Este sábado 11 de diciembre de 2021 no solamente se ha fundido a negro el mundo del deporte y de la prensa del corazón con la muerte de Manolo Santana a los 83 años de edad. También es un día triste y aciago para su familia y amigos. Para su viuda, Claudia Rodríguez, y sus cinco hijos: Manuel, Beatriz y Borja -fruto de su relación sentimental con María Fernanda Dopeso-, Bárbara Catherina -nacida durante su relación con Bárbara Oltra-, y Alba Santana (37 años).
Esta última, Alba, es la hija que tuvo en común Santana con Mila Ximénez de Cisneros. De todos sus vástagos, Alba ha sido la única mediática, también gracias a la exposición pública y televisiva de su madre. La relación entre padre e hija, en los últimos años, se enfrió hasta convertirse en inexistente. No existió, según se encargó de sostener la propia Mila en vida, ningún tipo de relación paternofilial en el tramo final de vida del que fue una leyenda del tenis, Manolo Santana.
Sea como fuere, pese a esta situación particular, qué duda cabe de que este sábado ha sido muy doloroso y difícil para Alba, quien ha perdido a sus padres en menos de seis meses. El hondo e irreparable dolor de una hija, pese a todo. Cabe puntualizar que Mila Ximénez falleció el pasado 23 de junio víctima de un cáncer. Para entender la nula relación entre padre e hija hay que remontarse a la tierna infancia de Alba. Cuando esta solo tenía seis años, su madre, incapaz de mantenerla y de pagarle un colegio y vivir en un hogar confortable, tuvo que dejar que la niña se fuera a vivir con su padre a Marbella. Ambos ya separados.
Alba era feliz con su padre y su nueva esposa de entonces, Otti, aunque sin olvidar en ningún momento a su madre. A los 10 años, volvió a vivir con Mila, pero por poco tiempo. Los problemas económicos y la falta de trabajo de la madre obligaron a que Alba volviera a vivir con su padre dos años después, cuando ya había cumplido los 12. Y con Santana vivió hasta su mayoría de edad, empezó a ir a la Universidad y a tener su propia vida independiente. Una circunstancia que hizo más fácil reencontrarse con su madre.
Pese a la separación de sus padres, Alba consiguió hasta bien entrada la madurez tener una buena relación con su padre, Manolo. Incluso, el tenista fue el padrino de su boda en 2006 con su marido, el empresario Abiv Miron. En dicho enlace coincidieron Mila y Manolo. No obstante, la relación del padre con Alba comenzó a enfriarse hasta ser nula, según relató Mila Ximénez en vida, cuando irrumpió en la vida de Santana su viuda, Claudia Rodríguez. Un matrimonio que alejó al tenista de su hija Alba. No solo de esta; Ximénez sostuvo hasta la saciedad que Manolo Santana se alejó de todo el mundo, en sus propias palabras.
Siempre correcta y educada, Alba nunca habló en malos términos de su progenitor en público. Estas fueron sus palabras en su única entrevista en ¡HOLA!: "Son dos mundos opuestos y se separaron cuando yo era muy pequeñita. Pero soy consciente de que los dos me han querido muchísimo. De todas formas, aunque maduré muy jovencita, he sido una niña muy feliz".
Alba, fuerte e independiente
Alba es independiente, fuerte y muy segura y abandono el 'nido' siendo muy joven. A pesar de la gran fama de sus progenitores, Alba siempre ha sabido llevar una vida alejada de los focos mediáticos y de cualquier polémica o información de las que se nutre el programa en el que trabaja su madre.
Tenía apenas dos años cuando sus padres se separaron. Entonces la pequeña se quedó con su padre, algo que decidió la propia Mila. Así las cosas, y pese a la distancia siempre fría entre sus padres, Alba vivió "una infancia muy feliz", y tuvo el apoyo constante de la segunda mujer de Santana, Otti, una mujer que se convirtió "en su segunda madre". La curiosidad y la disciplina de Alba siempre destacaron en ella desde adolescente. Por eso, cuando cumplió la mayoría de edad decidió volar del hogar e irse a estudiar a Suiza, donde se formó de manera internacional y rigurosa y conoció al hombre de su vida.
Alba tenía 20 años cuando se topó con un joven israelí que cambiaría su vida de arriba abajo (para bien). Es la única relación sentimental que se le conoce, debido a la poca información personal que existe sobre ella. Pero no hay duda de que cuando el empresario Abiv Miron llegó a su corazón lo hizo para quedarse. La bella pareja se dio el 'sí, quiero' en junio de 2006, cuando Alba apenas había cumplido los 22 años. El enlace se llevó a cabo por el rito judío. La boda tuvo lugar en Marbella y acudieron sus padres pese a que no habían tenido ninguna relación desde que se separaron.
El matrimonio de Alba y Aviv se inició feliz y a día de hoy sigue sólido y estable. Años más tarde de aquel enlace, han formado una familia tras el nacimiento de sus dos hijos, Alexander (14) y Victoria (8). Debido a la carrera profesional en ascendente de su marido, la hija de Mila ha vivido en diferentes puntos de la geografía europea. Ha vivido en Holanda, en Londres y, en la actualidad se han instalado en Ámsterdam. Sin embargo, los vuelos diarios a España favorecen los viajes de Alba a Madrid o Marbella para estar junto a su madre, con quien siempre mantuvo un lazo fraternal muy especial.
La joven Santana Ximénez de Cisneros se ha dedicado a su carrera, su familia y su casa, sin aparecer en los medios, pero en 2009 rompió su silencio mediático. La figura como madre de Mila estaba en boca de todos y siendo cuestionada por muchos y su hija no dudó en salir en su defensa: "Ha sido una madre diferente para lo bueno y para lo malo. Me gustaría parecerme a mi madre en la libertad con mi hijo, en poder contarnos las cosas abiertamente; en no tener ese miedo de tener que mentirle a tu hijo para que no te juzgue", explicó en una entrevista.
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