Alberto Chicote (52 años) se ha convertido en uno de los cocineros más famosos de España. Él fue el primero de una larga lista de chefs en ponerse delante de los focos y protagonizar un programa culinario que nada tenía que ver con enseñar recetas. Pesadilla en la cocina, que hoy día sigue vigente, se convirtió en su mejor carta de presentación, un espacio en el que pudo mostrar su carisma además de un gran talento en los fogones. Desde entonces, han pasado 10 años en los que el madrileño ha vivido una gran transformación, tanto profesional como personal.
La más sorprendente es, sin duda, la física. En 2018 Alberto se convertía en protagonista de titulares por un tema muy alejado de las cocinas: su gran pérdida de peso. En apenas unos meses adelgazaba más de 30 kilos, sorprendiendo a todo el mundo con un cambio físico que se ha convertido en su nueva realidad. Cuatro años después, Chicote no ha dejado de cuidarse y sigue luciendo una figura mucho más esbelta que la de hace una década, una evolución que se aprecia especialmente en su rostro.
Esta parte del cuerpo fue la que más llamó la atención tras su adelgazamiento y, pese a que se ha mantenido similar desde entonces, lo cierto es que el chef del restaurante Yakitoro ha conseguido mejorar su apariencia gracias a diferentes retoques estéticos, a tenor del análisis que el doctor Delgado Mora, cirujano plástico reparador de Clínica Esbeltic Model, expone a EL ESPAÑOL.
"En la comparativa de las fotografías apreciamos que las arrugas de la frente, entrecejo y patas de gallo están suavizadas. El procedimiento utilizado será la toxina botulínica, que relaja la musculatura y como resultado suaviza las arrugas. También vemos una mejoría en la mirada, parece que se ha realizado una cirugía de párpados, sobre todo por la reducción que se aprecia en las bolsas o párpado inferior. Así como una mirada más abierta y muy natural que parece indicar que también se ha realizado un retoque del párpado superior, probablemente resultado de una cirugía de párpados o blefaroplastia completa", señala Delgado.
El experto cirujano continúa: "También se puede ver una mejoría en el surco nasogeniano, que está menos pronunciado y más suavizado. Suponemos que es fruto de la infiltración de ácido hialurónico, que rellena las arrugas". En su opinión, gracias a estos retoques Alberto Chicote ha mejorado considerablemente su imagen gracias a "un resultado muy natural y muy favorable fruto de la combinación de cirugía de párpados superior e inferior y de la medicina estética con la toxina botulínica y el ácido hialurónico".
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