La agitada vida de Verónica Forqué: su gran amor, su única hija y la depresión que acabó con ella
La actriz ha fallecido este lunes, 13 de diciembre, en su domicilio de Madrid, dejando tras de sí una larga filmografía y grandes lecciones de vida.
14 diciembre, 2021 02:27Noticias relacionadas
La muerte de Verónica Forqué este lunes 13 de diciembre a los 66 años de edad ha sacudido a la sociedad española. Nada hacía presagiar el trágico final de la actriz, que hace apenas unos días se convertía en protagonista del último desfile de Eduardo Navarrete (27), con quien coincidió en el programa MasterChef Celebrity. Su nombre era conocido por varias generaciones gracias a su trabajo delante de las cámaras, pero la intérprete también acaparó titulares por su faceta divertida, sus sorprendentes confesiones, como que fumaba marihuana, y su valentía a la hora de hablar de los momentos más complicados de su vida.
Quienes tuvieron la suerte de tratar con ella sabían de su sinceridad, esa de la que hizo gala en muchas ocasiones a lo largo de su vida, pero con la que sorprendió especialmente en el programa Entre Ovejas de TVE. En el mismo le puso voz a una enfermedad que aún hoy día sigue siendo tabú, la depresión, que ella misma sufrió con fuerza en sus carnes en el año 2014.
"Yo tuve una depresión muy grande, porque había estado muchos años viviendo en pareja y, además, tenemos una hija maravillosa. Pero dejé de quererle. Se acabó y se acabó", explicaba, haciendo referencia a su separación de Manuel Iborra (69), padre de su hija María (31) y quien había sido su pareja durante los últimos 34 años.
Aunque su historia de amor tuvo un punto final, la intérprete siempre tuvo claro que Manuel, con quien se casó en el año 1981, era "el amor de su vida" pese a que su separación fue tormentosa para ella. El problema vino cuando Verónica se dio cuenta de que aunque "le amaba, no le podía soportar". Su hija en común, María, fue el su mayor orgullo, pero también la extensa filmografía en la que trabajaron juntos y en la que Forqué brilló especialmente, la recordada comedia de TVE Pepa y Pepe y en películas como Clara y Elena, Orquesta Club Virginia, El Tiempo de la Felicidad o La vida de Rita.
Terminar su matrimonio cambió la vida de Verónica Forqué, pues detonó en un desequilibrio emocional: "Cuando me di cuenta de que no lo amaba se me vino el mundo encima. ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo lo iba a decir? Mi vida, mi hija...", explicaba. Por suerte, en medio de esta crisis personal llegaron dos trabajos, uno en televisión y otro en el teatro, que la hicieron reponerse por completo. Pero también un 'hábito' que había dejado al casarse y al que volvió con la separación: la marihuana. "No bebo nada de alcohol, me cuido, pero me gusta fumar hierba (...). Tengo 65 años y puedo hacer lo que quiera, no molesto a nadie", llegó a reconocer.
Apenas ocho meses después de este programa, en diciembre de 2020, Verónica Forqué volvía a ponerse de nuevo ante las cámaras para abrirse en canal, esta vez en Sábado Deluxe. Sentada al lado de Jorge Javier Vázquez (51) volvió a romper tabúes. El sexo a partir de los 50, las drogas y la depresión fueron los temas de esa noche. Contó, por ejemplo, nuevos detalles de esa enfermedad que marcó su vida, "empecé teniendo pereza por todo, mi hija se fue con su pareja a Tailandia, mi pareja se me vino abajo, tú sabes lo que fue eso... María en Tailandia, Manolo como un pingo, fue una época horrorosa". La protagonista de Kika logró recuperarse con psicoanálisis, trabajo y fuerza de voluntad, pero en 2016 unos problemas de espalda la volvieron a llevar por el mismo camino.
Esas dos fueron las etapas en las que peor se encontró, pero Verónica quiso añadir que la depresión siempre había estado presente en su vida, incluso cuando era joven. "La vida siempre me pareció insoportable, ya desde que era joven no quería vivir, me parecía que no me quería nadie...", confesó tajante.
Pese al boom que vivió tras su paso por MasterChef Celebrity, lo cierto es que la vida de Forqué era muy tranquila en los últimos tiempos. EL ESPAÑOL pudo captarla en su rutina diaria. Vestida de forma informal y con deportivas, la actriz estaba dando un paseo acompañada de su perro, un lulú de pomerania, que se convirtió en su último compañero de vida.
Una actividad que realizaba en solitario y que, según una vecina, era una de sus pocas salidas: "Yo siempre la veo a esta hora paseando al perro. De hecho, es el único momento en que la veo en el día", compartía a este medio.
El recuerdo de una gran compañera
Tras conocerse su fallecimiento han sido muchos los rostros conocidos que han compartido el dolor de su pérdida. No solo en las redes sociales, donde los posts en homenaje a Forqué se cuentan por decenas, también en un plano más íntimo. EL ESPAÑOL ha podido hablar con Concha Velasco (82), quien conocía a Verónica desde que era una niña.
Triste por la pérdida y muy amable, la también actriz solo ha tenido palabras de afecto hacia su compañera de profesión. "La conozco desde niña, la quería muchísimo y era una de las mejores actrices de este país. Buena compañera y buenísima amiga", ha resumido.
De entre las muchas anécdotas que vivieron juntas, Concha ha querido recordar su infancia, cuando todavía ninguna de las dos protagonizaba películas. "Nosotros íbamos a misa cuando éramos pequeñas, con mi madre, con los Ozores, los Forqué... Y luego hice con ella películas. Ha sido siempre buenísima amiga, una gran compañera, sobre todo", ha recalcado.
Sobre el trágico final de su amiga, Concha Velasco ha asegurado que no conocía la situación, restándole importancia a la forma en la que ha muerto y quedándose con lo mejor de Verónica Forqué: "No sé que le ha pasado, seguramente estaba pasando un mal momento, ¿pero quién no lo pasa? Todos pasamos malos momentos. Mi trato con ella siempre ha sido maravilloso, hemos hablado mucho, nos hemos querido siempre mucho. Era una persona magnífica".
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