"Yo, que no soy nada joyera, confieso que esta vez las joyas me han hecho soñar". La dueña de estas palabras es la periodista Nieves Herrero (64 años), que revela a EL ESPAÑOL que desde que escribió El joyero de la reina, novela que se ha publicado este jueves 4 de noviembre, presta especial atención a sus alhajas. "Son un legado, una raíz, una ligazón a algo", expresa, como lo son las joyas de pasar en la Casa Real y que son el eje argumental de su nuevo libro.
Letizia recibió en 2014 de manos de la reina Sofía (83) el gran joyero por excelencia que solo está a disposición de la regente Reina España. La esposa de Juan Carlos I (83) lo heredó a su vez de Victoria Eugenia de Battenberg, la soberana más incomprendida, curiosa y reivindicativa que ha pasado por el trono patrio. Su desgraciada vida queda reflejada en la novela de Herrero, desde la enfermedad de sus hijos, las infidelidades de su marido, el exilio y el rechazo de los españoles, sin embargo, lo que más brilla en la historia es la sorprendente e inquebrantable relación que mantiene con las joyas.
"Solo tocándolas se sentía mejor", cuenta la autora. El joyero personal de la Reina, Ramiro García-Ansorena, consiguió que la soberana olvidase sus penas desgranándole las historias y leyendas que se escondían en cada una de sus valiosas joyas. Pronto se convirtieron en su mayor escudo contra las adversidades, recurría a ellas siempre que se sentía débil o impotente ante las desgracias, y las piedras la aportaban instantáneamente la fuerza que requería. Cuanto peor se sentía, más joyas lucía, con la intención de que estas apaciguaran su dolor, y realmente lo conseguían.
De ese don mágico de las joyas y también de sus maldiciones ocultas ha conversado este medio con Nieves Herrero, para quien el proceso de escritura de este libro ha sido tan curativo como lo eran las joyas para Victoria Eugenia.
¿Cómo se encuentra ante la publicación de El joyero de la reina?
Estoy nerviosísima, lo estoy viviendo como si fuera mi primer libro, y es el décimo. Me hace muchísima ilusión que sea una cifra tan redonda. Estoy con el corazón muy acelerado, es el libro de la pandemia, porque me sacó de esa situación y gracias a él pude quitarme de la ansiedad que me daba la situación encerrados en casa.
Usted tiene muy presente a su primer nieto, que acaba de cumplir un año de vida. Dice que es su salvación y él que le da fuerzas para seguir adelante, como para Victoria Eugenia lo eran sus joyas, porque siempre que se derrumbaba las tocaba y se sentía mejor, ¿verdad?
Exacto, eran su báculo. Tuvo muchísimos problemas a lo largo de su vida. El nacimiento de hijos enfermos, ver que, pese a casarse enamorada, el Rey cada vez está más alejado de ella y le llegan noticias de hijos ilegítimos... Entonces ante esto, tocando sus joyas, ella se sentía fuerte. Y se lo decía su dama inglesa, que las joyas podían tener hasta un poder mágico y un poder de ayuda y fortaleza.
Eran su escudo de protección ante las adversidades...
Tanto es así que hay fotos de la Reina en las que se la ve con el collar de perlas, con el collar de chatones, con la Peregrina y la tiara de Flor de Lis, todo junto. Y cuando veo esta foto ahora pienso: 'Qué mal tenía que estar la Reina por dentro'. Qué necesidad tenía de reforzarse con esas joyas. Y de hecho, cuando estaba a punto de morir, pedía constantemente que le trajeran su joyero y tocando las joyas se aliviaba, parecía que mejoraba.
La mayor parte de las valiosas joyas son regalos que le hacía Alfonso XIII a su esposa para lograr su perdón por las continuas infidelidades.
Es que las joyas tapan situaciones familiares muy delicadas. Son regalos de amor muchos de ellos y otros son regalos envenenados. Por eso cuando veo la foto de Victoria Eugenia repleta de joyas digo "uff qué situación personal estaría pasando". El Rey tenía por costumbre regalarle chatones para añadir a su collar y por eso esa pieza es la más importante pero a la vez da la sensación de que fueran lágrimas de la Reina. No solamente son brillantes, ahí hay muchos disgustos.
La Reina era muy curiosa y quería conocer la historia detrás de las joyas. ¿Cuál es la leyenda que más la estremeció?
Se dio cuenta de todas las reinas que habían llevado la Peregrina no habían sido felices y ella se cuestionó: 'A ver si esta gema debería estar guardada bajo siete llaves porque realmente no he tenido ninguna predecesora que fuera feliz'. Ella insistía mucho en que ser reina no te da la felicidad.
Esa es la 'falsa' Peregrina que aún luce Letizia en algunos actos institucionales.
La 'falsa' Peregrina se la regaló el rey Alfonso XIII, y como era palabra del Rey, pese a conocer que no era la auténtica piedra, Victoria Eugenia siguió diciendo que ella tenía la Peregrina original. De hecho, pidió a Luis Martínez de Irujo -jefe de la Casa de la Reina- que hiciera una rueda de prensa para decir públicamente y con la piedra en la mano que la Reina poseía la auténtica Peregrina, pese a que ella sabía que la real se subastó en Estados Unidos.
Fue una mujer con gran personalidad, pero muy incomprendida por la Corte y los españoles.
Era una mujer de rompe y rasga. Llegó a España con una corte enlutada, todos vestidos de negro, y ella llegó de blanco. Llegó fumando en boquilla, ella bebía -algo muy inglés-, jugaba al tenis, montaba muy bien a caballo, hacía deporte... y su suegra, María Cristina, la criticó muchísimo. El pueblo prefería a Alfonso XIII y a ella la definía como fría, y se fue al exilio pensando que los españoles nunca la habían querido.
Pero tras 38 años en el exilio volvió a España para el bautizo de Felipe VI y entonces se sorprendió de lo que vio.
Regresó al bautizo de su bisnieto y al ver las calles de Madrid abarrotadas se quedó muy impactada, porque no se esperaba ese recibimiento en absoluto. Entonces se fue de España con esa sensación de 'me he quitado esa espina que llevaba clavada'. De hecho, en su última conversación con su querido Ramiro García-Ansorena dejó claros sus sentimientos: "Ya se podía morir tranquila".
Resulta muy atractiva la relación entre la reina Victoria Eugenia y su joyero Ramiro García-Ansorena, que dice usted que lo de las joyas era una excusa para pasar más tiempo con ella. De hecho, murieron con meses de diferencia.
La admiración de Ramiro hacia ella hizo que hasta su padre le llamara la atención por no casarse. Su hermana llevaba amigas a casa y no pasaba nada. Su padre le decía: 'Has puesto el listón muy alto, tienes que bajar a la realidad'. Y es que él se sentía muy cómodo con la Reina hablando de joyas y de arte. Él decía que no había nada más bonito que trabajar con la belleza creando belleza. Pasaba mucho tiempo buscando las mejores piedras para la Reina.
¿Qué opina la reina Letizia de las joyas de pasar? ¿Cómo las emplea?
Letizia las utiliza como reivindicación en actos que son muy significativos, ¿por qué se pone las joyas de pasar? Porque está diciendo que ella es la continuidad, y es que la Reina siempre habla con gestos. Siempre tiene gestos cuando lleva sus chatones o las pulseras gemelas o ese broche con la Peregrina lo que está diciendo es de dónde viene todo esto y reivindicando que ella es la Reina de España y que la institución está ahí y vivimos en una monarquía constitucional. No se dan puntadas sin hilo, cuando Letizia se pone una joya es que nos está mandando un mensaje.
La única joya que no se quita Letizia nunca es el anillo de Karem Hallam que le regalaron sus hijas
Porque en esa joya el valor sentimental destaca mucho más que el valor económico. En cambio, las joyas de pasar tienen un valor sentimental, institucional y también económico. Son joyas importantes y algunas han salido en la lista de mejores joyas del mundo.
¿Veremos a Leonor con las joyas de pasar?
Yo creo que sí. Creo que la monarquía constitucional nos la hemos ganado a pulso los españoles y nuestros Reyes están donde tienen que estar. Cada vez se oyen más voces republicanas, pero yo creo que los Reyes están demostrando, como decía Victoria Eugenia. En Inglaterra se les quiere por ser Reyes, simplemente, pero en España hay que ganárselo y ganárselo en la calle y con los actos personalísimos de cada soberano. Y yo creo que en este momento, Leonor, desde muy pequeña, se lo está ganando y la estamos oyendo hablar y viendo cómo se mueve y se expresa. Ella ya ha empezado a ganarse la Corona en la calle.
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