"Éxito" es quizás la palabra que mejor resume el legado de Carlos Marín, la voz española del grupo Il Divo, fallecido el pasado 19 de diciembre. Desde entonces, se han sucedido un gran número de homenajes para reconocer el talento de este hombre, que tanta huella ha dejado. Y no solo en el panorama musical, en el que destacó de manera sobresaliente, sino también en el mundo de los negocios.
Carlos Marín deja tras de sí innumerables canciones, pero también tres empresas de las que era administrador. La más importante es Espectáculos Tercer Milenio S. L., fundada en el año 1999 y bajo la cual se encuentra Starcast, la agencia de representación artística fundada por el cantante y que se convirtió en negocio familiar.
Además de Carlos, que tenía el papel de administrador único, en el organigrama de la empresa se encuentran su madre, Magdalena Menchero, que es accionista mayoritaria, y su hermana, Rosa Marín, como apoderada.
Pero también el gran amor de su vida, la también cantante Geraldine Larrosa (43), que posee un 10% de las acciones de la empresa, una cantidad mínima comparada con el 90% que posee quien fuera su suegra, pero suficiente para formar parte de la compañía.
Según su propia página web, Starcast "se encarga de la representación de actores y presentadores", mientras que Espectáculos Tercer Milenio hace lo propio con "la representación musical de cantantes. Juntos trabajan con la intención de aportar lo mejor de cada mundo de la representación y de la producción". Un negocio redondo pues además, el vocalista de Il Divo tenía la función de 'enlace internacional', aunque también formaba parte de la lista de representados. Un papel que recaía en su propia hermana.
Las cuentas de la empresa muestran grandes resultados, sinónimo de su éxito. Y todo eso, a pesar de los estragos de la pandemia del coronavirus, pues como le ha sucedido a muchos otros negocios, Espectáculos Tercer Milenio SL también ha sufrido una gran bajada en sus ingresos.
El ejercicio de 2019 fue especialmente bueno para Caros Marín y su familia, pues obtuvieron un beneficio de algo más de 2.330.000 euros, una cifra que se redujo considerablemente al año siguiente, según los datos a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, reduciéndose a 1.890.000 euros.
La cancelación de conciertos y las limitaciones no han sido propicias para este negocio, que ha visto como su balance de ventas ha caído en picado, pasando de 60.000 euros en 2019 a tan solo 6.990 al año siguiente. De hecho, la empresa también ha visto aumentadas sus deudas, que han pasado de 73.000 euros a unos 127.000.
Pero más allá de esta empresa, el nombre de Carlos Marín aparece relacionado a otras dos sociedades. Trapp Entertainment SL, creada en 2007, cuatro año después de la formación de Il Divo, con un capital inicial de 3.006 euros. Una cantidad que sigue apareciendo a día de hoy, pues todavía no ha tenido actividad. Sí que se sabe que su función pertenece a las actividades de las agencias de colocación.
Por otro lado, está Opera Diamonds SL, formada en noviembre de 2019 y creada para el desarrollo de actividades auxiliares a las artes escénicas. Al igual que la anterior, Carlos Marín nunca llegó a presentar cuentas de esta empresa, de la que también era administrador único.
La pérdida de un gran artista
Fue el pasado 15 de diciembre cuando este periódico informó en primicia del grave estado de salud en el que se encontraba Carlos Marín. De acuerdo con la información a la que tuvo acceso EL ESPAÑOL, el vocalista de Il Divo permanecía ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Manchester.
Desde principios de diciembre, el cantante se encontraba entubado y con el oxígeno comprometido. Una situación crítica que terminó de la peor manera posible, con su muerte el domingo 19 de diciembre. Una noticia que confirmaba el grupo musical que le dio la fama global, Il Divo, a través de sus redes sociales. "Con gran pesar les hacemos saber que nuestro amigo y compañero Carlos Marín ha fallecido. Sus amigos, familiares y sus fans lo extrañarán. Nunca habrá otra voz o espíritu como el de Carlos", se podía leer en la nota de prensa.
[Más información: Rappel, amigo y guía espiritual de Carlos Marín: "Creía en el más allá y visitó a chamanes y médiums"]
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