Ha llegado el día que Isabel Pantoja (65 años) llevaba tanto tiempo temiendo -e intentando retrasar con varias estrategias de sus abogados-. Este martes 22 de marzo, la tonadillera ha acudido a la Ciudad de la Justicia de Málaga para ser juzgada en una importante causa en la que el fiscal pide para ella tres años de prisión por un delito de insolvencia punible.
La artista, vestida de negro y cabizbaja, ha llegado poco antes de las diez de la mañana a la sede judicial en compañía de su hermano, Agustín Pantoja (57). A las puertas del recinto la estaban esperando numerosos periodistas, así como también un grupo de seguidores que, como es habitual, estaban allí para mostrarle su apoyo. Estos últimos la han recibido con gritos de "guapa" y demás halagos mientras se generaba un gran caos debido a que todos los presentes que se agolpaban para obtener la primera imagen de la tonadillera.
Tal ha sido el tumulto, que Isabel ha tenido que ser escoltada por la Guardia Civil, concretamente por media docena de agentes del cuerpo de autoridad. A paso lento pero firme, sin quitarse sus icónicas gafas de sol en ningún momento, ha llegado hasta el interior de la sede judicial rodeada en todo momento por los efectivos de la Benemérita.
Los Juzgados de Málaga no son nuevos para Isabel Pantoja. Allí fue condenada a dos años de cárcel en noviembre de 2014 por blanqueo de capitales. Una pena que cumplió en la prisión sevillana de Alcalá de Guadaira entre el 21 de noviembre de 2014 y marzo de 2016. En esta ocasión, es el Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga el que se encarga de juzgar nuevamente a la cantante.
La Fiscalía considera a Pantoja "cooperadora necesaria" de un delito de insolvencia punible. En el mismo caso también ha sido acusado un empresario del mismo delito, pero en concepto de autor, según la calificación fiscal, a la que ha tenido acceso EFE.
Los hechos se remontan a cuando la tonadillera era administradora única de la sociedad Panriver 56 S.L. y, supuestamente, contrajo una deuda relacionada con su casa de Marbella con la empresa constructora Codabe.
Esta empresa constructora a su vez tenía otra deuda con la promotora Hormofer por un montante mayor y los juzgados estimaron que la deuda que tenía la tonadillera debía pagarse a la otra sociedad.
A la vista de que Codabe tenía embargado su crédito y que Panriver estaba interesada en la venta de unos inmuebles (para lo cual resultaba necesario cancelar el embargo sobre los mismos) "los acusados se concertaron para beneficiarse mutuamente en perjuicio de los derechos de créditos de Homofer S.L., de los que tenían pleno conocimiento".
Así mediante escritura pública de 25 de marzo de 2015, la sociedad de Pantoja y Codabe elevaron a público un acuerdo consistente en el pago por parte de Panriver 56 de 62.759,10 euros mediante cheque entregado en ese acto, renunciando la constructora a cualquier reclamación frente a la empresa de la tonadillera.
A continuación, Codabe y Panriver conjuntamente solicitaron del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Madrid el archivo del procedimiento de ejecución y cancelación del embargo, impidiendo así que Hormofer cobrara la cantidad por la que se había despachado ejecución de 114.108 euros, así como la realización de las fincas embargadas.
Se da la circunstancia de que en 2015 Isabel Pantoja estaba en prisión por blanqueo de capitales, un caso en el que también fue condenado su expareja, el exalcalde de Marbella Julián Muñoz (74), además de su exmujer, Maite Zaldívar (65), y el hermano de ésta Jesús Zaldívar.
[Más información: Isabel Pantoja volverá a los tribunales el próximo martes: el juicio en el que le piden tres años de cárcel]