El 11 de noviembre de 2017 fallecía el humorista Chiquito de la Calzada causando un auténtico revuelo en la sociedad. Eran muchas las personas que lo querían y adoraban y toda Málaga lloró. Entonces, surgió cierta polémica en torno a su familia por la millonaria herencia que dejaba, un desagradable suceso que se fue apagando paulatinamente.
Más de dos años después de su muerte, la figura de Chiquito volvía a coger empaque mediático cuando la Asociación de Humorismo de España, Ashumes, decidió levantar una estatua en su memoria en Málaga. Todo un homenaje para alguien que significó e hizo tanto por su tierra. El presupuesto: 40.000 euros. Para alcanzar esa ansiada cuantía se han llevado a cabo homenajes y festivales benéficos en los últimos años.
Todo dinero era poco y, con el afán de, por fin, conseguir el objetivo, esta asociación decidía poner a la venta en marzo de 2020 un libro sobre el mítico cómico, Hasta luego, Lucas. Por fin la estatua, a tamaño real y hecha de bronce, ha quedado inaugurada este pasado miércoles 29 de diciembre en Málaga, como ha podido corroborar EL ESPAÑOL.
"Esto ha sido un parto de trillizos o cuatrillizos", explica, con gran sentido del humor, el cómico Tony Antonio, presidente de Ashumes, en conversación con este periódico. Él sabe de lo que habla: todo lo que ha costado poner en pie esta histórica talla. Las ayudas que luego no son tanto y las cuentas que no salen. En efecto, han sido años y meses de titánico esfuerzo, de recaudar fondos. Finalmente, la escultura luce ya, poderosa y hercúlea, en el parque Gregorio Sánchez de Málaga.
El parque que lleva el nombre de Chiquito. "Estoy atacado y esperando que llegue el alcalde y todo el mundo para la inauguración", sostiene Tony cuando este medio descuelga el teléfono. Mientras da instrucciones a su equipo, ultimando detalles, desliza: "Por fin, después de cuatro años intensos de trabajo, se ha inaugurado. Gracias a Dios. Cuando hoy termine todo, yo seré el hombre más feliz del mundo".
Tony está exultante y se nota en el tono de su voz: "Hace un día espléndido y un sol maravilloso que Chiquito nos ha mandado desde el cielo. Tenía miedo de que lloviese. Ha venido gente de toda España, de Madrid, de Valladolid... Aunque muchos no han podido venir por las fiestas y las pandemias". A su lado en esta causa, incondicional, Edmundo Bigote Arrocet (72 años). Gran amigo en vida de Chiquito, el chileno ha estado al pie de cañón en la toma de decisión y también a nivel monetario. "Sí, claro que viene. Lo estoy esperando", asegura Tony.
En cambio, la persona que ha causado baja en Málaga y no se ha involucrado en el proyecto ha sido Paz Padilla (52). Sabida es la relación tan bonita de amistad, cariño y admiración que Padilla y Chiquito protagonizaron, pero la gaditana no ha colaborado en esta ocasión. "No, está muy liada", sale al paso, escueto y educado, Tony Antonio. No quiere el cómico enturbiar un día tan bonito para su amigo y cuasi mentor. La escultura de bronce es tan solo la punta del iceberg de todo lo que viene en honor de Gregorio Sánchez: "El libro Hasta luego, Lucas lo presentaremos en enero o febrero de 2022 en Madrid. Con los beneficios se intentará sufragar lo que nos falta de la estatua", asegura Tony.
Se trata de un proyecto en el que han participado, amorosamente, 28 rostros populares, personas que conocieron a la perfección al humorista, pero también a la persona. Testimonios que riegan la vida del andaluz de anécdotas y reflejos de su personalidad. De él se ha escrito mucho, de sus chistes y sus espasmódicos movimientos, pero de Gregorio persona poco se sabe. Personalidades como Juan y Medio (59), José Mota (56), Bigote, Agustín Bravo (60) o el hijo de Tony Leblanc.
"Se trata de testimonios de las personas que hemos vivido cosas importantes con Chiquito, que nadie se piense que se trata de un libro de monólogo. Se cuentan pinceladas muy interesantes de su vida, como cuando muere Pepita, su mujer, y él se hunde totalmente", aclara Tony. Nada que ver, es un libro sobre su vida y obra, y también salpimentado con 29 caricaturas. ¿Quién ha financiado el libro?, interpela este medio. En este punto del relato, Tony Antonio exhibe su agradecimiento: "Todo lo ha financiado Pedro Martín Molina, del grupo Atarazana y de la editorial Cajón de Sastre.
La pregunta por parte de este medio, y teniendo en cuenta los problemas familiares que desencadenó su fallecimiento, era obligada: ¿participa algún familiar en este libro? "No, no participa ninguno. Como presidente he querido evitar cualquier desencuentro o enfado por parte de algún miembro, aun así tengo a gente molesta y enfadada".
Las rencillas familiares
Hablar de Chiquito de Calzada siempre será sinónimo de arte, flamenco, duende y, por supuesto, risas. Chiquito enviudó en el año 2012 y no tuvo descendencia con su mujer, Pepita. Su dilatada profesión en el flamenco como 'cantaor' y sobre todo, su incursión en el mundo de la televisión como humorista e incluso como actor de cine hizo que amasara una fortuna económica valorada en algo más de cuatro millones de euros, sin incluir propiedades, joyas y numerosos objetos de valor.
Teniendo en cuenta que Gregorio -el verdadero nombre del artista- no tenía ninguna obligatoriedad a la hora de disponer de sus bienes, nombró a su sobrina Loli, la hija de su hermano mayor, Paco -también fallecido y a quien veía como un padre-, como heredera universal. "Dos años y medio antes de que falleciera Chiquito, Loli se lo encuentra y quiso hablar con ella. Empezaron a tener más relación y él le pidió 'que no se apartara' porque después de la muerte de Pepi él se quedó muy solo. A raíz de eso, decidió dejarle toda la herencia", informaba a este periódico Antonio Montiel en noviembre de 2018, renombrado pintor retratista.
Tras el último adiós a Chiquito, algunos medios de comunicación apuntaron a que habría problemas por el patrimonio del cómico, algo que finalmente se resolvió de forma unilateral: todo pertenece a Dolores Arjona. "No hay ningún problema con el tema de la herencia. Lo que sí que hay son homenajes donde esta señora -Loli- se preocupa en dejar como una mierda a su tío Tomás. No hay más guerra que esa", declaraba a EL ESPAÑOL Manolo Medina, amigo de Chiquito de la Calzada. Lejos de conflictos, rencillas y herencias, hoy queda el recuerdo del hombre que hizo reír a toda España con un talento innato. El artista que creó una escuela y que se fue con la pena de no haber sido reconocido por su ciudad y su región, que lo han hecho a título póstumo.
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