El pasado 2 de marzo de 2022 fue un día importante en la vida de Antonio Resines (67 años). Recogió su Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de la mano de los reyes de España, Felipe VI (54) y Letizia (49).
Un reconocimiento a su vasta y brillante trayectoria que llegó en un momento vital bastante convulso. El celebérrimo actor, querido a raudales en su país, acudió al acto, envuelto en una gran ovación, tras superar la Covid-19 y haber estado 36 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de un hospital, y 12 en planta.
Ese día del galardón, Resines les confesó, desenfadado, a los Reyes que las había pasado "putas". No exageró un ápice: durante semanas se temió lo peor por su vida. Antonio, por fortuna, puede contarlo. Tiene por delante una dura rehabilitación, pues ha perdido el 80 por ciento de la masa muscular.
En su nuevo día a día, Resines no se separa de sus muletas. "Estoy cansado, pero bien, bien de ánimo. Queda aún, porque todavía no puedo andar bien, pero en un par de meses ya estaré dando guerra. Es tiempo y ganas", aseguró a la prensa hace unos días, de camino a una revisión médica.
Ahora, EL ESPAÑOL confirma la importante decisión que ha tomado el afamado actor y director, en aras de su total recuperación física. Como aseguró su amigo Santiago Segura (56), Resines abandona Madrid "por una temporada" para asentarse en Comillas, un municipio muy cercano a su Torrelavega natal, en Cantabria.
Será en los próximos días cuando Antonio se mude en compañía de su mujer, Ana Pérez-Lorente (56). Según explican a este periódico, Resines tomó la decisión en connivencia con sus médicos, quienes le aconsejaron un ambiente más relajado. También lo habló y sopesó en familia, con su hijo. Madrid se ha convertido tras su bache de salud en un sitio "agobiante", desliza alguien cercano al actor.
Vivir en la zona de El Retiro no siempre facilita la vida. En la capital de España "tenía que atender demasiados compromisos y visitas". Sabe lo querido y admirado que es, y los amigos no han querido dejarlo solo. Por no hablar, "de la cantidad de gente que lo para por la calle".
Pero ahora, su salud, aún renqueante y no al cien por cien, necesita de aire fresco, de brisa del mar y de una alimentación sana. Allí, en la costa cántabra, le han recomendado "caminatas" para recuperar esa masa muscular que ha perdido, impregnarse de esa brisa marítima y recuperar la vitalidad. "Resines tiene allí a familiares y grandes amigos. Siempre ha dicho que sueña con una jubilación retirado allí".
Eso sí, su retiro profesional tendrá que esperar. "Antonio tiene miles de planes para cuando esté bien. Todavía tiene mucho que dar. Hay algunas cosas pensadas para él. Se quiere hacer, por ejemplo, una película sobre su vida", sostiene quien está bien informado. Todo eso, y mucho más, tendrá que esperar, ya que Resines ha dejado dicho que no retomará su vertiente laboral hasta después del verano.
En Comillas tiene un gran piso, que adquirió "a mediados de los ochenta". Allí pasó el confinamiento en el pandémico 2020, se añade. Desde su casa ve el mar y los Picos de Europa, algo que le tira más que Madrid. "Esto es irrepetible", confesó en una entrevista, en referencia a la calidad de vida que se respira en el norte. "Allí aprovecha para leer y estudiar algunos guiones, caminar, bajar a la playa y esas cosas. A él le sienta fatal el calor y el frío de allí le viene de perlas", desliza uno de sus mejores amigos.
Además, en 2011, compró y rehabilitó con unos amigos el Palacio de Mijares, al lado de Santillana del Mar. Quisieron abrir un restaurante. Así lo explicó en El diario montañés: "Surge entre un grupo de amigos que veraneábamos en Suances y que siempre pensamos que nos apetecía tener un restaurante donde tomar copas, sobre todo por una afición desmedida a los bares (ríe). La idea era tener una casona y restaurarla para convertirla en un buen".
Su mujer, Ana Pérez-Lorente, no se separa ni un solo momento de él. Ha estado muy preocupada durante estos meses, y siempre que una cámara de prensa le preguntaba por la salud de su marido confesaba, con naturalidad y generosidad, cómo se encontraba y las ganas que tenía de que volviese a casa. Ahora, los dos juntos siguen con su día a día, pero, sobre todo, demostrando el amor tan grande que les une.
Las secuelas de la Covid-19
Hace unas semanas, el actor eligió el programa El Hormiguero para conceder sus primeras declaraciones. "Al principio me sentía mal. Tenía fiebre. Luego me llevaron al hospital y ya no recuerdo nada. Pensaba que había estado allí 5 días, y no los 38 que pasé ingresado, en los que no me he enterado de nada", comenzó explicando a través de una videollamada en la que se le podía ver algo más delgado.
"En los días que estuve allí, vivía como en un mundo paralelo que tenían puntos en común con la realidad, pero no controlas. Se lo he comentado a más gente que ha pasado la enfermedad, y les sucedió lo mismo", añadió, aprovechando su intervención para agradecer al personal sanitario que cuidó de él durante los 48 días que permaneció ingresado. "Nos salvamos 80 de los 97 que estábamos en la UCI, ¡me he librado de una!", dijo.
Antonio Resines también habló sobre las secuelas que le ha dejado la enfermedad como, por ejemplo, una fatiga que hace que se canse mucho al hablar. Aunque lo más grave son, sin duda, los problemas musculares: "Tengo una atrofia del 80 por ciento y voy con andador, la recuperación es lenta, complicada, y requiere mucho esfuerzo. "Que la gente sepa que esto es una cosa muy seria. Así que, por favor, que toda la gente se vacune y se tome en serio la Covid-19", concluyó el actor.
[Más información: Antonio Resines reaparece con muletas, y acompañado por su mujer, tras superar la Covid-19]
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