Mantener un perfil bajo en Sálvame ha servido para que Chelo García Cortés (69 años) reciba a menudo críticas de compañeros y telespectadores. Aun así, la periodista, a quien sin duda le sobran tablas para lidiar con todos esos ataques y burlas, se ha ganado la simpatía de su fiel grupo de seguidores gracias a su naturalidad a la hora de hablar de su condición de mujer bisexual, su saber estar en un plató, y la discreción sobre su vida privada. La gallega celebra estos días su 70 cumpleaños consagrada como una de las periodistas del corazón más icónicas. Aunque lo suyo le ha costado a la de Orense, que creció en el seno de una familia conservadora y a los tres meses de edad se trasladó a Madrid con su familia.
Con apenas once años, García Cortés tuvo que hacer frente al suicidio de su madre, que llevaba años padeciendo un trastorno mental. "Me afectó mucho. Me hice rebelde sin causa, dejé de estudiar, aunque retomé los estudios a los 25, dejé de creer en la Iglesia, los curas, las monjas, porque mi madre decidió que no quería vivir [...] Cuando mi madre se suicidó mi padre se convirtió en padre y madre, hasta que se casó de nuevo", confesaría años después la periodista a Rosa Villacastín (74).
García Cortés se fue a Barcelona para estudiar Ciencias de la Información, y dio sus primeros pasos como periodista en 1971, en una emisora sindical de su ciudad natal llamada La voz del Miño. "Hablaba un perfecto castellano y aquella era la época en la que en mi tierra no se podía hablar gallego, estaba prohibido. El director de la emisora me oyó hablar en castellano y me propuso hacer un programa de radio [...]. Me puso ante un micrófono, y parece ser que mi voz gustaba", contaría luego una mujer que en 1974 se topó en un viaje en tren con Marcelino Rodríguez de Castro, quien, para su sorpresa, le ofreció un contrato en la emisora que entonces dirigía en Barcelona, Radio Miramar. La gallega decidió aceptar aquella tentadora oferta y, tras convencer a su entonces pareja (el presentador José Manuel Parada, con quien vivió durante siete años), se marchó a vivir a la Ciudad Condal, donde ambos alquilaron un piso dispuestos a afrontar nuevos retos y ganar experiencia en el mundo del periodismo.
"Nos quedamos en Barcelona, y había allí una compañera que nos venía a pedir a Radio Miramar las entrevistas que nosotros hacíamos, y luego las veíamos publicadas en una revista del corazón. Le dije a Parada: 'Oye, estamos haciendo el tonto. Yo sé hacer fotos, los dos sabemos escribir... ¡vamos a hacerlo nosotros!'. Y así empezamos en la prensa del corazón", relataría años después la periodista, que pudo llegar a comprarse su piso en Barcelona con el dinero que ganó dedicándose a la prensa rosa. "Mi primer reportaje fue para ¡HOLA!, pero después me dediqué durante veintidós años a la revista Lecturas. En mi época de prensa hacía mucha fotografía política e, incluso, fotografié el primer desnudo masculino [el actor catalán Joan Llaneras], para la revista Papillon", explicaría una vez García Cortés, que llegó a ser acusada por escándalo público tras la publicación de aquellas fotos.
Después de debutar en la televisión catalana a finales de los noventa, la gallega trabajó un tiempo junto a Ana Rosa Quintana (65) en su programa de Antena 3 Sabor a ti. Luego, adquirió una gran popularidad en el espacio Dónde estás corazón, antes de fichar en 2011 por Telecinco, cadena de la que no se ha movido desde entonces. Aunque es una mujer algo celosa de su vida privada, su exposición mediática sirvió para que muchos se enterasen de que la periodista descubrió que era bisexual el día que conoció a Bárbara Rey, que en los ochenta tuvo varias 'noches de amor’ con la vedette, o que ya hace tres décadas que comenzó a salir con su actual mujer, Marta Roca, antigua directora de diseño y arte dentro del grupo RBA.
La discreta pareja, que actualmente vive en la localidad de Castelldefels, se casó en una ceremonia civil en agosto de 2005, y lo cierto es que la periodista se apoyó especialmente en Marta cuando se supo que lo estaba pasando muy mal tras haber contraído una deuda millonaria con Hacienda —la Agencia Tributaria llegó a embargarle mensualmente un buen porcentaje de su nómina, y la periodista aceptó participar en Supervivientes 2019 para poder saldar aquella deuda—.
"Soy bisexual. El amor no tiene sexo, te enamoras de la persona. Defiendo el derecho a que cada uno elija lo que quiera ser", confesó en una entrevista García Cortés, defensora de los derechos de las personas de género no binario, además de icono pop y referente LGTBI para muchos espectadores de Sálvame. "Una mujer de más de sesenta años (si me apuras, casi más de cincuenta) en la tele, en sí mismo, es algo bastante inaudito. Si encima esa mujer es bisexual, que son probablemente uno de los colectivos más invisibilizados de la comunidad LGTBQ, ¿cómo no va a ser un referente? Que ella diariamente hable de esto, de su mujer, etc., sin hacer una ceremonia ni convertirlo en una excepcionalidad, en una historia extraordinaria, es algo maravilloso y mucha gente lo hemos valorado, comenta a EL ESPAÑOL la ilustradora Andrea Galaxina, que el pasado año editó un fanzine (Chelo García Cortés. Appreciation Zine) dedicado a la figura de la periodista del corazón.
Galaxina es de las que piensan que tanto La Fábrica de la Tele (productora de Sálvame) como algunos espacios emblemáticos de Telecinco han otorgado en los últimos años cierta visibilidad a las personas trans y han contribuido a la normalización de la homosexualidad. "Creo que La Fábrica de la Tele está aprovechando muy bien la buena prensa que da tratar ciertos temas", apostilla la ilustradora. "Por supuesto, me parece fenomenal que se hable de cuestiones como salud mental, violencia contra las mujeres, etc. en un programa con la audiencia que tiene Sálvame y que, de alguna manera, sitúe el debate sobre estas cosas que afectan a tanta gente (sobre todo cuando hay tan pocos espacios en los que se pueda hablar de ello). Otra cosa es que la intención con la que estas personas aparecían en estos programas tuviese o no que ver con la visibilidad del colectivo o con luchar por su dignidad, porque, al final, estamos hablando de una empresa privada que lo que busca es ganar dinero".
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