.
Tamara ha dejado claro que su problema está en ella, pero que cuando empezó no sabía a qué se debía: "'Tamara, si lo tienes todo para ser feliz: trabajo, amigos, dinero... ¿De qué coño te quejas?', me decía. Yo no identificaba ese problema por ningún lado. Es más, me enfadé conmigo misma".
Además, asegura que, pese a que todo "iba de maravilla" hace solo un tiempo, de repente se sintió diferente y apagada: "No sé ni yo lo que me ha pasado para llegar a este punto. Bueno, ahora le empiezo a dar sentido a todo", ha confesado. Y es que la youtuber ha puesto como ejemplo una mochila vacía, a la que se van cargando poco a poco piedras, y en un instante determinado llega una última roca que lo desmorona todo.
A pesar de los minutos que ha dedicado a aclarar su historia con sus seguidores, la influencer no ha querido compartir por el momento su diagnóstico médico: "Lo tengo, claro. Pero lo haré público cuando lo tenga superado, porque lo voy a superar". En ese sentido, lo que ha detallado es que su cuerpo le pedía parar todo de repente: "Dejé de ver a mis amigos, dejé de ver a parte de mi familia, me aislé. He estado llorando en la cama".
Además de su situación, a Gorro también le preocupa una importante intervención quirúrgica que afecta a "su princesa", la hija de unos íntimos amigos. La pequeña será operada este miércoles 27 de octubre -no ha querido dar mayores datos- y el resultado de ese proceso, que la segoviana no duda en que "saldrá genial", también es un acto decisivo para su recuperación.
Con todo ello, Tamara ha querido dar voz a la existencia de periodos duros en la vida y la necesidad de mostrarlos sin tabúes: "No me da ninguna vergüenza compartir lo que estoy compartiendo. Todos estamos en momentos muy delicados. Algunos no se dan cuenta de que están mal, otros nos damos cuenta tarde. Hay que ponerle nombre a las piedras y eliminarlas".
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