Ana Obregón (66 años) ha convertido sus redes sociales en una ventana al mundo en la que homenajear a sus seres más queridos, tanto a los que están a su lado en lo bueno y en lo malo, como a aquellos de los que tuvo que despedirse. Las publicaciones sobre su hijo Álex Lequio son las más comunes, fotografías y textos con los que la actriz recuerda a su gran amor, fallecido el 13 de mayo de 2020.
Pero también tiene hueco para su madre, Ana María, fallecida el 22 de mayo de este mismo año. Su pérdida fue un duro mazazo para la presentadora, que la ha recordado en su perfil de Instagram cuando se cumplen seis meses de su fallecimiento. Más allá de las fotografías, en las que las dos mujeres posan sonrientes ante las cámaras en diferentes momentos de sus vidas, la atención se la lleva el texto, en el que Obregón hace una gran confesión.
"Mamá perdóname, porque aún no he sido capaz de entrar en tu duelo", comienza Ana, que reconoce que "hay veces que es necesario maquillar la realidad porque el cuerpo no aguanta más dolor. Y me siento fatal… perdóname", le pide a su madre. "Solamente puedo decirte que te quiero muchísimo, que has sido y eres la mejor madre del mundo, pero sobre todo que el cordón umbilical que une a una madre con sus hijos no se rompe jamás, ni con la muerte".
Una afirmación con doble dirección, pues no es algo que ella sienta con respecto a su progenitora, también con su hijo. De hecho, para despedirse le pide un favor: "Cuida de mi hijo. Os amo infinito".
Como ya es habitual, Ana Obregón ha acompañado su publicación con el hashtag que ha servido para etiquetar todas sus imágenes y las de Alessandro Lequio (61) desde que falleció su hijo: #alessforever. Pero también con otros dedicados solo a su madre: #6mesessinti y #mama.
Gracias al apoyo incondicional de sus familiares y amigos, la actriz está creando una nueva rutina en la que viajes y trabajo están presentes. De hecho, hace unos días regresó a Roma en compañía de su gran amiga y representante Susana Uribarri (56), que no le ha soltado la mano en ningún momento.
La hija del mítico José Luis Uribarri ha jugado un gran papel en la recuperación de Ana. Con ella acaba de regresar a la capital italiana, donde Ana asegura que encuentra una gran paz: "Algo tiene la luz del atardecer sobre los tejados romanos que me abstrae de mi realidad, donde no soy más que un alma que se conecta con la historia de todo lo eterno". Y también es quien logró que la intérprete presentara las Campanadas el año pasado junto a Anne Igartiburu (52), un plan que tal y como se anunció la pasada semana, volverá a repetir el próximo 31 de diciembre.
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