No hay duda de que Tamara Falcó (39 años) es una de las mujeres más conocidas de España. Famosa desde antes de nacer, la saga Falcó-Iglesias-Preysler, a la que pertenece, puede llegar a tener tentáculos inimaginables. Ramificaciones de un gigantesco árbol genealógico sobre el que no siempre se posa la luz de los flashes, propios de las revistas del corazón o los photocalls bien remunerados.
La marquesa de Griñón tiene dos hermanos mayores por parte de su padre, Manuel (57) y Xandra (54), y dos menores, Duarte (27) y Aldara (23). Manolo, como cariñosamente lo conocen en su entorno, el primogénito del recordado Carlos Falcó, fallecido el 20 de marzo del año pasado por Covid-19, tiene a su vez tres hijos con su esposa, Amparo Corsini, con la que cumplió 22 años de matrimonio el pasado mes de julio. Ellos son Carlos (21), Manuela (19) y Mariana (14).
Carlos Falcó Corsini, el discreto y desconocido sobrino de Tamara Falcó, está llamado a ser marqués de Castel-Moncayo con Grandeza de España. Entre tanto, el joven aristócrata vive una agitada vida apartado del foco mediático y lo hace en su burbuja particular, formándose en una de las universidades más prestigiosas del mundo.
Hasta hace un par de años, Falcó estudiaba en Harrow School, una verdadera institución académica ubicada a las afueras de Londres. Una elitista escuela exclusiva para varones de entre 13 y 18 años. Entre sus antiguos alumnos se encuentran desde el primer ministro Winston Churchill al hijo de Margaret Thatcher o algunos miembros de la realeza como el maharajá de Jaipur.
Desde el verano de 2019 y hasta el próximo 2023, Falcó se forma en Bachelor of Business Administration - BBA, Minor in Applied Analytics -Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas- en la prestigiosa USC - University of Southern California. Según expertos especializados en medir el valor anual de coste por año en este centro, estudiar allí cuesta unos 68.000 euros anuales. 51.000 euros sólo la matrícula, 12.000 euros del alojamiento, algo más de 1.000 euros por los libros y 800 euros de otros gastos. El precio de la matrícula, los 68.000 euros, es el mismo para residentes de California. Ahí no hacen excepción.
El estado de California ha estado íntimamente ligado a la familia Falcó desde tiempos inmemoriales. En la década de los 60, en el estallido de la época hippie, Carlos Falcó y su primera esposa, Jeannine Girod, los abuelos del ahora estudiante Carlos Falcó Jr., llegaron a la Costa Oeste americana para que el marqués de Griñón perfeccionara sus estudios de agronomía en la universidad UC Davis. Juntos recorrieron Estados Unidos a lomos de un Maserati y vivieron allí uno de los momentos más especiales de su existencia: el nacimiento de su primer hijo en común, Manuel, el padre de Carlos.
Quienes lo conocen hablan de él como un chico brillante, con pasión por las finanzas, con deseo de seguir los pasos empresariales de su progenitor. Ambicioso y solidario. Hace algo más de un año, cuando el ciudadano afroamericano George Floyd murió asfixiado por un policía en plena calle, el joven puso en marcha una recaudación cuyos fondos fueron destinados íntegramente a 100 Black Men of Los Angeles, una organización benéfica local que busca dar oportunidades de educación y trabajo a jóvenes afroamericanos. Toda su familia se volcó con la labor de Falcó, incluso su tía Tamara, quien utilizó su influencia en sus redes sociales para aportar su granito de arena a la causa de su sobri.
"Me emociona ver a gente joven que se preocupa por hacer del mundo un sitio mejor. Iniciativa de mi sobri que apoya la educación como arma en contra del racismo, buscando oportunidades educacionales y económicas a jóvenes afroamericanos", escribía en su perfil oficial de Instagram, donde atesora más de un millón de seguidores. El proyecto solidario de Carlos Falcó y sus amigos de la Universidad resultó un éxito y en apenas unos días consiguieron más de 6.000 dólares con los 100 de Tamara, los 150 de Xandra y los generosos 500 dólares de Manolo Falcó, que cree fervientemente en los proyectos de su primogénito.
El aristócrata español afincado en Los Ángeles lleva una fascinante a la par que discreta vida en California. Muy prudente con sus redes sociales, Falcó mantiene en privado sus publicaciones de Instagram, donde aparece, por lo general, haciendo las cosas clásicas de los chicos de su edad. Hace unos días publicaba una imagen junto a uno de sus amigos con motivo de Halloween. Ambos iban vestidos al más puro estilo Fiebre del sábado noche, con pantalones blancos acampanados estilo años 70 y camisa de seda estampada. Porque ser aristócrata no está reñido con ser cool. En ocasiones, como en la suya, es al contrario.
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